Entrevista a Alejandro Sánchez-Navarro/Compositor y director

Jacquelin Ramos

Una orquesta sinfónica o filarmónica tiene generalmente más de ochenta músicos en su lista, sólo en algunos casos llega a tener más de cien, pero el número de músicos empleados en una interpretación particular puede variar según la obra que va a ser ejecutada. Parte fundamental de una orquesta la representa el director, considerado uno de los elementos más importantes de este universo musical que empezó a figurar a partir del siglo XIX.

El director cumple una función clave en la orquesta sinfónica e incluso de la formación musical. No sólo mantiene el tiempo de la pieza y da las entradas de los instrumentos para que la interpretación sea coherente y perfecta, sino que debe interpretar la partitura según el concepto “global” manteniéndose fiel al espíritu original de la obra pero con una visión personal.

La labor y responsabilidad del director de orquesta es dar unidad y expresividad a toda la masa orquestal para que suene como si solo un individuo interpretara la obra, explica en entrevista a Siempre! el compositor y director de orquesta Alejandro Sánchez-Navarro, quien además de dirigir una orquesta, encabeza su propia creación sinfónica impregnada de un fuerte y bien definido estilo, que incendia con pasión y entusiasmo a todo tipo de audiencias.

Los estudios del compositor modernista de música sinfónica Alejandro Sánchez-Navarro comenzaron a partir de sus diez años. En 1975 ingresó al conservatorio de la ciudad de México y en 1980 continuó sus estudios de piano y composición en el Berkeley College de Boston, Posteriormente, en 1983 el Instituto de Creadores del Benington College le otorgó una beca de cuatro años, durante los cuales fue nombrado director de la Orquesta Sinfónica del Governor’s Institute. El maestro Sánchez-Navarro perfeccionó sus estudios de composición en París, con los destacados maestros Elliot Cook Carter y Iannis Xenaquis.

Actualmente su repertorio artístico cuenta con una espléndida colección de imágenes de la naturaleza y cultura mexicana, que son utilizadas para ilustrar algunas de sus obras. El director asegura que “tan solo con una pantalla gigante, un proyector profesional de video y la orquesta sinfónica, le regala al público un excitante  concierto sinfónico-visual, una experiencia inenarrable, llena de emoción y belleza natural”.

 

Amor infantil

¿Cómo nace su inquietud por la música?

Empecé la música cuando tenía 10 años, porque antes de eso lo que yo recuerdo, es de que era un niño con muchas inquietudes, con muchas ganas de sobresalir, muy competitivo, con ciertos dotes para el comercio, pero sin ningún tipo de definición. Considero que la música fue la que me definió, después de que prematuramente me enamoré de una vecina y al finalizar la relación infantil me quedé muy triste. Mi madre fue la única que se dio cuenta de esa tristeza y de que ya no era el mismo, ella observó que mi tristeza disminuía cuando miraba en la televisión un instrumento musical que me llamaba la atención y me regaló un acordeón. Ahí me encendí, empecé a tocarlo y al año ya interpretaba en el piano; tres años más adelante estaba en el conservatorio. Me atrapó, la necesidad de expresar.

Sus estudios musicales empezaron desde muy pequeño. ¿Qué instituciones son parte de este recorrido? ¿y qué legado musical le dejaron?

Antes que nada, aquí en mí país pasé por instituciones como el Conservatorio Nacional y la Escuela Nacional de Música, en ellas me fundamenté como músico, de tal suerte que a los 18 años cuando terminé la preparatoria y emigré para los Estados Unidos, ya componía música —aunque me faltaba profundizar mucho sobre el oficio—, ya me había formado el Conservatorio y la Escuela Nacional, tanto es así, que al llegar a Nueva York, me ofrecieron una beca del Instituto de creadores de Benington College.

Es una academia muy especial y singular en el mundo entero, porque fue concebida y estructurada por creadores de hace 70 o 80 años. Es una escuela donde no hay calificaciones, ni una serie de cosas, que de acuerdo a sus preceptos no van de acuerdo con lo que es realmente el ser humano. Para los artistas y especialmente compositores, es un paraíso porque contamos con un grupo de académicos y  maestros de diferentes partes del mundo, que durante nuestra estancia graban semana con semana nuestros avances y lo que componemos. Para mí fue una gran experiencia; posteriormente ellos mismos me mandaron a París, donde perfeccione el fortalecimiento de mi voz y la de compositor.

¿Cuál es el secreto de componer, de crear música? ¿Qué lo inspira y lo lleva a la creación?

¿Secretos?, es muy difícil, no es que no los quiera compartir, sino que es realmente difícil poder determinar si es un secreto. ¿Qué me inspira?, todo lo que es realmente positivo, porque creo que en este momento estamos en un momento de transición en toda la humanidad, y pienso que es más fácil ser pesimista que optimista; es mucho más fácil ponerse a escribir acerca de la tragedia, del sufrimiento, de la incapacidad y toda la falta de valores o la crisis de valores sobre la que estamos viviendo, que ponerse a escribir sobre lo que realmente es bueno y seguirá siendo. Me inspira —como todo el mundo— la bondad y el amor, sentimientos que siempre te dejan algo, que te dan energía, y para crear siempre se requiere de esa energía, es vital. Es más, cuando no me siento bien sencillamente no hago nada, hasta sentirme bien, deseo dejar lo mejor y no lo que ahí se va.

Composición y biodiversidad

Obtuvo el nombramiento de director de la Orquesta del Governor’s Institute en Vermont…

Fue una experiencia que duró aproximadamente un poco más de un año y que consideró fue una gran extensión en mi etapa como estudiante. Me llevé una sorpresa llamar la atención de un gobernador de un estado norteamericano y decir “pongan este joven hombre a dirigir esta orquesta”, pero mi sorpresa mayor fue llamar la atención a los norteamericanos, fue sorprendente. Esto sucedió porque en cada concierto que hacíamos estrenaba una obra mía, era lo que les gustaba. Fue una gran oportunidad para empezar a comprender lo que es el fenómeno de la dirección, actividad que requiere una serie de capacidades. Por un lado, la de liderazgo y la psicológica para comprender a quien está atrás de un atril, y por otro lado los conocimientos generales de la música, no solamente de cómo se hace la música, sino como la hace cada uno de los especialistas —en este caso los instrumentalistas— para llegar al resultado final, que consiste en dar unidad y expresividad a toda la masa orquestal de forma que suene como si un sólo ser estuviera interpretando la obra.

Usted fundó la Orquesta Filarmónica del Patrimonio Mundial, ¿con qué objetivos?

Es una organización que iniciamos desde el año 2000. La idea de llamarla así “Organización Filarmónica del Patrimonio Mundial” fue para mostrar a la gente la importancia de nuestros recursos naturales y al mismo tiempo la gran cultura que tenemos —hablo únicamente en México— que es un concepto universal. En México se concentra una riqueza de biodiversidad y una riqueza cultural que lo hace un país muy especial —no porque sea mexicano—, pero cualquiera sabe que México es un país único.  Estamos viviendo la era de la comunicación y la digitalización donde se puede tener una pantalla que muestre imágenes junto con el gran fenómeno sinfónico, y todas esas mentes trabajando en sintonía y sincronía para expresar una misma idea, hacen que se pueda pensar en un espectáculo todavía más grande de lo que es un simple concierto sinfónico. Las imágenes de la naturaleza nos presentan un gran reto, es más es el reto más grande en cuanto a toda la naturaleza de alguna manera, requiere de toda nuestra capacidad sensorial para poder enriquecernos y disfrutar de esa imagen. Si a eso le sumamos lo que representa en un concierto sinfónico, entonces se convierte en un tipo de experiencias que difícilmente se puede vivir a través del video o la televisión, uno tiene que estar ahí para darse cuenta de lo que sucede.

Esa fue la idea principal de crear la Organización Filarmónica del Patrimonio Mundial, por un lado detonar y llevar un cierto trabajo de evolución sobre esta posibilidad de hacer música, que se pueda mostrar junto con imágenes, no simplemente como un audiovisual, sino como un trabajo realmente que va a una mayor profundidad para poder comunicar. Por el otro lado, la idea de abrir nuevas audiencias en México, gente que nunca va a conciertos sinfónicos o simplemente la gente que no tiene esa posibilidad de enriquecerse de esto.

¿Cuáles son los resultados que han obtenido con esta organización?

la tuvieran  dirigui idoiriguido. CreoLos resultados en cuanto estéticos están ahí, obviamente siempre habrá formas de mejorar lo que estamos haciendo. En imagen, por supuesto que no nos hemos puesto a querer competir con los grandes productores de imagen de la naturaleza o de la cultura a nivel mundial, porque como ustedes saben la imagen cuesta muchísimo dinero hacerla, pero lo que presentamos está hecha con dignidad y profesionalismo, buscamos siempre mejores posibilidades para producirla todavía mejor.

 

El gusto por la creación

¿Cuál es el mensaje o reflexión de estos conciertos sinfónico-visual?

Este tipo de proyectos son un mensaje para todo el mundo, para que salga y no se quede donde está, sino que se mueva. De hecho, hemos realizado varios conciertos junto con la Conafor (Comisión Nacional Forestal), donde regalamos al término del concierto un arbolito a cada uno de los asistentes para que salieran a sembrarlo, pero sobre todo para acercarlos a valorar a la naturaleza. En varias ocasiones, el director de la Conafor nos decía: “es que a nosotros los científicos y ecologistas sabemos exactamente lo que se necesita para restablecer el equilibrio, lo que no sabemos es como mover emocionalmente a la gente para que sume a eso”. Y es lo que nosotros intentamos desarrollar de alguna manera, mover fibras al interior de la gente para que se mueva, no para que se queden ahí, despertarles la curiosidad por ir a conocer un lugar o simplemente por sembrar un árbol, no importa que sea, lo importante es moverse.

¿Cuáles orquestas que ha dirigido?

En México, he contratado a los principales contingentes filarmónicos de toda la república, porque he ido hacer conciertos y a todos los he contratado. Oficialmente me han invitado algunas orquestas como la de Aguascalientes y Querétaro. Internacionalmente acabo de llegar de Taiwán de dirigir la Orquesta Filarmónica Metropolitana de la ciudad de Taipei, una orquesta espléndida que me deja una gran lección, porque estos orientales siendo muy jóvenes son unos músicos excepcionales, con una gran disciplina. Por ejemplo en la cuestión de los ensayos —que por lo general en todas las orquestas hay un orden y una disciplina— toda la orquesta desde el atril número uno, hasta el último atril guardan absoluto silencio todo el tiempo durante el ensayo, no hay una sola palabra, no hay nada, todo es concentración. Estrenamos allá una obra que escribí que se llama Hunab-Ku, dedicada precisamente a toda la cosmovisión maya, la estrenamos a solicitud del gobierno de Taiwán el día 21 de diciembre del 2012, con dos conciertos que fueron esplendidos. Próximamente voy a Praga —el 28 de febrero del 2014—, vamos a estrenar precisamente la “Sinfonía del mar” con una de las más antiguas instituciones sinfónicas de Europa, que es la Orquesta del norte de la República Checa en Praga. Sin duda alguna, estas dos orquestas son un gran orgullo para mí.

¿Por qué se ha concentrado en la creación?

Sencillamente porque me gusta, me gusta esta complejidad de tener que tratar por una parte con una gama de sonidos con diferentes técnicas para producir el sonido, pero por el otro, la riqueza que da el convivir y lograr que una serie de mentes de seres humanos hagan lo que uno quiere —en cuestión musical— en poco tiempo y con el corazón, ha representado un reto para mí toda la vida, es parte de lo que me atrae. He intentado escribir, de hecho tengo por ahí quintetos para diferentes combinaciones de cuartetos y tríos, pero siempre acabo escuchando más voces. Al final de cuentas la creación de cualquier creador ya sea un escritor, un poeta, un pintor o cual sea la profesión, lo importante es que puedas encontrar tu propia voz y puedas ser fiel a ella, como dijo una vez la escritora francesa Marguerite Duras que “no es lo mismo escribir que hacer literatura”. Lo importante es tener un oficio, dominarlo para que cuando uno se ponga a trabajar fluya esa capacidad de producir y por otro lado es encontrar esa voz y poder serle fiel.

¿Sus planes a futuro?

Me encantaría hacer más conciertos en México. Con la trayectoria que tengo como compositor y de dirigir mis propias obras demuestro que esta música que preparo para los mexicanos es una oportunidad para obsequiarles una experiencia diferente; abrirles el camino a nuevas formas de adquirir el arte, la música, y creo que les puede dejar algo distinto. Me gustaría que todo ese acervo de filmaciones que se han realizado sirva para enriquecer la vida de los mexicanos, por supuesto llevarlo al exterior para llevar el nombre de México muy en alto.