De la violencia
Teodoro Barajas Rodríguez
El sosiego demora en llegar a nuestro país, la violencia irrumpe cual epidemia, lo mismo se expresa cegando vida de alcaldes que detona a través de esos esperpentos denominados pomposamente y a la argentina barras bravas en los estadios. Todo ello es un retrato fiel de una realidad con la insoportable patología del ser.
La nota roja ha ocupado los espacios que fueron de la fuente política como sucede con el caso Oceanografía, expediente en el cual la corrupción y tráfico de influencias parecen corroer cualquier resquicio ético.
Sucesos que no fueron comunes ahora muestran su músculo, en teoría el futbol es un asunto familiar, un bello deporte que a decir de Mario Benedetti fue más puro antes de que se vistiese de inmensas fortuna en dólares o euros, los problemas suscitados en el estadio Jalisco recientemente retratan un estado de ánimo, una sinrazón que se anida en muchos como un elemento sintomático de lo que puede provocar la permisividad amparada en la impunidad.
No se trata tampoco de vestirnos con el traje del pesimismo, la violencia en sus diversas manifestaciones tiene diversas fuentes, en principio mucho de la personalidad se traza desde la niñez en el seno familiar, en los últimos años México ha enfrentado una seria oleada criminal, narcos, cárteles, música que hace apología de los señores de la droga con el alud de crímenes que genera esa fuerza oscura al mostrar su músculo. Antivalores.
En Michoacán durante los últimos años la violencia parece enseñorearse hasta el grado de surgir las autodefensas al margen de la ley aunque motivó el involucramiento de los diversos niveles de gobierno, sólo que la ilegalidad no puede combatirse con lo mismo.
Los estallidos sociales en gran medida son motivados por la impunidad, ése es un problema estructural, la ley no se aplica y el ente violento se alimenta de las omisiones así como de la corrupción, así ha funcionado la maquinaria perversa con la complicidad que hace funciones de lubricante del engranaje.
Para romper el círculo vicioso la familia como núcleo de la sociedad ocupa un lugar preponderante para cambiar de modelo, es en la célula fundacional en la que se comparten, fomentan y promueven valores.
La escuela tiene una importante contribución en la formación de ciudadanos, no basta enseñar a leer y escribir, sino que es menester saber pensar, abrir los ojos para tomar conciencia, aunque en muchos casos son los propios mentores quienes atentan contra la educación.
La violencia en las propias escuelas de educación básica, principalmente, ha crecido en los últimos años y en muchos casos se suben videos en las redes sociales, se arruina la autoestima de muchos estudiantes pero en gran medida prevalece la impunidad. En todo caso es muy probable que las familias de los agresores tengan una mala sombra para los infractores, lo preocupante es que origen es destino, señalan los psicoanalistas, si esto fuere así significa que las cosas pueden empeorar si no se hace algo trascendente.
