Gonzalo Valdés Medellín

Luis Martín Garza Gutiérrez (Luis Martín) asume en las páginas que componen su libro Pioneros de teatro universitario 1858-1958, que ha sido un hombre afortunado, al que la vida le dio el privilegio de testificar en torno a muchos momentos relevantes, quizá mágicos del quehacer teatral neoleonés, vividos con tanta pasión, que lo conducirían a convertirse en uno de los protagonistas esenciales en el teatro mexicano, como propulsor de la Muestra Nacional de Teatro (1986-1995); o como formador de generaciones y generaciones de teatristas, y siendo vivo exponente de un teatro siempre tendiente a la dignificación del fenómeno estético, a la vinculación del teatro con la sociedad. Y hoy, el hombre afortunado nos entrega generoso el cúmulo de sus conocimientos y experiencias, concretados en un libro de extraordinarias resonancias: Pioneros de teatro universitario 1858-1958. No es un libro de simples datos históricos o bitácoras monocromáticas. Es, por el contrario, un testimonio fiel, agudo, incisivo y crítico de lo que se ha vivido en el teatro neoleonés desde sus inicios, y más aún, desde los albores de un ejercicio artístico que respondió a la necesidad de coadyuvar y religar tanto las tradiciones, como los credos, las ideologías, las apetencias políticas, las inconformidades sociales y morales y, en suma, la evolución misma del género humano.
Luis Martín, director, actor, docente, periodista, comunicador y escritor, cuenta con un cúmulo de datos que maneja con enorme pericia activando un ritmo espléndido en su narración, que levanta imágenes de vívido matiz exploratorio, muy cercano al documental cinematográfico.
Momentos clave, presencias decisivas y aleccionadoras, instantes de sobrecogedora intensidad, son levantados por un cronista de diáfano lenguaje, que sabe equilibrar en justa balanza los pormenores de una historia regional que cuenta con un frente muy claro y define un perfil único en la historia del teatro en México. (Y a través de la Historia misma, Historia, con mayúsculas).
Y así, Luis Martín realiza una historiografía precisa, programada, cuya documentación no evade el rigor académico, pero tampoco cae en el dogmatismo férreo o la solemnidad abrumadora, acartonada y estéril.
Tiene el autor de Pioneros de teatro universitario… la intención de hacer que el lector se involucre de lleno en lo narrado, que vaya más allá de la lectura epidérmica y se convierta, ¿por qué no?, en partícipe mismo de los sucesos, como si abordara aquella fantástica máquina de H. G. Wells, en un tramo determinado de tiempo y espacio.
De esta manera, Pioneros de teatro universitario… puede verse también como un atisbo novelado, sobre todo de esa primera mitad del siglo XX que toca y, más que nada, de los años hermosos en que el joven Luis Martín supo vivir las grandezas que el teatro le regalaba en la presencia de figuras nodales como Salvador Novo, Sergio Magaña, Emilio Carballido, Lola Bravo…. Por sólo mencionar a cuatro de los muchos monstruos que pisaron tierra neoleonesa para dejar sentadas sus bases teóricas y estéticas, su experiencia humana en torno al saber del teatro, y al SER un profesional en el mismo.
La sensibilidad entendida como una de las virtudes más caras del artista es sin duda otro de los atributos de Luis Martín como autor y es la tónica que rige estas páginas. Porque sólo un hombre sensible y un artista riguroso como Luis Martín pudo capturar en imágenes fecundas esos años de la profesionalización del teatro en Monterrey, Nuevo León, entre 1945 y 1958, tramo del libro que arranca con una veneración absoluta hacia el significado de esa época: la renovación de los lenguajes escénicos, la vanguardia en fondo y forma, la revolución dramatúrgica.
Y es entonces cuando el título del libro Pioneros de teatro universitario… cobra un sentido de reconvención más allá de la anécdota, pues hace que los lectores se adentren en una época no sólo propiciatoria del mejor arte para Nuevo León, sino de la búsqueda de lo mejor para su quehacer teatral.
Personajes extraordinarios en el devenir de esos años para el teatro universitario de Nuevo León cruzan por los párrafos de estos capítulos escritos con la tinta pasionaria de quien sabe el significativo valor de luchar por la subsistencia en el teatro, cuando el teatro está exigiendo una evolución connatural.

Fragmento del prólogo al libro escrito por
Luis Martín Garza, publicado por la Universidad Autónoma de Nuevo León.