Mezcla de culturas
Mireille Roccatti
Actualmente se consideran estas fiestas como las de mayor trascendencia en todo el mundo; su celebración abarca desde el 25 de diciembre al 6 de enero, con distintas conmemoraciones, algunas trasformadas al cristianismo: la Noche Buena, la Navidad, el día de los Santos Inocentes, la Noche Vieja, el Año Nuevo y el Día de Reyes.
Alrededor de la celebración de la Navidad en el transcurrir de los siglos, se ha formado una serie de costumbres que generan un ambiente festivo en la intimidad de las familias y en las calles de pueblos y ciudades de alrededor de casi todo el mundo. Las tradiciones y costumbres se recrean en el arbolito, el pesebre, los regalos, las comidas típicas, la decoración. Los niños especialmente esperan con ansiedad la llegada de Santa Claus y los Reyes Magos, cuyo origen se remonta a antiguas costumbres y ritos. En las últimas décadas, la celebración se ha caracterizado por un mercantilismo exacerbado.
El término Navidad es la contracción del latín navitas que significa nacimiento. La liturgia cristiana conmemora como hecho principal el nacimiento de Jesucristo. Para los antiguos cristianos, la Navidad es un misterio, cuyo centro es la muerte y resurrección de Jesucristo.
Las fiestas de Navidad se remontan a antiguas costumbres paganas conocidas como la adoración del culto solsticial, que representa la acción del sol creador, su perduración terrenal mediante el fuego y su drama celeste: nacimiento del sol, su muerte aparente y su resurrección. Antiguamente, el 24 de diciembre se celebraba el nacimiento de un dios solar.
Se considera que estos dioses descendieron al Hades y regresaron llenos de vigor, del mismo modo que lo hace la naturaleza con su renovación periódica de los ciclos estacionales anuales. Para las diversas costumbres, la Navidad ha representado el advenimiento de un acontecimiento cósmico por excelencia, cuyo hecho más trascendente radicaba en garantizar la supervivencia del hombre.
El papa Julio I, en el siglo IV, concertó que la Navidad comenzara el 25 de diciembre y culminara el 6 de enero con la fiesta de Epifanía. La razón de transferir la celebración del 6 de enero al 25 de diciembre fue la costumbre de los paganos celebrar el día 24 el nacimiento del sol. En estas fiestas y solemnidades, tomaban parte también los cristianos.
Por esto, la Iglesia cristiana eligió la celebración del nacimiento de su fundador el día 25 de diciembre con el objeto de transferir la devoción de los gentiles del sol. A partir de entonces la cristiandad celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret, la cual en un principio tuvo un carácter humilde, pero a partir del siglo VIII comenzó a celebrarse con la pompa litúrgica que ha llegado hasta hoy
A partir de la segunda mitad del siglo IV, la fiesta del 25 de diciembre se propagó desde Roma por toda la cristiandad. Existen distintas celebraciones que aún perduran y comprenden una serie de acontecimientos, entremezclados con matices paganos y religiosos: Noche Buena, Día de los Santos Inocentes, Noche Vieja, Año Nuevo y Día de Reyes.
La Noche Buena comienza a la caída del sol del día 24 de diciembre. Los fieles cristianos se preparan para celebrar el nacimiento de Jesús con la celebración de Misa de Gallo. Se entremezcla con esta celebración, la llegada de Santa Claus que trae obsequios a los niños.
Hoy por hoy, más que el nacimiento del Niño Dios, se celebra a Santa Claus, personaje rubicundo, regordete, vestido de rojo. El origen de nuestro personaje es el Sinter Klaas, que llegó con las migraciones de Holanda a Estados Unidos, aunque su origen hay que rastrearlo en el Papa Noel, obispo del Asia Menor del siglo IV o en el San Nicolás de las culturas nórdicas.