Encuesta en el Metro
Quien es auténtico, asume la responsabilidad
por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es.
Jean Paul Sartre
José Alfonso Suárez del Real y Aguilera
A pesar de las voces discordantes, el ejercicio de consulta ciudadana efectuado por la administración del Metro de la ciudad capital acredita, por sí mismo, su contundencia; y ello avala el inédito sustento de una responsable toma de decisión que vincula un aumento de tarifa al compromiso de un manejo transparente de los recursos adicionales recaudados y de su correcta y eficiente aplicación a los programas comprometidos.
Este proceso colectivo confirmó en los hechos el principio de “Decidamos Juntos” que distingue al gobierno democrático de esta ciudad capital vivida como espacio de corresponsabilidad entre gobernantes y gobernados.
Con este ejercicio de participación ciudadana, el jefe de Gobierno, Dr. Miguel Ángel Mancera, demostró que no está en el encargo que la ciudadanía le confió “para administrar una imagen” sino para gobernar, y ello se instrumenta aplicando mecanismo de participación —como el de encuestar a la población— a efecto de integrar con certeza diagnósticos y cartas de ruta, como los que se obtuvieron desde el primer sondeo que efectuó Parametría sobre el Metro de nuestra ciudad.
Las críticas vertidas en contra del proceso pretenden anular un ejercicio ciudadano preparado con todo esmero, difusión y transparencia, con la autorización del Consejo de Administración del propio STC, el conocimiento y aval del efe de Gobierno, la plena participación de los encuestados, del Poder Legislativo de la ciudad, del Instituto Electoral del Distrito Federal, de los medios que dieron cuenta puntual de cada etapa del mismo y de los encuestadores de Parametría, Consulta Mitofsky y Covarrubias y Asociados, cuyo profesionalismo avala la solidez de los resultados obtenidos en esta auscultación demoscópica.
Los detractores privilegian la diatriba y caen en incongruencias ideológicas desnaturalizando la validez de la encuesta, de los resultados y de los objetivos, demeritando la vinculación de esta actualización tarifaria a procesos de transparencia y control social del destino y aplicación de los 2 pesos de incremento a la tarifa, que serán depositados en un fideicomiso público para financiar exclusivamente los 12 programas difundidos y, finalmente, avalados por los resultados obtenidos en las mismas encuestas.
También, en un engañoso intento de sembrar confusión y desprestigio, se pretende minimizar la confirmación de que el Programa Capital-Social sostendrá la tarifa a 3 pesos a quien así lo requiera.
Que un incremento de tarifa es impopular, por supuesto que lo es; pero ante quienes toman esa decisión con autenticidad para defender la empresa pública más importante de la ciudad capital, con seguridad el pensador francés Jean Paul Sartre aplicaría su sentencia de que se asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es.
