Susana Hernández Espíndola
La reciente muerte del protagonista de “Capote”, por cuya interpretación ganó un Oscar al “mejor actor”, Philip Seymour Hoffman, ha sacudido a la “fabrica de los sueños”, Hollywood, particularmente porque ha reabierto el concurrido panteón de las estrellas que se han ido víctimas de la heroína, el alcohol y otras drogas.
Philip, de 46 años de edad fue encontrado muerto, el 2 de febrero, en el baño de su lujoso apartamento de Manhattan, Nueva York, y, según el reporte policiaco, en uno de sus brazos aún se hallaba clavada una jeringa, por la que presuntamente había introducido a su cuerpo una gran dosis de heroína.
Apenas en mayo de 2013, el actor estadounidense había pasado diez días encerrado en una clínica de desintoxicación por su abusivo apetito de esa droga, objetivo que finalmente no logró.

Philip Seymour Hoffman, de 46 años de edad fue encontrado muerto, el 2 de febrero, en el baño de su lujoso apartamento de Manhattan. Foto: Shutterstock.
La Femme Héroïne
Considerada en la actualidad como una de las drogas duras más adictivas a nivel físico y psicológico, ya que deprime el sistema nervioso central, la heroína es un derivado de la morfina, que, a su vez, se origina de la planta de la adormidera, de la cual se extrae el opio.
Aislada en 1883 por el alemán Heinrich Dreser, la heroína fue comercializada a partir de 1898 por el laboratorio Bayer, como supresor de la tos y tratamiento contra la tuberculosis, por lo que sus principales usuarios eran los niños.
Su nombre se deriva del vocablo alemán “heroisch” (o “heroica”), debido a sus efectos paliativos y de alivio, y, al principio, fue vendida bajo la connotación francesa, muy comercial, de la Femme Héroïne.
Con el control exhaustivo de los opiáceos a partir de 1914, Estados Unidos permitió el uso de esta droga sólo con fines terapéuticos y, en 1924, decretó que no existía ningún motivo para su existencia legal en el mercado.
En 1971 comenzó el control de la distribución y venta de heroína en todo el mundo y hoy se sintetiza exclusivamente para la investigación o para tratamientos en situaciones extremas o terminales, por lo que su producción ilegal se lleva a cabo para el abastecimiento del mercado negro.

El perjuicio más peligroso de la heroína es la sobredosis, que causa que el cuerpo “olvide” respirar mientras se duerme, o fallas cardíacas totales, pulmonares y renales, que pueden derivar en la muerte. Foto: Shutterstock.
Polvo mortal
El consumo de heroína, por lo general como un polvo blanco y cristalino muy soluble, es por vía oral, ya que se absorbe a través de las membranas mucosas del cuerpo, pero puede fumarse e inhalarse. Para reducir la dosis y el costo de manera significativa y obtener, a la vez, un efecto, rápido e intenso, los adictos se la inyectan en los brazos, las piernas, los glúteos, el cuello, la nariz, el estómago o el intestino, y hasta por el recto y la vagina.
La heroína causa, principalmente, un efecto narcótico e inhibidor, despierta un sentido de “elevación”, produce euforia, relajación y suprime la ansiedad. Sin embargo, debido a sus impurezas, ya que es muy fácil de adulterar y recurrente su sustitución, también da origen a un sinnúmero de complicaciones graves a la salud, como psicosis, estados epilépticos, depresión, enfermedades del hígado, reacciones alérgicas, daños a la válvula tricúspide del corazón e infecciones como el VIH o la hepatitis.
La heroína puede causar que la presión sanguínea se reduzca significativamente, arritmias en el corazón o un bombeo insuficiente de sangre al cuerpo, lo que puede afectar al cerebro, al propio corazón y a otros órganos.
El perjuicio más peligroso es la sobredosis, que causa que el cuerpo “olvide” respirar mientras se duerme, o fallas cardíacas totales, pulmonares y renales, que pueden derivar en la muerte.
La interrupción del consumo de heroína, durante el llamado “síndrome de abstinencia”, “mono” o “cold turkey”, dependiendo del lugar, provoca síntomas dolorosos, ansiedad, calambres musculares e insomnio.

Con el control exhaustivo de los opiáceos a partir de 1914, Estados Unidos permitió el uso de la heroína sólo con fines terapéuticos y, en 1924, decretó que no existía ningún motivo para su existencia legal en el mercado. Foto: Shutterstock.
Verdugo de estrellas
Durante la década de los 60, la muerte por abuso de la heroína se le llegó a considerar una especie de factura que debían pagar las grandes estrellas del rock, ya que una densa lista de cantantes y músicos terminaron sus días con sus cuerpos abotagados de la droga. Aunque murieron muchos de esos ídolos, los más famosos fueron Janis Joplin, Jim Morrison y Jimi Hendrix.
En la actualidad, parece que para alcanzar la felicidad tampoco basta una vida con dinero a manos llenas, fama, lujos, aplausos, reflectores y adoración, ya que ahora, con una recurrencia que parece epidemia, las estrellas de Hollywood están sucumbiendo víctimas de su adicción a la heroína. Este es apenas un esbozo del desastre:
La inigualable Amy Winehouse
El 23 de julio de 2011, a sus 27 años de edad, esta cantante y compositora británica fue encontrada muerta en su departamento de Londres, luego de sufrir un colapso asociado al síndrome de abstinencia. En un principio su muerte fue relacionada con múltiples adicciones, entre ellas el consumo de heroína. Sin embargo a los tres meses de su deceso se hizo público el presunto resultado oficial de la autopsia: muerte por una gran ingesta de alcohol. Aunque en el apartamento de Winehouse se encontraron tres botellas de vodka vacías, muchos sospechan que fue una droga dura la que acabó con la vida de la cantante.
Posteriormente al deceso de Amy, su álbum “Back to Black” se convirtió en el más vendido del siglo XXI en el Reino Unido. Y, en 2012, ella fue incluida en el listado de la cadena televisiva VH1, de las «100 mejores mujeres en la música», ocupando el escalafón 26.

Cory Monteith en la fiesta de la premier de la series de televisión Glee, en Santa Monica, California. Foto: Wikipedia
Cory Monteith, adicto en rehabilitación
Conocido por su personaje de Finn Hudson en la serie televisiva Gleen, este actor y músico canadiense fue encontrado muerto en una habitación del hotel Fairmont Pacific Rim en Vancouver, el 13 de julio de 2013, luego de ingerir una sobredosis de heroína y alcohol.
Cory, quien al fallecer tenía 31 años de edad, tuvo una adolescencia difícil por el abuso de sustancias enervantes. Apenas cumpliendo los 12 años, sus adicciones provocaron que dejara la escuela. Siete años después, tras ser convencido por sus familiares y amigos, se sometió a un tratamiento de rehabilitación. En 2011 logró terminar sus estudios y antes de iniciar su carrera actoral, Monteith trabajó como conductor de taxi y de autobús escolar, mecánico, y hasta como mozo en un Wal-Mart.
Whitney Houston, “La Voz”
Esta consagrada cantante, actriz, compositora, productora y empresaria estadounidense fue hallada muerta en la tina del baño de un hotel del exclusivo distrito de Beverly Hills, en Los Angeles, el 11 de febrero de 2011. En la habitación se encontraron restos de drogas como cocaína y utensilios necesarios para consumirlas.
Según la investigación forense, la causa de la muerte de Houston, a los 48 años, se atribuyó a un ahogamiento accidental en el que intervinieron factores, como los efectos de una enfermedad cardíaca aterosclerótica y el consumo recurrente de cocaína, heroína y otras sustancias. Incluso el tabique nasal de Whitney tenía un agujero, producto del uso crónico de drogas. Además, los resultados de toxicología revelaron varios medicamentos en su cuerpo, como Benadryl, Xanax, cannabis y Flexiril.
Heath Ledger, astro en ascenso
El cadáver del protagonista de la polémica cinta de vaqueros homosexuales, Brokenback Mountain, fue encontrado el 22 de enero de 2008, por su ama de llaves, Teresa Solomon, y su masajista, Diana Wolozin, en la cama del departamento que ocupaba en Manhattan. De acuerdo con las investigaciones, se descartó por completo el homicidio y el actor, de 28 años, habría muerto luego de una sobredosis accidental de medicamentos contra el insomnio, aunque muchos sospechan que era adicto a la heroína y otras drogas.
Unos meses antes, Ledger, de origen australiano, había concluido la filmación de The Dark Knight, en la que interpretó a “The Joker”, el archienemigo de “Batman”, papel por el que obtuvo varios galardones póstumos, como el Óscar al “mejor actor de reparto”; el premio al «mejor actor internacional», otorgado por el Círculo de Críticos de Cine de Los Ángeles, en 2008, y el Globo de Oro, también en la categoría de “mejor actor de reparto”, en 2009.
River Phoenix, defensor de animales
El 31 de octubre de 1993, este actor de cine estadounidense nominado al Oscar y al Globo de Oro murió afuera del popular club nocturno The Viper Room, ubicado al Oeste de Hollywood, y cuyo copropietario era en ese entonces el actor Johnny Depp. Esa noche, River iba a tocar en vivo con su amigo cercano Michael “Flea” Balzary, de los Red Hot Chili Peppers, pero en algún momento de la velada se dirigió al baño para consumir drogas. Se dice que un conocido le ofreció Persian Brown (una forma poderosa de heroína, que es aspirada). Poco después Phoenix se empezó a sentir mal, salió del club y comenzó a sufrir convulsiones.
La causa de la muerte del también músico fue una sobredosis de heroína y cocaína, aunque los exámenes toxicológicos también revelaron evidencias de otros componentes de un coctel explosivo, como marihuana y Valium.
Famoso por películas como Mi Idaho privado y Running on empty, River, de 23 años, también destacó por su activa participación en pro de los derechos de los animales; era vocero de la organización PETA y un estricto vegetariano Era el mayor de los hermanos actores Phoenix: Rain, Joaquin, Liberty y Summer.