Ilsa Rodríguez
(Primera de dos partes)
La dirigencia de China acaba de anunciar más reformas, convencida de que ésa es la vía para impulsar el desarrollo y avanzar en el camino del socialismo con características propias promovido por el desaparecido Deng Xiaoping hace más de 30 años.
La reciente celebración en Beijing de la III Plenaria del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) anunció la adopción de una serie de medidas novedosas en la economía, encabezadas con el reconocimiento al decisivo papel del mercado en la distribución de recursos.
La adecuada relación del gobierno y el mercado, la promoción de diversas formas de propiedad y la creación de un equipo rector para profundizar las reformas destacan entre los acuerdos dados a conocer al finalizar cuatro días de deliberaciones a puertas cerradas, del 9 al 12 de noviembre.
Ese grupo tendrá a cargo diseñar los nuevos planes de reformas que adoptará el país, sobre una base global, organizada y coordinada, de acuerdo con lo informado.
Expertos que siguen este proceso de apertura consideran que en próximas semanas se irán adoptando otras acciones, algunas vinculadas con el cambio en la operación de las empresas estatales y el fin del monopolio público en ese sector económico, aunque el proceso se extenderá hasta 2020.
Esas fuentes especializadas destacan matices relevantes en China, donde cada palabra tiene una fuerza particular, y se refieren a que el papel “básico” del mercado es ahora “decisivo” en la distribución de recursos para los próximos 10 años.
Otro contraste que señalan los analistas es que se habla del “mejor” desempeño del gobierno, en vez de la hasta ahora categorización de “fuerte”.
Ese cambio semántico es interpretado como un síntoma de que las autoridades intervendrán menos en la economía, mientras se dedicarán a trazar políticas macroeconómicas científicas y ejercer una autoridad más efectiva.
Un comunicado que resumió sin muchos detalles los debates de los 120 integrantes del Comité Central y los 170 miembros suplentes señaló que se promoverán diversas formas de propiedad, al considerarlas importantes componentes de la economía socialista de mercado.
El desarrollo del sector no público será alentado y esto estimulará la vitalidad y la creatividad de toda la economía, consideró la dirigencia de acuerdo con ese documento.
Junto a estas medidas se esbozó el establecimiento de un sistema financiero moderno que apoye las iniciativas tanto del gobierno central como de las autoridades locales, ante la necesidad de mejorar en China la administración del presupuesto, los sistemas fiscales también fueron abordados en la cita.