Entrevista a José John Marulanda Marín/Filósofo, abogado e historiador colombiano

Nora Rodríguez Aceves

A nivel internacional lo que significa la reaprehensión de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, es “un golpe más a la farándula del narcotráfico, hay que recordar que el narcotráfico está inmerso en una cultura que en México se puede evidenciar con los corridos, en Colombia con las telenovelas, y en otras partes con las frecuentes novelas que se están escribiendo sobre el negocio de la droga. Alrededor del narcotráfico se ha creado toda una cultura mediática que de alguna manera alimenta el mito, la aventura, con todos estos elementos que doy”.

Entonces, “la captura de El Chapo Guzmán es otro capítulo más dentro de esa mitología de la cultura popular latinoamericana sobre el narcotráfico. Por eso, digo que mediáticamente es un golpe que se encuadra dentro de esta cultura, pero que en realidad no afecta en mucho la dinámica comercial del narcotráfico”, asegura el filósofo, abogado e historiador colombiano José John Marulanda Marín, también consultor internacional en seguridad y defensa.

Además, advierte, “yo no me hago muchas ilusiones al respecto, la justicia en América Latina, la justicia en México, es un aparato que no funciona como debiera funcionar, y lo mismo, en Venezuela, Argentina o Brasil. Esa una de las características de América Latina: la impunidad tiene niveles asombrosos del 95-97 por ciento. De modo que no hay que hacerse muchas esperanzas, pero tenemos que seguir adelante”.

José J. Marulanda Marín es licenciado en filosofía e historia de la Universidad Santo Tomás de Aquino y abogado de la Universidad La Gran Colombia. Posee una maestría en estudios políticos de la Universidad Javeriana y una especialización en psicología política de la Universidad de Ohio. Ha sido catedrático de varias universidades colombianas y de la Universidad de la Defensa en Washington. Es coronel retirado del Ejército de Colombia.

Captura mediática

Marulanda Marín comenta en entrevista, vía telefónica, con Siempre! sobre la recaptura en México de El Chapo. “Como ya lo dije en otros periódicos desde el mismo momento en que sucedió el hecho —y he venido monitoreando lo que han dicho otras personas— yo soy de los que cree que la captura de este señor no afectará en lo más mínimo el narcotráfico porque ése es un comercio dirigido por multinacionales exitosas que se mueven en todo el mundo gracias a la oferta y a la demanda. La captura de personajes ligados a las direcciones de estas organizaciones no afecta para nada el negocio, por el contrario”.

“Es una captura más mediática que efectiva; por supuesto, le da una buena imagen al gobierno mexicano y envía un mensaje de éxito en la guerra que está teniendo en contra del crimen organizado. Es una captura que por los conocimientos que tengo se da gracias al apoyo de Estados Unidos, no es coincidencia que suceda pocos días después de la reunión trinacional del 19 de febrero en México, donde se reunieron Barack Obama, Stephen Harper y Enrique Peña Nieto. Estoy casi seguro de que ya la DEA (Drug Enforcement Administration) tenía una gran cantidad de datos para facilitar ese golpe a las autoridades mexicanas y de esa manera sentar algún precedente entre la opinión pública de la relación, de la colaboración, efectiva de Estados Unidos al gobierno mexicano”.

“La DEA en toda América Latina cuenta con recursos económicos y tecnológicos que los países de la región normalmente no tienen, esto hace que su apoyo sea fundamental para la captura de estos jefes del narcotráfico y para todo lo demás, pero hay que recordar que la DEA da los golpes de acuerdo con las directrices de Washington, que busca —más que desarticular las redes del narcotráfico— sus objetivos; en ese marco estratégico un objetivo es aposentar y mostrar los beneficios del apoyo norteamericano y no en vano se da este golpe después de la reunión de los tres mandatarios”.

El asesor internacional en seguridad explica que “en países como Ecuador y como Bolivia en donde la DEA ha sido retirada por los gobiernos izquierdistas que hay en esos países, el narcotráfico se ha convertido en un verdadero problema. En Ecuador se ha convertido, como alguien lo llamó, en la OEA del narcotráfico: de pronto es el principal centro de lavado de dinero actualmente del narcotráfico, y Bolivia tiene la producción de droga disparada desde que salió la DEA, esto para pintar un poco el panorama en que se da la captura de este señor”.

 “Después de la captura, la realidad es que el narcotráfico seguirá y como siempre ha sucedido en 20-30 años que llevamos lidiando con esto, la salida de un jefe normalmente deja un vacío que genera luchas internas para ocupar ese espacios. Es predecible también que haya algún tipo de lucha interna entre los tenientes, entre los subjefes del cártel de la federación de Sinaloa por ocupar el cargo de este señor, y es probable que veamos algunos asesinatos masivos o algunos asesinatos selectivos”.

Ya sucedió en Colombia

Es lo mismo, dice Marulanda Marín, que sucedió en Colombia, “cayeron los dos grandes cárteles y surgieron una cantidad de cárteles pequeños, y ahí estamos, sigue Colombia a pesar de que el gobierno cacarea que con el gobierno de Estados Unidos que se logró vencer el narcotráfico; ¡eso es una mentira! Colombia sigue siendo el primer productor de cocaína en el mundo. Por lo tanto, la captura de El Chapo Guzmán genera aplausos, bienvenidas, fotos, crónicas, y los políticos, como siempre, se aprovechan de eso, especialmente, los que están en el gobierno; y mientras, el narcotráfico seguirá”.

Ante las declaraciones de expertos en seguridad internacional que señalan que el capo sinaloense tiene presencia en 54 países, Marulanda Marín explica que si El Chapo “estuviera dispuesto a entregar la información que tiene sería muy importante para desmantelar redes internacionales del narcotráfico. Es bueno aclarar que uno de los puntos de quiebre en este negocio de las drogas fue cuando los cárteles colombianos, especialmente, el cártel de Medellín (y aquí hay que mencionar la figura de Pablo Escobar, que también cuando cayó se dijo: golpe certero al narcotráfico, y como 20 años después seguimos en las mismas) y el Cártel del Valle; también cuando se capturó a los hermanos que dirigían esa organización se dijo: ahora sí se acabó, y el narcotráfico sigue. Hay un punto de quiebre entre esos cárteles de Colombia que son productores, frente a los cárteles mexicanos que surgieron con mucha iniciativa empresarial y mucho más agresivos para abrir mercados”.

 

Cárteles, multinacionales exitosas

Por eso, “cárteles como Los Zetas, del Golfo, de Sinaloa, son multinacionales exitosas porque hay una demanda de lo que ellos negocian, no de lo que ellos producen, porque solamente Colombia, Perú y Bolivia producen más del 95 por ciento de la cocaína del mundo, y no solamente eso, sino que el cártel que dirigía El Chapo Guzmán estaba incursionando exitosamente ya no con la cocaína sino con las metanfetaminas, con las drogas de diseño. En Filipinas se habían ya identificado cargamentos mexicanos que estaban llevando este tipo de producto superando a las mafias africana y asiática que estaban también ahí comerciando. Luego, estos entendimientos comerciales ilegales trasnacionales no pararán debido a que se haya capturado al Chapo, y si él decide o si llega a un acuerdo para colaborar, evidentemente, se podrán desarticular una cantidad de redes y conexiones que él o su organización habían logrado hacer en los últimos años a nivel mundial”.

Que El Chapo se quede en México

En ese sentido, el consultor internacional en seguridad y defensa expresa su análisis sobre la conveniencia de que el capo sea extraditado a Estados Unidos como está pidiendo el gobierno norteamericano: “Hoy tenemos una rivalidad entre el sentido nacionalista de los mexicanos y el sentido pragmático de los norteamericanos, vamos a ver cuál de los dos imperará al final. Yo entiendo a los mexicanos y entiendo su orgullo nacional y deben de estar las fuerzas militares, sobretodo, muy orgullosas de ese logro y por supuesto que quisieran en justicia, tener a su connacional bajo las rejas y cantando lo que tenga que cantar, pero también los norteamericanos tienen interés en eso y ellos son mucho más pragmáticos que nosotros los latinoamericanos”.

De ahí que, “a mi modo de ver, con un sentido también nacionalista como los mexicanos, creo que debería quedarse bajo la tutela del gobierno nacional de México y debiera ser juzgado y debiera decir lo que quiera decir en México y para que tengan las autoridades mayores herramientas para combatir ese problema, pero ésa es una decisión que escapa a nuestra voluntad y a nuestro pensamiento; es probable que un acuerdo entre los dos países, recordemos que todavía el Plan Mérida no arranca en forma, precisamente debido a los celos que hay por parte de México, y no sabemos si el gobierno llegará a un acuerdo con Estados Unidos y lo envíen hacia allá”.

Aunque, “hay que hacer una aclaración aquí también, la justicia norteamericana es una justicia sumamente seria y severa; por el contrario, el índice de no aplicabilidad de la justicia en Latinoamérica es del 95 por ciento y en México ese índice de impunidad es sumamente alto también, bordea el 94-96 por ciento, por lo que ante aparatos de justicia que en América Latina no funcionan correctamente, los delincuentes muchas veces prefieren quedarse aquí y no ir a Estados Unidos”.

No obstante, “por muy severos que sean los jueces norteamericanos y por muy serios, aquí en Colombia ya tenemos una cantidad de narcotraficantes que fueron a ese país, entregaron alguna parte de las rutas y de la información que tenían, pagaron unos años reducidos debido a su colaboración y ya están de regreso en el país. Algunos de ellos incorporados de nuevo al narcotráfico y otros disfrutando del dinero que lograron salvar después de sus confesiones; entonces, no es fácil y no es un aspecto de decidir sí o no, tiene muchas aristas este tema”.

Legalizar el consumo

En este marco de la detención del narcotraficante más buscado por el mundo y el más rico y poderoso según revistas especializadas en negocios y finanzas, Marulanda Marín fija su posición sobre la estrategia a seguir para de alguna manera disminuir la presencia del narcotráfico a nivel internacional o desmantelar algunas redes del crimen organizado: “Soy de los que piensa que el final de todo esto será necesariamente la legalización del consumo, la legalización por supuesto controlada y con una gran campaña educativa del consumo de este tipo de drogas, de manera específica de la cocaína. Ya hay suficientes estudios y es suficientemente conocido que drogas como el alcohol y el tabaco producen más muertes que la cocaína, y que la cocaína —todos lo sabemos— es una droga de consumo cotidiano en muchos sectores de Estados Unidos, principal consumidor, lo mismo que en Brasil, que ahora es el segundo consumidor mundial, para no hablar de Alemania y de Inglaterra, en donde está al alza el consumo, y en Lejano Oriente”.

“De acuerdo con las Naciones Unidas el 80 por ciento de las ganancias del narcotráfico se queda en Estados Unidos, solamente el 20 por ciento de esas ganancias llega aquí, a América Latina; imagínese el dinero que eso produce, esas ganancias son lavadas en Estados Unidos por bancos de todo tipo de prestigio, Bank of America, Citibank y demás, y entran a circular al sistema monetario norteamericano. Total, que los latinos —colombianos, mexicanos, todos los demás— nos quedamos, primero, con muy poco dinero de lo que eso produce, y segundo, somos los que ponemos los muertos”.