Odalys Buscarón
La oposición ucraniana cambió la táctica de aparente inconformidad con la política respecto a la integración europea, al exteriorizar la censura contra el gabinete y reclamar la dimisión del gobierno.
De hecho, las masivas protestas pro europeístas lideradas por los partidos Batkivchina, Udar (Golpe) y la ultranacionalista Libertad, se han radicalizado con las ocupaciones de edificios públicos en Kiev y las amenazas de asaltar el Parlamento.
Es probable, según adelantó el diputado por las Regiones, Vladimir Oleinik, que la Suprema Rada acepte la votación de una resolución de censura al gabinete del primer ministro Nikolai Azarov, en lo que algunos expertos consideraron el primer paso de llevar la lucha por el poder al Parlamento.
Opinó que la situación en Ucrania tiene todos los rasgos de un golpe de Estado, y el clima político es muy serio.
En declaraciones a los canales de televisión, el presidente Victor Yanukovich sugirió a los políticos opositores “no apresurarse y esperar a las elecciones, en las que las personas determinarán a quién elegir”.
Si aspiramos a los estándares europeos, será necesario hacer todo solo dentro de los marcos de la ley, afirmó el mandatario.
No pocos entendidos en política interna advirtieron en la prolongación de las protestas visos del inicio de la campaña por las presidenciales ucranianas, fijadas para la primavera de 2015, pero la oposición ya exteriorizó el interés de anticipar las justas.
Una muestra de la radicalización de las demostraciones antigubernamentales hacia claras demandas políticas es el resultado de una encuesta del Instituto Gorshenin.
Entre los manifestantes un 55.9 por ciento afirmaron que apoyaban la salida del Presidente y la disolución del gabinete de Azarov, mientras que un 27,9 por ciento persistían en el reclamo de la firma del acuerdo de asociación con la Unión Europea.
La investigación Ucrania hoy arrojó que más de la mitad de quienes apoyan las demostraciones opositoras son habitantes de Kiev, seguido de la presencia de pobladores de regiones occidentales como Lvov, donde dominan sectores pro europeístas y leales a la encarcelada ex primera ministra Yulia Timoshenko.
Se advierte también una gran presencia de jóvenes y estudiantes en la convocatoria opositora, la cual sus líderes bautizaron como jornada de desobediencia civil.
La reacción del sector real de la economía ha sido de absoluta cautela ante los llamados opositores, observó el analista Vladimir Tsybulko, en entrevista a la publicación Forum.
Con independencia del descontento con las autoridades, los ucranianos fueron muy cuidadosos y ello ocurrió porque la gente tiene una comprensión real del estado de la economía nacional y de sus causas, reflexionó el experto. Refirió que los empleados públicos y trabajadores están al margen de las demostraciones callejeras.
Dijo que prácticamente el llamamiento de los líderes de la oposición se traducía en una propuesta a los ucranianos de pagar con sus propios bolsillos por las ambiciones políticas de alguien.
Las personas no están dispuestas a perder sus puestos de trabajo y de ahí que no apoyen el ambiente de descontento generado por los partidos opositores, coincidió, a su vez, el director del Instituto de Estrategias Globales, Vadim Karasev.
A su juicio, un escenario de huelga general de trabajadores, empleados públicos y estudiantes tiene escasas posibilidades. Solo podría hablarse de un grado de descontento en regiones concretas del país, sugirió el politólogo ucraniano.
Son tradicionales las acciones antigubernamentales en la parte occidental de Ucrania, mientras que en el este, sur y centro del país la situación está prácticamente en calma, indicó Karasev.
Consideró Karasev que si la oposición logra la renuncia del gabinete de Azarov, los manifestantes de Maidan lo interpretarán como un primer triunfo, y de esa manera el descontento acumulará fuerzas.
Pero previno, que en caso contrario, los ánimos “inconformes” no terminarán en la plaza, y persistirá la confrontación en el nuevo año.
La oposición ya anunció que está lista para conformar un nuevo gobierno inmediatamente después de los comicios presidenciales anticipados, y la única vía legal es retirar la confianza al primer ministro y a su gabinete.
Desde hace más de una semana prevalecen las protestas en Ucrania por la decisión gubernamental de aplazar la firma del Acuerdo de Asociación con la UE hasta que las condiciones económicas lo permitan.
El gabinete de ministros entendió que los recortes neoliberales derivadas de ese entendimiento y de un frustrado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional representan una amenaza para la seguridad nacional.