Una base sólida

Julio A. Millán B.

Uno de los sectores económicos estratégicos para el desarrollo económico de México es la industria siderúrgica, por ser el insumo básico de diferentes industrias altamente relevantes por su valor agregado, y uno de los principales consumidores de otros como la minería, la generación de energía y de combustibles

A nivel mundial, el consumo per cápita de acero tiene una estrecha correlación con el desarrollo económico, no es casualidad que destaquen países como Japón, Alemania, Estados Unidos, Italia, Noruega, entre otros.

En México, su contribución al empleo es superior a los 31 mil 500 empleos directos, lo que significa alrededor de 0.6 % del total de la industria manufacturera y se estima que por cada empleo generado en la industria acerera se generan 11.6 empleos indirectos en el resto de la economía, además representa casi 1 % del Producto Interno Bruto (PIB) total y 5.3 % del PIB manufacturero.

Sin embargo, actualmente es una de las industrias con mayores amenazas. Las prácticas como la subvaluación, el dumping y la subfacturación, por una parte, y por otra, la sobreoferta y los bajos precios internacionales han impedido la posibilidad de una competencia equitativa, mermando la rentabilidad, operatividad y competitividad del sector.

Aun así, se ha invertido para continuar a la vanguardia y satisfacer la demanda nacional de aceros de calidad en diferentes industrias, y sirviendo como insumo para la generación de energía eólica o hidroeléctrica, por mencionar algunos ejemplos, además de que buena parte de la materia prima para el acero es chatarra, lo que significa una fuerte aportación a la mitigación de contaminantes al suelo y el agua.

Por lo anterior se requiere la implementación de una política industrial sólida, congruente con el momento económico, que facilite la participación justa de todos los actores en el proceso competitivo y un ambiente más saludable para la competencia, que permita un incremento en el grado de integración nacional, dé atención a fallas de mercado y contemple medidas contracíclicas, que disminuyan los efectos de crisis económicas.

Estamos en un momento crucial, las reformas estructurales y los proyectos estratégicos, principalmente los de infraestructura, son grandes oportunidades que se deben aprovechar, pero es indispensable que se alineen los esfuerzos y las voluntades, en beneficio de toda la industria nacional. Es por ello la necesidad de desarrollar estudios específicos sobre la vinculación actual y potencial entre la industria acerera y sectores altamente relevantes, como la construcción, la fabricación de maquinaria y equipo, la eléctrica y la electrónica, la automotriz o la aeronáutica, con la finalidad de crear sinergias y eslabonamientos productivos.

El acero hecho en México ha sido la base sólida con la que se ha construido este país, y debe formar parte de la construcción de un futuro mejor, uno incluyente y democrático, dinámico y equilibrado, responsable y sustentable.