Entrevista a Mario Torrico/Investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Irma Ortiz
Países como México, Brasil, Canadá, Estados Unidos, Rusia y 35 naciones más participan desde el pasado 22 de enero en la Conferencia de Paz denominada Ginebra II, auspiciada por la Organización de Naciones Unidas y que busca —hasta ahora infructuosamente— poner fin a un conflicto que lleva más de tres años y que ha dejado a su paso una estela de muerte —más de 130 mil personas— y cerca de 9 millones de desplazados.
El secretario general de Naciones Unidas Ban Ki Moon, al ser cuestionado sobre la invitación a países como México, destacó que nuestro país “es un importante país regional y un importante jugador global”, que puede desempeñar un papel importante en el proceso político de paz sobre Siria, además de que puede mandar un mensaje importante de solidaridad , experiencia política y recursos.
Unas pláticas de paz que han tardado 3 años y cuyo mayor logro hasta ahora es poner en la misma mesa a los representantes del gobierno sirio y a la oposición, así como un pacto para la evacuación de civiles en Homs, mientras se sigue discutiendo la entrada de convoyes humanitarios a las zonas asediadas, donde la población se muere de hambre.
Sobre el tema habla a Siempre! el investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Mario Torrico.
¿Qué opina sobre las pláticas de paz que se llevan a cabo en Ginebra, para intentar resolver la situación en Siria?
En la prensa existen dos inclinaciones sobre el tema; existe una tendencia de bastante decepción sobre lo que ha pasado en la reunión de Ginebra II, porque no se está llegando a ningún acuerdo en el diálogo entre las dos partes enfrentadas, parece un diálogo de sordos y la comunidad internacional está logrando muy poco, casi nada.
La principal expectativa que era tener un plan para la conformación de un gobierno de transición parece cada vez más lejana y los escasos avances que se están dando en materia de derechos humanos son que el gobierno sirio va a permitir que salgan de una ciudad asediada, que es Homs —uno de los centros de la revuelta—, mujeres y niños y que va a permitir ciertos envíos de alimentos a zonas afectadas, en áreas donde no estaban entrando alimentos y donde hay el riesgo de muertes por hambre; ésos son los únicos avances que se han hecho en términos humanitarios.
Sin embargo, en términos políticos no habría avances y una parte de la opinión pública internacional refleja su frustración ante ello; la otra tendencia es la que conforman aquéllos que ven con un poco más de realismo que no se podía esperar otra cosa de esta cumbre, que incluso estuvo a punto de abortar.
Fue una cumbre con muchos problemas para conformar la lista de los países presentes y no sólo a ellos sino a grupos opositores al régimen de Bashar al Assad; hubo problemas porque primero se invitó a Irán y después se le retiró la invitación.
Divisiones y enfrentamientos
Además en Siria, casi todos rechazaron acudir a la reunión en Ginebra y al final acudió uno de los grupos más importantes pero también hay que decirlo, participa uno de los grupos más moderados y no se encuentran en Ginebra, por ejemplo las facciones más extremistas del Islam, algunos de los cuales estarían vinculados con Al Qaeda. Cabe señalar que incluso en el interior de estos grupos opositores hay divisiones y enfrentamientos armados. Entonces esta tendencia de opinión señala que dado ese complejo panorama no había forma de esperar un avance mayor en las conversaciones; en ese sentido se podría decir que la buena noticia es que al menos se sentaron y se acusaron mutuamente, porque tampoco podemos decir que conversaron.
Fue un gran avance poder sentar en un mismo lugar a ambos bandos y finalmente empezar a discutir la agenda de paz con Siria, que rebasa esta cumbre de Ginebra II, y que va a durar todavía varios meses.
Los resultados que vamos a tener en estos días van a ser muy modestos y los acuerdos van a ser solamente en términos humanitarios, en evitar que mueran de hambre personas civiles, permitir que ingresen medicamentos y alimentos, pero en términos de posiciones de los distintos grupos, posiciones armadas o en términos de una salida política al conflicto armado, nada avizora que ello ocurra porque el gobierno sirio no tiene en su agenda iniciar una transición política.
Y mientras siga teniendo el apoyo de Rusia y de otras naciones, resultará difícil…
No sólo eso, creo que aquí quien tiene más armas para negociar es precisamente el gobierno sirio, porque por un lado tiene el apoyo de Rusia y de Irán, apoyo económico y militar ruso, apoyo de ese tipo, de Irán, que provee con milicianos a la causa siria; pero también del otro lado hay que considerar que no es una posición fácil, por ejemplo, para Estados Unidos.
El gobierno de Barack Obama ya ha señalado, por ejemplo, que Bashar al Assad tendría que irse de la presidencia siria, pero no tiene claro cuál sería la transición que se daría, porque sin duda alguna existe el riesgo de que el extremismo islámico se cuele en el gobierno de transición o que después de esta guerra civil haya otra guerra entre los moderados y los radicales de la oposición.
El miedo a Al Qaeda
Estados Unidos tiene mucho miedo sobre qué pasaría con una eventual salida de Bashar al Assad, tiene temor de que Al Qaeda, por ejemplo, se fortalezca. En ese sentido el apoyo hacía la oposición siria es muy menor de las naciones occidentales, en mayor medida más bien el armamento, el apoyo económico está viniendo de otros países de la zona, por ejemplo de Arabia Saudita, esto tiene que ver también con el conflicto chiita y sumita.
Los países opositores al régimen sirio, que son básicamente de la zona árabe, están apoyando a los opositores por un conflicto interno del mundo musulmán, pero de las naciones occidentales, al parecer, hay un apoyo menor, muy discreto, que no parece que vaya a inclinar la balanza a favor de los opositores, como en el caso de Libia, donde en ese país sí hubo un apoyo claro y contundente de las naciones occidentales hacia los opositores a Muammar Kadafi.
En este caso, no hay precisamente ese apoyo porque se teme que en caso de que se resuelva el conflicto y ganara la oposición, en caso de que Bashar al Assad huyera del país o lo mataran, no está claro que va a pasar después y tienen un temor muy bien fundado de que el extremismo islámico se apodere del poder.
No debemos olvidar que las transiciones en estos países, desde la primavera árabe, no son nada sencillas, en Egipto los militares tuvieron que tomar el poder de nuevo, en Libia hay claramente una especie de guerra civil; Túnez es el caso más exitoso, pero igual todavía no se sabe que va a pasar después, por el momento han firmado una constitución, pero no son casos de transiciones políticas con una dirección clara.
No debemos echar en saco roto que, por ejemplo, en Irán después de tener un gobierno laico —había una dictadura laica con el Sha—,tuvieron luego un avance religioso, al tiempo que significa un retroceso civil y la instalación de un régimen islámico.
En ese escenario, insisto, quien tiene más cartas para negociar es Bashar al Assad porque dice, si yo salgo del país, lo que va a reinar es el terrorismo fundamentalista islámico, y ante este panorama las naciones occidentales tiemblan, no se animan del todo a apoyar a la oposición para el derrocamiento de este gobernante.
Lo único que pueden hacer son conferencias con la mayor cantidad de actores internacionales presentes, eso también es interesante en esta conferencia de Ginebra II, donde se han presentado organismos internacionales y de cuarenta países, naciones de todas las regiones del mundo, no necesariamente países que estén en el Consejo de Seguridad, no solamente países del G 20, sino una diversidad de países, porque la intención es darle a los acuerdos la mayor legitimidad posible; está presente Australia, está Japón, están los países del área del mundo árabe; también México, ¿qué hace México en este grupo?, considero que la intención básicamente de las Naciones Unidas es que las decisiones que emerjan de allá tengan el mayor consenso internacional posible y el mayor respaldo y la mayor legitimidad.
El papel de México en la cumbre
Participa México como país representante de América Latina, ¿qué peso puede tener?
Sin duda alguna es un país representativo, es una nación importante en América Latina, otro país presente es Brasil, son los países más grandes, de forma interesante Chile no está, es un país muy importante y forma parte del Consejo de Seguridad en este momento y Argentina también, que no están presentes en esta cumbre. Esto quiere decir que las Naciones Unidas escogieron seguramente a los países más grandes, con más peso en sus regiones para que las decisiones sean lo más legítimas posibles a nivel internacional, de otra forma no se explicaría porqué México esté ahí, porque no forma parte del Consejo de Seguridad.
Dada esta situación, difícilmente tendrá resultados la presentación de casi once mil fotografías, donde muestran cómo matan a la gente en las cárceles, apaleados, muertos de hambre.
Es parte de la presión internacional contra el régimen sirio, pero el gobierno de Al Assad, creo yo, tiene cartas más fuertes con las que está jugando. No se olvide que finalmente si hablamos en términos de violaciones de derechos humanos también los grupos opositores han hecho matanzas y han violado derechos humanos, han torturado sobre todo a los opositores extremos, los vinculados con el fundamentalismo islámico, y eso lo usa muy bien el régimen sirio para decir “ellos son los terroristas”.
Lo cierto es que en este conflicto se están violando derechos humanos, se está matando gente, se está torturando gente en ambos bandos, naturalmente el gobierno lo va a hacer de forma masiva por los recursos que tiene; lo ideal —y es lo que busca Ginebra II— es que haya una salida negociada con un régimen de transición, en el que se encuentren miembros de ambos bandos en un gobierno de coalición. Lo que busca Naciones Unidas es que los moderados de ambos bandos puedan establecer un gobierno de coalición y hacer una transición democrática. Sin embargo parece que en este conflicto los que están perdiendo son los moderados de ambos bandos, los que están ganando son los extremistas. Naciones Unidas no está logrando esa conjunción de los moderados, y el discurso extremista en ambos lados está calando, de un lado diciendo que no van a aceptar ningún resultado que no sea que Bashar Al Assad se vaya; y de la otra parte, diciendo que no van a aceptar, por ningún motivo, que los terroristas sean parte del gobierno. Cuando estos extremos son los más poderosos, no hay salida política posible.
Por ello creo que este conflicto va a continuar por un buen rato, si no es por algunos años todavía, con el saldo lamentable de miles de muertos y la salida negociable va a tardar mucho. Ginebra I fue el 2012, hace un año y medio; Ginebra II se lleva a cabo un año y medio después, y cuánta gente ha muerto.
El actuar de la comunidad internacional es muy cautelosa por los miedos de que Al Qaeda se pueda hacer del poder en Siria, por ello actúa lento, con mucho cuidado, no actúa de forma tan rápida como lo hizo con Libia, cuando aprobaron la intervención en ese país.
El escenario más probable es que Siria se siga desangrando, que Bashar al Assad continúe en el poder, y eventualmente ya se verá cómo se resuelve este conflicto y la comunidad internacional se decide. Creo que la apuesta después de la reunión de Ginebra II es aislar a los grupos radicales de la oposición, intentar aislarlos lo más posible y en la medida en que se logre, si es que es posible, la comunidad internacional apoyaría con más fuerza y mayor contundencia a los opositores.