Entrevista Luis Carlos Ugalde/Expresidente del IFE

Irma Ortiz

Tanto Acción Nacional como el PRD aseguran que la creación del Instituto Nacional Electoral, que forma parte de la reforma político electoral, es un hecho, ya que es un compromiso que asumió el PRI, en el interior del Pacto por México, pese al rechazo de gobernadores e institutos electorales de los estados.

Hoy, en el Congreso se negocia ya no una reestructuración total del sistema electoral como lo planteó el 23 de septiembre pasado Acción Nacional —donde se contempla la reelección, la segunda vuelta, la eliminación de los plurinominales y la reconfiguración del Instituto Federal Electoral, entre otros puntos—, sino un modelo intermedio donde permanecerían los órganos y tribunales cuyos titulares serán designados por un Consejo General Federal.

El presidente del Instituto Federal Electoral en el periodo de 2003 a 2007, Luis Carlos Ugalde, asegura a Siempre! que la idea de centralizar la organización de elecciones en el INE podría llevar a la institución a la incompetencia.

¿Qué opina sobre la creación del Instituto Nacional de Elecciones, que plantea la reforma político electoral?

Hay dos modelos de un Instituto Nacional de Elecciones que he escuchado, el primer modelo —que era el planteamiento original del PAN— que significa desaparecer los 32 institutos electorales y concentrar todo en un IFE nacional; me parece muy mala idea, ya que se corre el riesgo de saturar el instituto, atrofiarlo y hacer realidad lo que llaman los administradores el principio de Peter, que alcance su nivel de incompetencia.

Dos, esta idea es mala porque además no ataca el fondo del problema, el quid según el propio Acción Nacional, que es que los gobernadores tratan de interferir en los propios procesos electorales, lo cual en muchos casos es cierto. Sin embargo, no se aborda de fondo el problema porque, si los gobernadores son el punto —según el PAN—, hay que controlarlos, y en lugar de atacar la causa de la enfermedad, atienden sus consecuencias, por eso me parece una mala idea.

También he escuchado una segunda modalidad en los últimos días que sería la de descentralizar algunas atribuciones en el Instituto Federal Electoral; ¿cuáles son estas atribuciones?, la redistritación electoral, el diseño de los programas de resultados electorales; algunas fases de fiscalización; el pago de los proveedores, lo que llaman la chequera centralizada; pero manteniendo la estructura de los institutos electorales de los estados, de manera que no se trata de un instituto nacional, se trata de un IFE con atribuciones adicionales.

Este modelo me parece correcto, está bien, puede ayudar, pero los institutos estatales manteniendo su función de organizar elecciones y el IFE teniendo nuevas.

El IFE puede usar su presupuesto

Habría que ver la cantidad de dinero que se tendría que destinar a un nuevo Instituto Nacional de Elecciones.

Desconocemos cuánto se puede destinar, es algo que es incierto porque depende de qué modelo uses; si utilizan el modelo número dos que acabo de mencionar, en realidad el IFE lo puede hacer con el presupuesto que tiene y realizar mucho más.

Si se opta por el primer modelo, hay que desaparecer los institutos electorales, lo cual significa liquidación, gastos administrativos y después la transferencia operativa de estos institutos hacia el IFE, lo cual es un ejercicio bastante complicado. Todo dependerá de qué modelo se use, y de ahí, cuál será el costo que tenga.

¿La implementación del Instituto Nacional Electoral cortaría con la injerencia que tienen los gobernadores con los institutos estatales electorales?

Se plantea que dentro de estas nuevas atribuciones del IFE nacional estaría la de designar a los consejeros electorales de los estados; si eso ocurre así, efectivamente se podría limitar la interferencia de los gobernadores, aunque la mayor injerencia se da hoy en día por el uso de dinero, sin control. Ese tema no se está abordando en la reforma electoral y es asunto de fondo. Desvío de recursos públicos, uso de recursos sin fiscalización, y eso le da a los gobernadores mucha influencia en los procesos electorales, ésa es otra materia que, insisto, es de fondo.

Usted ha señalado que no resultaría conveniente cambiar de nombre al Instituto Federal Electoral; ¿qué se pierde?

Primero, si se opta por el modelo número dos, no veo razón para cambiarle el nombre y, en segundo lugar, porque yo creo que el Instituto Federal Electoral es una marca con reconocimiento de la población, recordación y ése es un asunto de una marca que se debe conservar.

Hay 70 millones de credenciales de elector con el nombre del IFE, habría que cambiarlas todas por el Instituto Nacional Electoral, lo cual me parece un gasto tonto, pero sobre todo es un tema de marca, una marca conocida, no creo que valga la pena cambiarle el nombre. Si se va a optar por el modelo dos, se puede llamar Instituto Federal Electoral y este organismo va a tener nuevas atribuciones.

Mal y rápido

Se sabe que la reforma política y su aprobación estaría muy ligada a la aprobación de la energética. Si hay acuerdos con los partidos, ¿qué tanta seguridad hay de que PAN o PRD apoye la propuesta del PRI en materia energética?

Son varios comentarios. El primero es si es bueno que este tipo de negociaciones ocurran; no sé si sea bueno o no, lo único que sé es que es factible y ocurre. Segundo, el riesgo es que se den las prisas y que por el apresuramiento de querer negociar dos reformas de manera paralela, acabes por hacer una de ellas mal y el peligro es que la que se haga mal sea la reforma político electoral, por falta de tiempo y porque el gobierno quiere y necesita que la reforma energética se apruebe este año. Significa que noviembre es el mes en el que se tiene que aprobar la reforma político electoral y la amenaza es que se haga a la carrera y mal.

Tercero, ¿qué tanto pueden cumplir los actores políticos? Yo creo que el PAN y el PRI pueden cumplir bastante bien, si no sale una, no sale la otra reforma, de tal forma que no hay mayor problema, pueden salir y lo más probable es que salgan las dos. A mí lo que me preocupa es que la político electoral salga con deficiencias, ya veremos.

Punto fundamental de la reforma es la reelección no solo legislativa sino de presidentes municipales

Es una medida fundamental, importantísima, y ésa sería, sí, una reforma estructural en la reforma política. Así como el INE no es una reforma estructural, ni de fondo ni muy relevante, la reelección de presidentes municipales así como la de legisladores es un tema fundamental, importantísimo.

Lo único relevante de toda esta discusión político electoral es la temática de la reelección, ése sí es un punto fundamental que se ha discutido a lo largo de 20 años y que, en este momento, justamente por este quid pro quo que está exigiendo Acción Nacional, es probable que salga. Es decir, en otras circunstancias, el PRI estaría en contra, de hecho en 2011 se estuvo discutiendo la reelección y no fue posible porque hubo grupos dentro del Revolucionario Institucional, entre ellos el entonces gobernador del Estado de México, que se oponían, y en este momento justamente este quid pro quo que está elaborando el PAN es el que puede permitir que el PRI se vea forzado a aceptarlo; esa reforma sí me parece muy positiva, relevante y ojalá ocurra.

Seguiremos con reformitas

¿El futuro será seguir con reformitas para cubrir los vacíos?

Es que no es una reforma estructural, ni definitiva en materia electoral, yo no veo que se estén atacando los problemas de fondo, y si eso es así, es probable que sigamos haciendo reformas cada seis años y nada más.

Si revisamos las experiencias de 2006 y 2012, vemos que los partidos que no ganaron exigen una reforma electoral; en 2007 la pidió el PRI y el PRD que perdieron la elección, y se hizo a pesar de que Acción Nacional no la quería.

En 2013, se está insistiendo porque los que no ganaron como el PAN y el PRD la exigen; como esta reforma no creo que sea estructural ni definitiva, es muy probable que en 2019, los que pierdan la elección de 2018 la vuelvan a pedir.

Lo que me preocupa —como en la hacendaria, por cierto— es que, no siendo estructural, sea simplemente un escalón de una serie de futuras reformas que seguirán haciendo, y eso no es correcto porque simplemente vas poniendo parches para solucionar el problema de ayer, pero no es nada estructural.

¿Pesó mucho la oposición de los gobernadores en contra del INE y hacer una reforma sin mayor trascendencia?

Pesó la opinión de los gobernadores pero pesó más el sentido común, creo que en privado muchos de los legisladores, incluidos aquéllos del PAN y del PRD que se dieron cuenta de que era un riesgo innecesario saturar al IFE de tantas atribuciones, y era poner en riesgo una institución que funciona bien. Creo que eso es lo que ocurrió y a pesar de que Gustavo Madero se mantiene en esa demanda, en el interior del PAN y del PRD, hubo muchos grupos que se dieron cuenta de que el riesgo era muy alto; supongo que eso es lo que habrá ocurrido.

¿Escenarios?

El escenario que creo que ocurrirá es que en noviembre haya una reforma político electoral en la dimensión política que incluirá la reelección legislativa y, ojala, de presidentes municipales, eso es lo importante.

En materia electoral, seguramente alguna modalidad de un nuevo instituto electoral, ojalá que sea bajo el modelo número dos; espero que no se le cambie el nombre al IFE y qué bueno que éste absorba nuevas funciones; hay otras medidas en materia electoral que no son fundamentales. Lo del INE tampoco lo es, pero es lo más vistoso de la reforma electoral.