Madiba
Si quieres hacer la paz con tu enemigo tienes que trabajar con él.
Entonces se convierte en tu compañero.
Nelson Mandela
Carlos Alberto Pérez Cuevas
Para la familia García Miranda,
esperando su pronta resignación.
El 5 de diciembre pasado el mundo se enteró a través del presidente sudafricano Jacob Suma que Nelson Rolihlahla Mandela había fallecido, inmediatamente después se sucedieron muestras de afecto, solidaridad y acompañamiento para la familia directa y para todo el pueblo sudafricano.
Homenajes de esta magnitud sólo lo logran personas que trascienden sus fronteras como un fenómeno mundial debido a su conducta personal, congruencia de valores, ideales y acción incluso más allá de sus fuerzas humanas. Hay personajes que logran tomar fuerza de los miles de parabienes y buenos deseos que les expresan aquéllos que son causa y motivo de la lucha.
Mandela es uno de esos personajes que impactan, que dejan profunda huella y que lograron cambiar el statu quo de su comunidad y desde ahí lograron transformaciones radicales de impacto mundial que hoy reconocemos ampliamente.
La base de los grandes logros de Mandela fue su defensa y lucha contra el Apartheid, este sistema de segregación racial originado principalmente en Sudáfrica y Namibia que estuvo vigente hasta 1992, esta separación prohibía que negros y blancos estuvieran juntos en espacios habitacionales, de estudio o recreo, incluso los matrimonios entre ambos y la exclusividad del voto y el poder para los blancos.
De esa lucha de paz e igualdad surge Madiba, título de honor que le impusiera el consejo de ancianos de su clan originario a Mandela. Pero la lucha no fue nada fácil para este abogado sudafricano que instaló su despacho para defender a las personas de su raza que no tenían representación ni voz.
Mandela estuvo encarcelado en la Isla Robben por 27 años, fue el preso 466/64, si el solo hecho de pretender imaginar en el tiempo lo que eso significa es trabajoso y difícil, vivirlo en carne propia no tiene forma de expresarse; logró sobreponerse a ese calvario por una lucha que lo trascendía, y así sin rencores otorgó el perdón y ofreció su vida para lograr unificar a Sudáfrica, su tierra, su patria, su nación. En 1993, tres años después de dejar la prisión es reconocido con el premio Nobel de la Paz, y en 1994 con una masiva y poderosísima participación de ciudadanos en las urnas es electo presidente de Sudáfrica.
Su lucha por la paz y la igualdad rompió las fronteras de los países y del mundo, ahí esta el ejemplo del presidente Barack Obama y la Unión Americana, sin la lucha de Madiba eso nunca hubiera sido posible.
El mejor homenaje que los políticos del mundo pueden dar a Nelson Mandela, Madiba, es seguir su ejemplo de congruencia, idealismo, acción y humanismo.
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