Programas para los más necesitados

Yazmín Alessandrini

Antes de viajar a Davos, Suiza, donde participó en el XLIV Foro Económico Mundial, donde le tocó ser el orador central el jueves pasado con la conferencia magistral Transformando a México: sociedad, política y economía, el presidente Enrique Peña Nieto estuvo de visita oficial en el estado de Hidalgo, en el municipio de Xochiatipan, donde hizo un anuncio por demás trascendente: la inversión, para este año, de 346 mil millones de pesos, a favor de 53 millones de mexicanos que viven en condiciones de pobreza (7.01 millones en pobreza extrema) y que a través de la Cruzada Nacional Contra el Hambre tendrán acceso a una mejor alimentación y a diversos programas sociales.

Los cinco objetivos delineados en esta Cruzada Nacional Contra el Hambre, presentada el 21 de enero del año pasado en Las Margaritas, Chiapas, y que, de acuerdo con la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, a un año de haberse puesto en marcha ya le aseguró el abasto alimentario a 3 millones de mexicanos que viven en pobreza extrema, son los siguientes: 1) alimentación y nutrición adecuada para personas en pobreza; 2) eliminar la desnutrición infantil aguda y mejorar indicadores de talla/peso en la niñez; 3) aumentar la producción de alimentos y el ingreso de los campesinos y pequeños productores agrícolas; 4) minimizar las pérdidas postcosecha y de alimentos en almacenamiento, transporte, distribución y comercialización, y, 5) promover la participación comunitaria para la erradicación del hambre.

El presidente Peña Nieto, desde el inicio de su gestión, ha sido muy enfático en que México requiere de una transformación integral en todos sus órdenes y para lograr la detonación de ésta se necesita que toda la sociedad mexicana sacuda su conciencia para salir en auxilio de los grupos más vulnerables, los cuales están ubicados en 400 municipios perfectamente focalizados, 133 se encuentran en Oaxaca, 55 en Chiapas y el resto a lo largo y ancho de toda la geografía nacional.

Cierto, ya lo comentó y lo destacó la titular de Sedesol, no se trata de implementar políticas y programas asistencialistas, tampoco hay que apostarle a mitigar los efectos de la pobreza. Lo adecuado es implementar varias estrategias por medio de un esfuerzo transversal, tal y como lo instruyó el presidente Peña Nieto a 19 dependencias federales que por sus características y trabajo están directamente involucradas al esfuerzo de fortalecer el combate contra el hambre y no sólo involucrándose en el tema directo de los alimentos, sino también en rubros como la producción, la transportación, la distribución, etcétera. Toda una cadena logística para los más necesitados.

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