El gobierno de la república no ha hablado con verdad

 

El gobierno es incapaz de darnos algo,

sin despojarnos de algo más.

Henry Hazlitt

 

 

Carlos Alberto Pérez Cuevas

 

Decía Edgar Faure que “una reforma fiscal es cuando prometen reducir los impuestos sobre las cosas que se gravan desde hace tiempo y para ello crean nuevos sobre las cosas que aún no estaban gravadas”.

Ya agotado el maratón mexicano Guadalupe-Reyes, las cosas en el país poco a poco empiezan a retomar su cauce, las vacaciones pasaron, los excesos si es que los hubo deben corregirse y ya pasada la cruda y la resaca entonces ver que tanto los buenos deseos de año nuevo se van cumpliendo o no.

Apenas estaba terminando de nacer el nuevo año y los mexicanos ya nos enfrentamos al gasolinazo que esta vez aumenta por dos vías, el incremento mensual programado y un impuesto extra por daños medioambientales, ambos se aplicaron de un solo golpe y se incrementarán mes con mes; contraviniendo el discurso del gobierno de la república que en spots decía que el precio del gas y de la gasolina bajarían para beneficiar a los más necesitados; así tenemos que el gas LP aumentó 17 centavos, anualmente será el 17.5% más, las tarifas de luz sufrieron un aumento del 8.4% el mayor aumento desde 2011.

El gobierno de la república no ha hablado con verdad, los beneficios de las reformas energética, educativa  y de telecomunicaciones no se verán en el corto plazo, inclusive será más allá de este sexenio cuando se generen.

Pero muy al contrario del discurso gubernamental, lo que ya se sintió y se seguirá sintiendo en este arranque del año es la carga de nuevos impuestos y gravámenes que se traducirán en alzas generalizadas de precios de productos incluidos los de la canasta básica, las verduras han llegado a un aumento de entre el 20 y el 30%, el tomate se ha incrementado hasta en un 400%. Los afectados serán los ciudadanos porque un hecho es que los empresarios pagaran sus impuestos y cumplirán con la ley fiscal por temor a las sanciones, pero lo harán trasladando el costo directo a los consumidores que por donde se vea serán siempre los más dañados.

Una persona me comentaba con sorpresa que se dio cuenta de las afectaciones a la economía cuando llego a hacer unas compras a la Central de Abasto de la ciudad de México, y para empezar el estacionamiento ya costaba el doble de lo que había pagado el año pasado, pero así será también con los servicios además de  los impuestos extras al salario.

En el caso de las fronteras de México, el impuesto aumentó en un 5%, mientras el salario mínimo solo creció dos pesos con treinta y nueve centavos, lo que hace imposible que se pueda hacer frente a esta etapa del año que es la más difícil para las familias mexicanas, sobre todo para las más necesitadas y las que están en condición de pobreza. Los impuestos son necesarios para que una economía florezca, pero si no sabemos a donde van esos recursos y como se aplicaran el gobierno solo logrará más descrédito y que exista más informalidad, mientras tanto  en este  mes de enero del 2014 los mexicanos vamos a sufrir la cuesta que más nos va a costar y que es la peor desde hace muchos años.

 

Twitter: @CarlosPereznz

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