Éxodo delincuencial

Félix Fuentes Medina

Autores de secuestros, homicidios, extorsiones, robos, despojos o dedicados al tráfico de drogas forman parte de las autodefensas de Michoacán y, como estaba previsto, el gobierno federal no podrá desarmarlos y reencauzarlos a una vida de honestidad y trabajo.

En comunidades de Tierra Caliente, tanto de Guerrero como de Michoacán, se han registrado enfrentamientos —incluso con saldos mortales— entre bandos de autodefensas que se culpan entre sí de pertenecer al cártel de Los Caballeros Templarios.

A por lo menos diez individuos que dirigen a policías comunitarios les han descubierto antecedentes penales de diversa índole y algunos rechazan las imputaciones que les formulan, pero los ilícitos y los procesos respectivos los dejan al descubierto.

José Manuel Mireles Valverde, identificado también como El Doctor, fue el primero —con Hipólito Mora— en encabezar el levantamiento contra Los Templarios, el 21 de febrero pasado en La Ruana. Después se le desconoció como vocero de su bando y le imputaron antecedentes penales por posesión de mariguana, lo cual rechaza.

Hipólito Mora fue líder en La Ruana, reconocido por el comisionado federal, Alfredo Castillo, pero éste lo hizo detener en días recientes por su presunta participación en los asesinatos de Rafael Sánchez Moreno, El Pollo, y José Luis Torres, Niño Torres, a quienes se identificó con Los Templarios.

Juan José Farías Álvarez, El Abuelo, fue relacionado por la PGR con el cártel de El Milenio o de Los Valencia, habiéndosele procesado en 1998 por posesión de mariguana y armas de fuego. También fue consignado por delincuencia organizada.

Sin embargo, El Abuelo se alineó este año en filas de las autodefensas y logró retratarse con el comisionado Alfredo Castillo, a quien colocó en situación crítica.

La lista de autodefensas con antecedentes penales se alarga y es difícil identificar a todos. Muchos se han enrolado para ocultar ilícitos y esperan que las autoridades federales los den de alta en los cuerpos policiacos o en las autodefensas rurales. Equivaldrá a meter en casa a peligrosos sujetos, amigos de lo ajeno.

Hemos dicho que en Colombia aparecieron las autodefensas en 1970 y hoy son dueños de grandes territorios, donde imponen sus leyes, cobran impuestos y abusan de niñas.

Eso mismo sucede en Chiapas con el EZLN. La Selva Lacandona es destruida y convertida en territorio de tráfico de armas y drogas. En 20 años, los gobiernos del PRI y el PAN no han sido capaces de recuperar esa zona de abandono y de delincuentes.

Para colmo, la llegada de militares, marinos y agentes federales a Michoacán provoca el éxodo de Templarios que buscan acomodo en otras entidades, principalmente en el Estado de México, Guerrero, Morelos, Jalisco y Guanajuato.

Debido a ello se incrementan secuestros y cobros de piso en Morelos, y en los municipios mexiquenses de Nezahualcóyotl, Los Reyes La Paz, Ecatepec, Chalco, Naucalpan y Tlalnepantla, entre otros.

Alguna vez dijo El Mayo Zambada, nuevo líder del cártel de Sinaloa, tras la captura de El Chapo Guzmán: “Si me matan o me detienen, las cosas no van a cambiar”.