La Política Me Da Risa
Fausto Vallejo insiste en que “no pasa nada”
Yazmín Alessandrini
Michoacán está que arde. La inseguridad y el crimen organizado se han enseñoreado en aquella entidad y el gobernador Fausto Vallejo insiste en que “no pasa nada”. Y yo me pregunto: si no está pasando nada en Michoacán, ¿entonces cómo es que en el Congreso de la Unión cada vez es más fuerte el debate sobre la desaparición de poderes en ese estado?
Discúlpeme usted, señor Vallejo y Figueroa, pero en el estado en que usted radica y gobierna sí está pasando algo… y pasa mucho.
Porque, si no estuviera sucediendo nada, ¿cómo explica que desde finales del mes próximo pasado tanto el Ejército Mexicano como la Policía Federal tienen una muy fuerte presencia en Apatzingán, municipio que prácticamente se ha convertido en una especie de “joya de la corona” para el crimen organizado y las llamadas guardias comunitarias que, para fines prácticos, debido a su ilegalidad, también tienen algo de criminales? Insisto, su percepción de lo que usted llama “actos delincuenciales esporádicos” es un insulto a la inteligencia no sólo de los michoacanos, sino de todo México.
Michoacán es el más claro ejemplo de la ingobernabilidad. Más alla de su presunción de que en todos los procesos electorales en que ha participado los ha ganado, retórica demagógica que enarbola cada que tiene frente a usted las cámaras y las grabadoras, lo verdaderamente trascendental es que sus resultados al frente del gobierno estatal han sido mucho ruido y pocas nueces, sin ánimo de ofender. Cierto, sería un disparate y una verdadera falta de respeto hacia su persona atribuirle a usted la violencia e inseguridad que imperan en territorio michoacano, pero no podemos pasar por alto que su pasividad y tibieza han allanado el camino para que Los Caballeros Templarios y las guardias comunitarias prácticamente se hayan apoderado de la entidad, generando un clima de zozobra permanente en toda la ciudadanía.
En Michoacán la inseguridad y la violencia son producto de años de tenebrosas prácticas de voraces personajes políticos que, en lugar de operar a favor de las causas ciudadanas, han hecho de esta entidad una especie de botín personal para escalar políticamente o llenarse los bolsillos. Nombres como los de los hermanos Calderón Hinojosa (Felipe y María Luisa La Cocoa), Godoy (Leonel y Julio César) o la dinastía Cárdenas tienen mucho qué explicarle a la ciudadanía michoacana sobre su depredador proceder como funcionarios públicos.
La Nueva Jerusalén, los constantes conflictos magisteriales, la irrupción de unas guardias comunitarias que lucen mejor armadas que las corporaciones oficiales, endeudamientos millonarios, la aparición y establecimiento consentido y solapado de cárteles, gasolineras incendiadas, secuestros a diestra y siniestra… el catálogo de calamidades es tan numeroso como impresionante.
www.lapoliticamedarisa.mx
yalessandrini1@gmail.com
@yalessandrini1


