A los contribuyentes que los parta un rayo
Humberto Musacchio
Los ciudadanos estamos obligados a pagar impuestos porque con ellos se pagan los servicios que recibimos del gobierno. Por supuesto, habrá quien diga que tales servicios son malos, pésimos y hasta inexistentes, pero en tal caso lo que procede es reclamarle a ese gobierno por su ineficiencia y negar nuestro voto al partido en el poder. Pero hay que pagar impuestos.
Hay que pagarlos aunque la propia autoridad fiscal, en nuestro caso la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se empeñe aumentar los requisitos y hacer cada vez más difícil el cumplimiento de ese deber. Hay que pagarlos pese a que el Servicio de Administración Tributaria (SAT), dependencia de la SHCP encargada del cobro de impuestos, se enterque en hacer cada vez más angosto el camino que debe recorrer todo contribuyente.
Una de las últimas ocurrencias del SAT es el “comprobante fiscal digital por internet” (CFDI), también llamado por los tecnócratas “e-factura”. Confieso mi cabal ignorancia en torno al asunto, pero eso importa poco para el SAT y para los diputados que aprobaron este nuevo atentado contra la productividad, aunque, reconozcamos, es un aporte a la creación de empleos. Digo por qué.
Para empezar, todo aquel que no sepa con qué se come el CFDI, pues que contrate un bufete de asesoría fiscal, que a cambio de algunos miles de pesos le dará cualquier respuesta, pues me he encontrado con “especialistas” que bien a bien no saben qué es eso de la e-factura. Por lo menos mi contador hasta ahora no sabe, pero ya anda pidiendo prestado para pagarse un cursillo “de actualización”, de esos que se hacen indispensables por las ocurrencias del SAT y su mamá la SHCP.
La Cámara de Diputados aprueba mansamente cuanta necedad se le ocurre a los tecnócratas de Hacienda. Los integrantes de las comisiones involucradas en ese proceso legislativo, lejos de proteger a los ciudadanos del insaciable Fisco Kid (que para 2014 ya nos elevó los impuestos), se meten en una feroz pelea para elevar las partidas que solicitó su góber o darle recursos etiquetados a los presidentes municipales a cambio de alguna mordida, como reveló el diario Reforma hace unas semanas.
De esa manera, el paquete fiscal elaborado por los tecnócratas de Hacienda pasa al pleno donde otra vez la pelea es por dineros para los de cada partido, acordado lo cual se aprueban sin problema los presupuestos de ingresos y egresos. La legislación fiscal se modifica cada año y cada año también el proceso se repite íntegramente. ¿Y los contribuyentes..? A esos que los parta un rayo.