Entrevista a Miguel Patiño Velásquez/ Obispo de Apatzingán
Irma Ortiz
Los ataques contra 18 subestaciones de la CFE en Michoacán provocados presuntamente por Los Caballeros Templarios —consideran expertos en seguridad— son una declaración de guerra al ejército por escoltar a grupos de autodefensa cuando éstas ingresaron a Apatzingán el pasado 23 de octubre.
Sin embargo, desde el pasado 15 de octubre, el obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Velásquez, ya había lanzado un llamado de auxilio en la carta titulada La voz de nuestro pastor que señala, entre otras cosas:
El estado de Michoacán tiene todas las características de un Estado fallido. Los grupos criminales Familia Michoacana, Zetas, Nueva Generación y Caballeros Templarios principalmente se lo disputan como si fuera un botín. La Costa, para la entrada de la droga y los insumos para la producción de las drogas sintéticas: la Sierra Madre del Sur y la zona aguacatera: para el cultivo de mariguana y amapola, el establecimiento de laboratorios para la producción de drogas sintéticas y refugio de los grupos criminales…
..Los gobiernos municipales y la policía están sometidos o coludidos con los criminales y cada vez crece más el rumor que el gobierno estatal también está al servicio del crimen organizado lo que provoca desesperanza y desilusión en la sociedad. Son ya 6 municipios que, al ver sus gobiernos municipales vendidos con el crimen organizado y la incapacidad del gobierno federal para restablecer el Estado de derecho, han tomado la determinación de organizarse para autodefenderse.
En estos municipios se expulsaron a los miembros del crimen organizado con lo que se acabaron las cuotas, extorsiones, levantones, secuestros, asesinatos y violaciones. Pero ahora son agredidos constantemente por los Caballeros Templarios que intentan recuperar las plazas perdidas y ahogarlos, dificultándoles la comercialización de sus productos o impidiendo que las pipas de gasolina surtan las gasolineras que se encuentran en esos municipios…
…Invitamos a las autoridades competentes a sumarse a este esfuerzo por hacer de Michoacán un Estado de derecho y que su apoyo sea efectivo en inversiones en nuestro Estado para que los jóvenes tengan alternativas de trabajo. Queremos invitar a nuestro pueblo a unirse, a formar comunidad y ser solidarios unos con otros porque sólo así podemos solucionar la problemática que enfrentamos. No perdamos la esperanza…
Un grito de desesperación
Sobre el tema, Siempre! platicó, vía telefónica, con el obispo Miguel Patiño Velásquez.
Los ojos puestos en Michoacán. ¿Apatzingán está viviendo un Estado de sitio?
Con toda modestia y con toda verdad, creo que lo que dice la carta dice lo que estamos viviendo, no hay que añadir nada. El sábado y el domingo tuvimos aquí dificultades, si usted quiere muy ordinarias, pero no lo son en el sentido de ese apagón que sufrimos durante dos días. Estamos en tierra caliente donde la mayor parte de la gente es pobre, ¿qué pasa en una familia donde no hay refrigeración?, el alimentito que tenía para dos días, se echa a perder.
Con el apagón, si usted tiene un celular no lo puede cargar, además imagine en la noche con balaceras y sin luz; o quizá usted quisiera alegrarse oyendo el radio pero, como no había luz, no había manera de hacerlo.
Además, estos dos días no hubo tortillas en esta zona, ¿usted sabe lo que son las tortillas para estas personas?, es el alimento fundamental, ésas son las cosas que lo obligan a uno a declararse, son cosas de tipo social. Mire, el hecho de que no haya gasolina, ustedes en la ciudad de México, no pasa nada, si no hay en una, se van a otra, pero acá hay que pasar a otro municipio y, sin gasolina, no hay manera de moverse. Son cosas tan sencillas, tan ordinarias pero que la gente necesita, como también lo es el hecho de vender sus productos pero, ¿cómo hacerlo si tengo que comprar gasolina?, las personas que están también haciendo su luchita trayendo gasolina, y son de otros lugares.
Mucha gente está sufriendo también porque les asesinaron a su hermano, a su hijo; imagine: ¿qué siente una madre de familia viendo a su hijo degollado o si le quitan sus extremidades y que les llegan los cuerpos en pedazos, imagínese, ¿que siente una madre de familia?
La carta que usted publicó es un grito de desesperación de lo que están sufriendo en la zona. Recordamos que hace poco se firmó el acuerdo por Michoacán. ¿Qué pasó?, ¿en qué quedó?
Eso está bien, no es que no haya nada de apoyo, que ya se acabó todo, no. La carta no tiene esa intención, la carta busca hacer un señalamiento para caminar por mejores rumbos, para hacer de Michoacán un estado de derecho, ésa es la finalidad. Si usted se fija, ahí está precisamente el núcleo de lo que queremos decir; que todos debemos esforzarnos, porque la paz depende de todos, corresponde a todos, nos toca a cada persona actuando de acuerdo a su propia conciencia.
La paz le toca a la familia, al municipio; la paz le toca a la escuela, al Estado y le toca al país. Hay que ir tras la bolita todos y echarle la bolita al otro, para que todos luchemos por la paz en este nuestro país, en nuestro estado, en nuestro municipio, en nuestros ranchos.
Se señala que una de las cosas que detonaron la situación fue la entrada de grupos de autodefensa a Apatzingán, que se considera centro de reunión de grupos criminales.
No puedo opinar algo que no es. Usted me está haciendo una pregunta que si yo tuviera todas… Sencillamente empecé diciendo que solamente soy alguien que lucha por que en este lugar haya paz y tranquilidad. Soy obispo, soy responsable de esta zona espiritual y nuestro trabajo debe de ser modesto. Tenemos necesidad de reconocer que no hemos llegado a donde queremos llegar de la formación de la fe de nuestra gente, verdad.
Da mucha tristeza y lástima ver a niños que andan portando armas, que están con gente del narcotráfico y que conviven con eso desde pequeños; ¿qué podemos esperar cuando ellos crezcan? Es penoso, pero esto viene desde atrás, desde hace años, es cierto, a nosotros ya nos han asesinado a cinco sacerdotes y se ha complicado la labor de la Iglesia en el estado. Es algo que lo hace a uno también sentirse impotente, de no saber por dónde darle, por dónde caminar porque hay problemas serios, porque tú hablas del narcotráfico.
En busca de seguridad
Usted conoce el sentir de la gente. ¿Cuál es el sentimiento que tienen hacia los grupos de autodefensa? ¿Seguridad?
Es precisamente lo que reconozco en esos grupos de autodefensa, hay que saber que cada grupo, en cada municipio, no significa lo mismo, en cada municipio es diferente. Hay gentes de las defensas comunitarias que son gente realmente íntegra, que tienen mucho que perder y que luchan por su municipio, por su pueblo, por sus gentes y están actuando con mucha rectitud. Ellos, ¿a quién acuden para que los defiendan, cuando no hay autoridades locales?
Ése es el problema y es serio. Actualmente no tenemos tres presidentes municipales y por ello son asuntos difíciles, trabajosos y esa situación es lo que lo mueve también a uno a hacer este tipo de denuncias.
¿Qué ha pasado cuando ustedes, luego de hechos lamentables, reciben el apoyo de las fuerzas federales? ¿Es necesario que permanezcan de forma permanente en la zona?
Que cada uno de nosotros trabaje. La paz no se adquiere con balas; la paz se adquiere con voluntad, la paz se adquiere con inteligencia, eso en lo personal, en lo familiar, en las mismas autoridades; ¿qué se requiere?, diría que lo fundamental es inteligencia; lo segundo, inteligencia, y lo tercero, inteligencia.
Hay que reconocer en los grupos de autodefensa el valor que tienen, cómo se ponen a operar contra un gigante. Ése es un valor muy grande y qué bueno que se han atrevido a eso, pero ¿qué se requiere también en estos grupos? Inteligencia, inteligencia y más inteligencia.
En cada municipio es diferente
Hay grupos de autodefensa que realmente defienden a sus comunidades, pero otros son financiados por el narcotráfico.
Sí, pero eso es otra cosa, por eso digo que en cada municipio es diferente, hay grupos, con gente que está luchando por su propia comunidad, por su gente, por su municipio, y en muchos de ellos hay voluntad de querer vivir en paz y de querer cuidar su propio municipio. Además, las bajas que sufren, los asesinatos en sus municipios son mínimos, eso sucede en lugares donde existe la defensa comunitaria.
Por otra parte, en el ámbito político vemos a los políticos y sus declaraciones de pedir desaparición de poderes. En su opinión, ¿qué tanto ayudan a poner un alto a la situación?
Yo digo que se trata de ser humanos, siquiera eso, ser personas que amen a México, que amemos nuestro estado, que amemos nuestro municipio. Si hay eso, tenemos algo fundamental, muy importante y luego si hay formación en nosotros para esto de nuestra realidad, porque pienso que es muy importante que aprendamos de nuestra propia realidad, ¿qué nos quiere decir Dios de estas cosas que están pasando en nuestra sociedad?
Pero, ¿una desaparición de poderes funcionaría?
Ése es un asunto de los políticos, que es otro campo.
¿No tendría que haber unión de los políticos para sacar adelante el estado y después pelearse por el poder?
Sí, porque hay intereses políticos de grupos. Aquí lo que debe privar es que amemos a nuestro México, no importa del partido que sean, así que la muerte de un militar, la muerte de un miembro del crimen organizado, de un comunitario o de un civil, ya sea hombre o mujer, nos debe doler a todos. Si a los políticos no les mueve eso, entonces ¿qué están haciendo?
¿No tiene miedo luego de lo que ha señalado?
Soy humano y también tengo temor, pero también tengo confianza. Vamos a organizar este viernes —último día del mes— una procesión tratando de entronizar a la Santísima Virgen, reina de la paz, en cada una de nuestras parroquias y de nuestra diócesis. La fe también nos fortalece para seguir adelante sirviendo a nuestro pueblo y, sobre todo, hacerlo cada vez un poco mejor.