Entrevista a Verónica Malo/Directora de Evaluación de Políticas Públicas en el CEEY
Nora Rodríguez Aceves
No hay que olvidar que la piedra angular de la reforma constitucional en materia energética es la reducción de precios para los consumidores finales, tanto personas físicas como empresas. Si eso no sucede, la reforma sería sólo una transferencia de la producción, de la explotación, de la distribución energética del Estado a los particulares, pero no generaría el crecimiento económico que requiere el país, y para que se genere ese crecimiento económico se requiere que los legisladores, cuando discutan las leyes reglamentarias de la reforma, se concentren en cuatro puntos fundamentales, asegura Verónica Malo Guzmán, directora de Evaluación de Políticas Públicas en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
Cuatro puntos fundamentales
Licenciada en Ciencia Política por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Departamento de Ciencias Sociales; Maestra y Doctora en Gobierno, Georgetown University, Departamento de Gobierno, Washington, D. C., Malo Guzmán explica a Siempre! estos cuatro puntos fundamentales para que tenga éxito la reforma: el primero es que, “en la experiencia de otros países, México es el país más cerrado en cuanto a apertura a la exploración y a la amplitud de regímenes de concesiones, y se refiere para iniciativa privada sea extranjera o sea nacional; es decir, ni siquiera Cuba o Venezuela, que son países socialistas y que dependen en gran medida del petróleo, están tan cerrados en cuanto a su legislación en la materia, por lo tanto, ¿qué se esperaría de esa legislación secundaria?, que se generara un marco que especificara y estableciera exactamente las modalidades de las concesiones y contratos para la exploración de hidrocarburos en México”.
“En otros países, y por eso menciono otras experiencias, el regulador en este caso es la Comisión Reguladora de Energía en México, o el equivalente a esa Comisión Reguladora de Energía en México es la que otorga las concesiones en otros países, y luego otro actor u otra autoridad, —que en este caso debiera ser la Secretaria de Hacienda y Crédito Público— fuera la que gestiona esas concesiones y la que exige rendición de cuentas de esos contratos, de esas concesiones y de esas licitaciones.”
Siendo así, lo que esperaríamos en la legislación secundaria es en “detalle muy específico cómo se otorgarán esos contratos, esas concesiones y de cuáles son las modalidades para gestionarlos y para exigir rendición de cuentas de los mismos, eso es lo primero”.
“Lo segundo, dado que el principal objetivo —nadie lo puede cuestionar y las autoridades no lo pueden negar—de la reforma energética es el interés público, la legislación secundaria debe de establecer no sólo qué tipo de concesiones, licencias y contratos se gestionarán, se otorgarán y de qué forma, también debe establecer un buen marco jurídico para la regulación de esos contratos, de esas concesiones y de esas licencias. Además, debe de establecer un mecanismo de auditoría efectivo que haya funcionado ya en otras latitudes y establecer las condiciones para esas auditorías, eso es lo segundo que quisiéramos ver o lo que los expertos en la materia están diciendo que debe de contener esa legislación secundaria.”
Para Verónica Malo, el tercer punto tiene que ver con “separar dos segmentos del mercado de hidrocarburos en México que actualmente están mezclados, lo ideal es verlos separados; por una parte, ver toda la regulación, la reglamentación y la legislación de lo que se consideran actividades de exploración y de explotación de los hidrocarburos; y, por otra parte, separarlo de lo que se consideran actividades de transformación industrial, de transporte, de almacenamiento y de distribución de los hidrocarburos. Actualmente están mezclados y eso no es conveniente ni para el interés público ni para los precios ni para las tarifas ni para el funcionamiento del sector”.
Sin embargo, explica que para lograr el tercer punto “se sugiere —y está por verse si se logra— legislar, reglamentar, que si las negociaciones en el Ejecutivo, si las negociaciones con el Poder Legislativo, impera esta idea, es separar los reguladores en dos: dejarle a la CRE —la Comisión Reguladora de Energía— lo que se conoce como actividades upstream, las que mencioné en primera instancia de exploración y explotación, y separarlas de otro regulador que sea la Comisión Nacional de Hidrocarburos o un nuevo regulador que se encargue de lo segundo, de las actividades de transformación, de transportes, de almacenamiento, etc.”
Mientras que “la cuarta cosa que esperaríamos ver es que, así como habrá legislación para los criterios para otorgamiento de concesiones, también hubiera legislación con respecto al segundo tipo de actividades, es decir, qué normatividad, qué mecanismos, qué gestoría habrá para garantizar la competencia, que haya competencia en el abasto de los hidrocarburos, no sólo en la parte de que haya competencia para explorarlos y para explotarlos sino que haya una competencia que garantice el abasto de hidrocarburos para todos los mexicanos a un buen precio”.
“Eso sería el cuarto punto que se requiere en la industria de los hidrocarburos y que se requiere ver reflejado —los especialistas estamos de acuerdo— en la legislación secundaria. Si luego los legisladores —ahorita el Ejecutivo federal la está diseñando— la discutieran concentrándose en estos cuatro aspectos que mencioné, sí veríamos realmente, en algunos años, un avance en el sector, un avance que se reflejara en el bolsillo de todos los consumidores y en el desarrollo del sector mismo”.
México está preparado para la apertura
Aunque Malo Guzmán no pierde de vista que puede haber riesgos al momento de legislar, “si los mecanismos, los instrumentos, la legislación no se enfocan realmente en generar más competencia en el sector, reducción de tarifas, en concesiones y contratos muy bien cuidados con mecanismos que sean para el provecho del propio sector, de la propia ciudadanía, de las tarifas que se reflejen en los bolsillos de los consumidores, sí hay riesgos, porque todo el andamiaje constitucional de la reforma ya aprobada no se reflejará en los hechos. Por eso se dice que el diablo está en los detalles; si realmente se quiere atraer inversión de la iniciativa privada, inversión extranjera, eso depende de las letras chiquitas de los contratos. Se tiene que llegar a un balance en esas letras chiquitas en los contratos que sea atractivo para el inversionista, pero que a la vez no sea pérdida ni sea perjudicial para el Estado mexicano ni para los bolsillos de los consumidores”.
No obstante, afirma la directora de Evaluación de Políticas Públicas en el CEEY, que México está preparado para esta apertura que se dará en el sector energético, “realmente ya no queda de otra, lo que hay que hacer es estructurar los mecanismos tanto de gestoría, como de contratos, como de la propia administración de Pemex, de tal forma que esa transición sea lo más controlada posible y sea en el sentido correcto. No generar tampoco una apertura que sea sin contrapesos, que sea sin transparencia, que sea sin rendición de cuentas”.
“Que hay que abrir… hay que abrir, no queda de otra; la cuestión es cómo se abrirá. Se debe abrir de una forma mesurada, de una forma controlada y de una forma transparente ante la opinión pública, ante las autoridades de auditoría y ante los actores del propio sector, porque no nada más existe un actor en el sector, que es Pemex. No, existen ya más, y cada vez existirán muchos más actores compitiendo y gestionando dentro del propio sector y todos tienen derecho a tener mecanismos de rendición de cuentas y de transparencia de todo, desde las licitaciones hasta cómo se están gestionando los contratos.”
La investigadora del CEEY expresa su confianza en que la ley reglamentaria de la reforma constitucional en materia energética sea aprobada en tiempo y forma por el Congreso de la Unión, “en tiempos están, sin lugar a dudas estará para el mes de abril, todas las señales que están mandando tanto el Ejecutivo como el Legislativo va en ese sentido, pero sí creo que lo que están haciendo es abriéndose más a escuchar opiniones de lo que estaba sucediendo hace unos meses”.