Hay pendientes importantes
Mireille Roccatti
El pasado sábado 1 de febrero comenzó el primer periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión tal y como lo mandata nuestra carta fundamental. Los legisladores de ambas cámaras tienen ante sí grandes retos y desafíos. Los diputados y senadores deberán desarrollar a plenitud las funciones legislativas para las cuales fueron electos, y tras debates y discusiones parlamentarias que se presagian intensas en su procesamiento, tienen la obligación de emitir toda la legislación secundaria de las reformas constitucionales aprobadas el año pasado, así como otros rezagos legislativos que tienen pendientes. Entre estos últimos destacan por su importancia y trascendencia las cinco leyes pendientes de la reforma constitucional de derechos humanos de junio de 2011.
La tarea legislativa es de suma importancia y no debe verse cuantitativamente, el enfoque debe ser — en mi opinión— cualitativo, requerimos de buenas leyes. La calidad y solidez de las normas debe ser la constante, que se procesen con adecuada técnica legislativa. Es necesario superar el viejo lugar común de la conseja popular de que los legisladores son flojos y no trabajan nunca, además de políticos corruptos que sangran las finanzas publicas.
La tarea del legislador es de las peores evaluadas en las encuestas de percepción social, y los viejos aún recuerdan el dicho popular de que “la diputación dura tres años, pero la vergüenza toda la vida”. Al respecto, sin duda hubo algún tiempo en que nuestros legisladores merecieron ese repudio social, sin obviar que en todas las legislaturas hubo quienes honraban con su presencia el Congreso. Esperemos que en esta ocasión se produzcan debates y discusiones parlamentarias de altura, tanto en comisiones como en el pleno, en el que los protagonistas centrales sean los argumentos y las ideas y se olviden las injurias y denuestos personales.
Los retos y desafíos son enormes, diputados y senadores, tanto como cámaras de origen o revisoras deben procesar, en el caso de los senadores, alrededor de 73 reformas secundarias pendientes en materia energética, trasparencia, combate a la corrupción, telecomunicaciones, educación, procesos electorales y competencia económica, entre otros temas.
Los diputados a su vez, tiene pendiente desahogar cerca de cien dictámenes en comisiones, más 29 que quedaron en primera lectura en el pleno durante el pasado periodo de sesiones. Ahora bien, habrá que tener presente que más importante que la anterior estadística es el contenido mismo de algunas normas como las alrededor de 22 reformas en materia energética que polarizan y dividen a los legisladores y a la sociedad misma. Y también generan controversia muchas de las adecuaciones legislativas en telecomunicaciones, las político electorales y en suma casi todas tienen un alto grado de complejidad.
Por otra parte, una discusión previa que tendrán los grupos parlamentarios en el seno de las Juntas de Coordinación Política de ambas cámaras, será el orden de prelación en que habrán de desahogarse las reformas, partiendo de la realidad de que casi todas las bancadas acordaron su propia agenda y todas tienen diferentes prioridades, o que por estrategia política desean primero la discusión de algunas, para ver hasta dónde pueden ceder en otras.
Una arista más de este muy interesante periodo ordinario de sesiones de nuestro Congreso General lo es, sin duda, su composición, el grupo parlamentario del partido en el poder no alcanza por sí solo la mayoría simple en ninguna de las cámaras. En el caso de la de diputados en alianza lo logra muy magramente y en el Senado requiere apoyo de la bancada panista o perredista, que mucho depende de los equilibrios que logre consensar en la Cámara baja. Y los equilibrios y alianzas legislativas no han podido construirse de manera permanente en tanto las propias divisiones en el interior de los grupos parlamentarios de oposición o por el propio contenido de las reformas constitucionales.
La sociedad esta esperanzada de que en nuestro legislativo impere el interés superior de la nación, la visión de futuro y queden a un lado las mezquindades políticas que están pensando en construir banderas para los procesos electorales de este 2014 y las elecciones intermedias de 2015.