Susana Hernández Espíndola
“Los cárteles mexicanos de las drogas han adoptado a las redes sociales como una nueva arma para alcanzar sus funestos fines”, advierte Antoine Nouvet, especialista de la Fundación SecDev, reconocida en el campo de la analítica avanzada sobre el cambio social y político y los conflictos y la violencia armada, y actualmente encargada de supervisar la seguridad digital de Siria.
Los cárteles, indica, “están empezando a aprovechar el poder de internet para ejecutar campañas de relaciones públicas o encontrar a sus objetivos mediante el seguimiento en redes sociales”.
Entrevistado este mes en la revista Vice, fundada en Montreal (Canadá) y actualmente instalada en Nueva York, la cual trata temas internacionales de sociedad, arte contemporáneo independiente y cultura juvenil, Nouvet asegura que “algunos cárteles se valen de estas herramientas para evitar ser vistos como ‘los malos de la película’”.
Como ejemplo, el investigador graduado de la Escuela Munk de Asuntos Globales de la Universidad de Toronto, sostiene que después del huracán Ingrid, de septiembre de este año, el cártel del Golfo subió un video a YouTube (http://www.youtube.com/watch?v=V2GR_OBTeYo) con imágenes de su actividad de “ayuda humanitaria” a los damnificados.
Los cárteles actuales, a diferencia de sus similares de la década de los 90, que eran muy sofisticados en las relaciones públicas, “pero no tenían esta plataforma de difusión masiva”, también usan You Tube “para colgar anuncios que, por razones obvias, no pueden difundir a través de medios tradicionales”, agrega.
Y puntualiza: “Un discurso del líder de los Caballeros Templarios, conocido como ‘La Tuta’ (http://www.youtube.com/watch?v=SCGJpwPpPBI), obtuvo más de 900 mil visitas (en realidad ya son ahora más de un millón 634 mil)”.
Además de que los narcos publican sus “hazañas” y sus fotos de armas y automóviles en las redes, dice Nouvet, también reclutan o secuestran especialistas para ocuparlos en el monitoreo de lo que hablan los mexicanos y usan técnicas de encriptación para estar siempre un paso por delante de la ley.
“Desde 2012”, apunta el especialista”, “hemos tenido por lo menos 36 casos de ingenieros que fueron secuestrados por los cárteles, incluyendo un empleado de IBM que nunca más fue visto”.
Nouvet citó que estos grupos eliminan también a quienes entorpecen sus actividades, como ocurrió en mayo pasado con la fundadora del portal “El Blog del Narco”, quien se exilió en el extranjero después de la desaparición de un compañero con el que administraba la página.
Sin embargo, Nouvet también predica que la tecnología que beneficia a los cárteles puede pasar a ser “una de sus principales vulnerabilidades”, si el gobierno mexicano “adopta mejores habilidades y leyes para hacerles frente en el ciberespacio”.
La tragedia de Nairobi
Un ejemplo del avance de la delincuencia o de grupos extremistas o criminales en la utilización de las redes sociales, fue publicado en septiembre, en el sitio web USA Today, el cual sostuvo que las mafias “están anunciando sus productos, haciendo alarde de sus hazañas y reclutando nuevos miembros” mediante mensajes de apenas 140 caracteres.
Usa Today recordó cómo milicianos del grupo extremista al-Shabab tuitearon advertencias sobre el ataque del 20 de septiembre al centro comercial Westgate de Nairobi, Kenia, en el que asesinaron a más de 60 personas y amenazaron con mayor violencia, burlándose de los militares y las autoridades.
También evidenció el uso criminal de las redes sociales para publicar videos que promueven actos criminales (mediante canciones o imágenes explícitas) o bien con fines de propaganda para adherir a más personas que comparten sus ideas.
El portal, lanzado por el mismo diario estadounidense en 1995, entrevistó a Evan Kohlmann, socio de la firma de seguridad Flashpoint, especializada en las comunicaciones en línea de los grupos extremistas, quien explicó que Twitter se ha convertido en el lugar de elección de organizaciones criminales, ya que es fácil para inscribirse y permanecer en el anonimato entre millones de usuarios y tuits.
“Estos grupos se dan cuenta de qué necesitan para llegar a tantas personas como sea posible”, indico Kohlman, quien destacó que los criminales saben que “Twitter y Facebook es donde se encuentran las personas”.
Ciencia vs. crimen
Precisamente para atender este problema, un grupo de investigadores de Microsoft Research ha iniciado un proyecto orientado a entender cómo los llamados “reporteros ciudadanos” usan las redes sociales para informarse y advertir sobre posibles enfrentamientos entre narcotraficantes, además de su utilización por parte de los mismos grupos delictivos.
El plan, llamado “Narcotuits: Social Media en tiempos de Guerra” y basado en la “antropología” digital, prevé el desarrollo de tecnologías que puedan cuantificar y cualificar los millones de mensajes relativos al crimen organizado que diariamente circulan en las redes sociales y evaluar la fiabilidad de esa información.
Los investigadores de Microsoft Research estiman que las redes sociales llegan a ser utilizadas por delincuente para amedrentar al rival, a las fuerzas del orden y a la sociedad civil y han realizado una serie de análisis de hashtags (etiquetas que permiten seguir un tema), para determinar qué tanta información relacionada con el narcotráfico circula en la red.
Uno de los primeros resultados de este trabajo, estableció que 6oo mil tuits contenían algún hashtag relacionado con la guerra desatada por la droga y la extensión de territorio.
Un caso similar de desarrollo tecnológico para luchar contra el crimen organizado se ha dado en Roma, Italia, donde se fundó el portal “MafiaLeaks” (https://www.mafialeaks.org/), que busca proteger la identidad de víctimas de la delincuencia, a personas que son extorsionadas, a los delatores de mafiosos que temen represalias, o ciudadanos, en general, que simplemente quieren denunciar delitos.
“Mafia Leaks puede ser un buen modo para difundir cierto tipo de información, derribando el muro que mantiene en secreto toda la actividad en la que se involucra la mafia”, dijo el famoso magistrado Nicola Gratteri, actual fiscal adjunto de la República en el Tribunal de Reggio Calabria, quien advirtió también que los autores de esa iniciativa deben tener mucho cuidado, porque la aparición del portal podría despertar “deseos de venganza” por parte de los criminales.
El mexicano confiado
A pesar de que la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, por ejemplo, puso en marcha, en abril pasado, un nuevo equipo de la Unidad de Investigación Cibernética de la Policía de Investigación, que se integra con más de 30 elementos y cuyo objetivo es detectar delitos efectuados a través de internet, como los fraudes en línea, la trata de personas, narcotráfico, extorsiones y pornografía infantil, etcétera, además de portales o sitios web, blogs y publicaciones encaminadas a las actividades ilícitas, aún no ha habido grandes avances en el tema, puesto que la legislación mexicana relativa está retrasada, mientras que el ciudadano capitalino es, en exceso, confiado.
Durante la conferencia “Redes sociales: puerta de acceso a la delincuencia”, celebrada en octubre pasado en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), como parte del segundo Congreso Internacional de Cibercriminalidad, la abogada Cynthia Gabriela Solís Arredondo aseguró que las redes sociales “hacen mucho más fácil el trabajo para que los delincuentes conviertan a jóvenes y adultos confiados en víctimas de delitos, ya que, mediante los perfiles públicos de los usuarios, obtienen datos como edad, gustos, sitios que visitan y nivel socioeconómico”.
La maestra en ciencias penales apuntó que “los mexicanos somos muy confiados, y depositamos información personal, desde en la persona que sirve como valet parking hasta en recién conocidos, lo cual también impacta en el uso que se hace de las redes sociales”. Por ello, sostuvo, las redes nos convierten en “personas vulnerables, porque pasamos de la vida privada a la vida pública sin darnos cuenta”.
La llamada Policía Cibernética, dependiente de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), fue entrenada por especialistas de la Policía Nacional de Corea del Sur y cuenta con dos secciones: una que interviene en cualquier tipo de indagatoria en la que existan elementos tecnológicos (como computadoras y teléfonos, entre otros), que pudieran revelar datos que auxilien a la autoridad ministerial, y otra relacionada propiamente con los delitos que se cometen a través de tecnologías como internet.
Durante su desempeño, ha tenido a su cargo algunos casos que muestran cómo la delincuencia ha accedido, con toda impunidad y poca resistencia, a las redes sociales
La “banda de Palmira”
En septiembre de 2012, gracias al seguimiento de la Policía Cibernética, la PGJDF desarticuló una banda de extorsionadores informáticos, que, liderada por un tal Carlos Alfonso García Santos, desde la unidad habitacional Palmira, en Orizaba, Veracruz, tenía dos años forzando a ciudadanos, con amenazas a través de correos electrónicos, a entregarles dinero.
Según la dependencia, este grupo de delincuentes compraba bases de datos a distintos portales de bolsa de trabajo, en los que obtenía nombres, direcciones y teléfonos de posibles víctimas. Luego, por medio de atractivas ofertas laborales sus sicarios establecían contacto personal, conseguían más información y comenzaban a extorsionar a los incautos exigiendo pagos de entre 3 mil y 5 mil pesos a cambio de no atentar contra su integridad física o la de sus familiares.
En un sólo período de tres meses, esta banda, que operaba también en Chihuahua, Veracruz, Jalisco, Baja California Sur, Zacatecas, Guanajuato y el Estado de México, llegó a recibir hasta 200 depósitos en cuentas bancarias abiertas ex profeso para recaudar su botín.
El caso de “Boylover”
En mayo de aquel mismo año, ese cuerpo detuvo al reportero Aldrin Iván Díaz Chiclín, quien laboraba en un medio de comunicación de Chetumal, Quintana Roo, bajo acusaciones de ser integrante de una comunidad de pedófilos que opera en Estados Unidos, Rumania y Argentina.
Esta aprehensión, que fue parte de una operación denominada Operativo Dinámico en Internet (Odinet), cuyos detalles son secretos, sacudió a México ya que no es común que las autoridades atrapen a un pedófilo cibernético y que pertenezca, además, a una banda internacional.
El responsable abrió en 2008 un perfil en la red social Facebook con el que logró relacionarse con un menor de once años al que posteriormente videograbó en escenas sexuales, las cuales, además de intercambiarlas con otros 125 pedófilos, las insertó en una página electrónica de pornografía infantil llamada también “Aldrin”.
En febrero de 2012, la Unidad Cibernética “inventó” a un niño falso de nueve años de edad mediante el cual se introdujo al espacio virtual del depravado, quien se hacía llamar “Boylover”, logrando ganar su confianza y descubrir el sitio al que enviaba las imágenes sexuales.
Cuando el niño virtual se citó con el sujeto, la policía logró atraparlo y le decomisó más de tres mil 500 imágenes de pornografía infantil, así como más de 25 videos de relaciones sexuales entre mayores y menores de edad
Este hombre había sido denunciado en agosto de 2009 por una asociación no gubernamental que mantenía en Internet una página antipedofilia, ya que él publicitaba sus actividades cuando abusaba sexualmente de alguno de los cuatro menores que se cree que se relacionaron con él y transmitía en vivo las escenas a través de la misma red.
Según la investigación, las imágenes fueron compartidas y enviadas a correos electrónicos de otros anormales de Rumania, España y Estados Unidos, lugares donde existe una comunidad de pedófilos.
Además de su cuenta en Facebook, “Boylover” mantenía otra en Netlog, la cual tenía los links de cientos de niños de distintas nacionalidades, y especialmente mexicanos, a los que amenazaba y chantajeaba con dar a conocer que eran homosexuales infantiles, lo que comúnmente se conoce como “Grooming” (captación de niños y niñas por medio de internet con fines sexuales).
En septiembre, también de 2012, la Policía Cibernética capturó a los propagadores de rumores de violencia en el DF y el Estado de México.
Tras un zafarrancho ocurrido el 5 de septiembre entre un grupo de mototaxistas de la agrupación Antorcha Popular y bicitaxistas adheridos al PRD, en el municipio mexiquense de San Vicente Chicoloapan, el cual dejó un saldo de una persona muerta y treinta heridos, en las redes sociales comenzaron a circular advertencias sobre presuntos actos de violencia que iban a ocurrir en Ciudad Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Los Reyes y la delegación Iztapalapa, en los que iban a participar grupos armados y sicarios de “La Familia Michoacana”.
Esos avisos hicieron estallar tal pánico entre la población de esa populosa región del oriente de la ciudad, que, al día siguiente, los vecinos se atrincheraron en sus casas, los propietarios de negocios no abrieron y las escuelas, desde jardín de niños hasta universidades, suspendieron labores.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades para negar esa posibilidad de guerra en las calles, colegios como la Universidad La Salle, campus Nezahualcóyotl, advirtieron esa misma noche a sus alumnos, en su cuenta de Facebook:
“Autoridades de la Universidad se presentarán. Si la situación por sus hogares no es la segura, favor de no presentarse mañana a clases”.
Aunque en You Tube se subieron videos de recorridos nocturnos en Neza, en los cuales no se advertía ni la presencia de grupos armados ni tampoco se escuchaban detonaciones, otros usuarios, describieron una situación caótica.
Aquí, algunos ejemplos:
“@LunatiikOo”: “¡URGENTE! Ahora mismo en Chimalhuacán y Nezahualcóyotl hay gente del PRI aprox. 2OOpersonas disparando & quemando negocio por negocio”.
”@anonopshispano”: “Se afirma que hay toque de queda, a los alumnos de la fes aragon de la unam que esta en neza los sacaron de la escuela”.
“@espors”: “que el gob mande ayuda, no es solo rumor en neza estan matando a la gente”.
”@miriame_sanchez”: “cuidado los que viven en neza en estos momento hay grupo saqueando en la col. pirules y siguen avanzando”.
La histeria colectiva provocó un llamado del alcalde de Nezahualcótl, José Salinas Navarro, a la población, para “no dejarse llevar por falsos rumores y continuar con las actividades cotidianas”, mientras que el secretario de Seguridad Pública del DF, Manuel Mondragón y Kalb, envió agrupamientos y personal de la SSP-DF a la frontera con esa entidad, por si se requería de algún apoyo.
Al final, todo resultó una alarma terrorista propagaba en Internet y la Policía Cibernética informó que aprehendió a los cinco responsables de causar el pánico difundiendo los rumores.
El equipo de la Policía Cibernética, que tuvo un papel preponderante en la investigación de las once personas desaparecidas el domingo 26 de mayo de este año en el bar Heaven de la Zona Rosa, comenzó a operar en diciembre de 2006, al inicio de la gestión de Marcelo Ebrard Casaubón como jefe de gobierno de la capital del país, pero solamente, como grupo de apoyo para el Ministerio Público.
Conformada sólo por cinco agentes investigadores, en sus inicios la unidad participó en alrededor de 400 investigaciones, y, al año, ya tenía más de 800. Durante 2012, los casos sumaron casi 2 mil 700.
El mayor reto que ha tenido que afrontar este grupo, ha sido el de empatar las conductas ilícitas realizadas a través del uso de la tecnología (computadoras, sistemas informáticos u otros dispositivos electrónicos de comunicación), es decir, los “delitos cibernéticos”, con los ilícitos estipulados en el Código Penal, asunto que merece una mayor atención por parte de los legisladores.
Según la PGJDF, los siguientes son delitos que se clasifican en esa categoría: exhibición, publicación, difusión, intercambio y comercialización de pornografía infantil; extorsiones, fraudes electrónicos y amenazas; falsificación de documentos vía computarizada; negociaciones de secuestros; lectura, sustracción o copiado de información confidencial; aprovechamiento indebido o violación de código para ingresar a sistemas, y variación del destino de sumas de dinero a otras cuentas (transferencias electrónicas).
Utilizar el nombre y la fotografía de una persona, sea o no famosa, ya sea para suplantarla o parodiarla, lo cual es una práctica común en las redes sociales, también constituye un delito, tipificado, en el Código Penal para el Distrito Federal como “usurpación de identidad”.
El primer coordinador de este cuerpo, Gustavo Caballero Torres, sostenía que “cuando un delincuente utiliza una herramienta de ingeniería social para cometer un ilícito, equivale a usar un arma de fuego durante un asalto”.
Impunidad
El profesor Vicente Fernández Fernández, del departamento de Estudios Jurídicos y Sociales del Tecnológico de Monterrey (Campus Ciudad de México), ha sostenido que las autoridades mexicanas no están preparadas como se debiera para tomar acciones legales ante la delincuencia cibernética.
Aunque reconoce que la protección de datos personales ha incrementado su importancia ante la imposibilidad de realizar operaciones financieras de forma personal y la facilidad que brinda para ello la red, también afirma que “los mexicanos estamos en una situación vulnerable, pues no se cuenta con las herramientas necesarias para perseguir este tipo de delitos pese a existir el IFAI y la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (LFPDPPP)”.
El especialista recomienda que “toda la información, principalmente la relativa a la finanzas personales, debe protegerse de la delincuencia con otros mecanismos que, en algunos casos, conllevan un gasto extra”.
También indica que “el usuario común de la red de internet debe tener cuidado de proporcionar las claves y los passwords de sus servicios financieros a las personas correctas, pues en caso de no haberse asegurado, las instituciones bancarias tardan en reconocer que las operaciones fueron realizadas por personas ajenas”.
Finalmente, sentencia que “aunque el ciudadano que fue víctima de fraude y usurpación de personalidad tiene el derecho de presentar una querella ante el Ministerio Público más cercano, por lo general es un delito que queda impune”.
El talón de Aquiles
Por su parte, el director del laboratorio de investigación de delitos informáticos Mattica, Andrés Velázquez, cree que intervenir o cerrar los sitios o correos que difunden contenido que amenaza o pone en peligro a la seguridad pública no es tan sencillo, ya que México está rezagado en materia de cooperación internacional para la investigación cibernética.
A su vez el foro de especialistas en seguridad con sede en Bruselas, Security and Defence Agenda (SDA), desde 2012 reprobó a México calificándola como la nación “más vulnerable a un ataque cibernético y las actividades de la delincuencia digital”.
En sus parámetros de ese año, en una calificación de 5 puntos a los sistemas de seguridad cibernética, que fueron evaluados en conjunto con la Unión Europea, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la ONU, la SDA otorgó a México sólo 2 puntos, la referencia más baja de una lista de 23 países (entre ellos estados desarrollados y potencias emergentes).
El foro sostenía que “México carecía de normas especiales para combatir la delincuencia cibernética”, y que su gobierno se hallaba peleando “una guerra feroz en contra de la mafia de la droga, la cual regularmente tiene mejor tecnología”.
El estudio sobre seguridad cibernética se basó en una encuesta a 250 expertos de todo el mundo, realizada entre finales del 2011 y principios del 2012, con el objetivo de evidenciar las fortalezas y debilidades de esos 23 países.
El 43 por ciento de los consultados indicó que el terrorismo cibernético supone la mayor amenaza para las estructuras estratégicas, y el 45 por ciento que la seguridad cibernética es tan importante como la fronteriza.











