CAFÉ POLÍTICO
La capital aguanta las hordas de la sección 22
El mejor fuego no es el que se
enciende rápidamente.
Mary Ann Evans
José Fonseca
Desde hace meses una sombra perversa salió de su guarida en Oaxaca. Se trata de la sección 22 del magisterio oaxaqueño. No es una simple sección sindical con el propósito de defender los derechos laborales de los profesores. No, se trata de una organización con tintes subversivos, vinculada a la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario (EPR), residuo de aquéllos que hace treinta años buscaron alcanzar el poder por la vía de las armas.
Oaxaca se convirtió en la probeta de laboratorio donde poco a poco se fortaleció esta organización con las tácticas de chantaje que no sólo les toleraron sucesivos gobiernos oaxaqueños, sino que hasta las auspiciaron al entregarles el control de las instituciones educativas de la entidad.
Disciplinaron a los profesores de la entidad mediante medidas represivas que al paso de los años hacen imposible la disidencia. La férrea disciplina fue sobradamente probada en 2006, cuando encabezaron una insurrección que mantuvo secuestrada la ciudad de Oaxaca durante seis meses. Las barricadas fueron reforzadas con jóvenes del lumpen del Distrito Federal que fueron llevados a Oaxaca y ahí se pusieron en práctica las tácticas de guerrilla urbana con el asesoramiento de varios dirigentes magisteriales vinculados al EPR.
Fue necesaria la intervención de la policía federal para desalojarlos y detener a algunos dirigentes. Tan pronto ocurrió eso, se pusieron en marchas las campañas para victimizar a quienes agredieron a los ciudadanos oaxaqueños. Los agresores se convirtieron no sólo en víctimas, sino hasta en mártires.
Total, la fachada de luchador social da para todo. Se probó cuando uno de los cabecillas de la insurrección de 2006 no sólo fue rehabilitado, sino que se ha convertido en legislador y líder político al triunfo electoral de la coalición PAN-PRD que llevó a la gubernatura a Gabino Cué.
Desde hace varios meses, con el pretexto de rechazar la reforma educativa, las hordas de la sección 22 invadieron la capital de la república. Primero con el plantón en el Zócalo, luego con el plantón en el Monumento a la Revolución.
Las autoridades han tenido paciencia y tolerancia. Se han involucrado en interminables mesas de diálogo. Diálogos de sordos, pues la reforma educativa es una realidad legal y constitucional; ellos quieren que se derogue. Saben que eso es imposible, pero con esa bandera han aprovechado el vacío de información que las autoridades generaron sobre la reforma y el desasosiego entre las bases magisteriales de muchas entidades de la república.
Es un movimiento con el objetivo político de la desestabilización social para debilitar el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Las autoridades lo saben. Empero, han dado prioridad a los objetivos legislativos de un gobierno que busca construir una plataforma para sus proyectos y programas.
Los han sobrellevado. Más temprano que tarde la paciencia gubernamental se agotará. Ojalá y cuando actúen las autoridades no sea demasiado tarde.
jfonseca@cafepolitico.com
