Un hombre iracundo por los celos asesinó a su esposa, desmembró el cuerpo y escondió los restos en una maleta, la cual depositó en un carrito de venta de barbacoa; sin embargo fue detenido cuando huía de la ciudad luego de que un amigo lo delatara.

Juan Carlos “N”, de 30 años, pensó que había logrado fugarse de las autoridades: Ya se encontraba a casi 100 kilómetros de la capital viajando en un autobús de pasajeros rumbo al puerto de Acapulco.

Pero apenas salía de ciudad Meoqui, el camión se detuvo, varias patrullas de la Policía Estatal le cerraron el paso. En medio de la confusión entre los viajantes los oficiales arrestaron al presunto homicida, era cerca del mediodía.

Cuatro horas antes, Juan Carlos llegó con su esposa a un cuarto de renta ubicado en la colonia Villa Juárez. Vecinos los vieron ingresar, y posteriormente él salió con diferentes artículos domésticos que fue y remató en un bazar cercano.

Lo que nadie notó es que no se llevó al bazar una maleta, sino que la escondió en el interior de un carrito de barbacoa, que estaba en el porche de la vecindad. En la petaca iba el cuerpo descuartizado de su pareja, quien según las autoridades tenía 28 años.

Juan Carlos pidió a un amigo que los llevara a la Central Camionera, y en el trayecto le confesó lo que había ocurrido. El conocido lo acompañó a comprar el boleto para Acapulco y anotó el número del camión.

Apenas partió la unidad, el amigo dio parte a las autoridades, por lo que se montó un operativo para alcanzarlo en la carretera.

Una vez detenido confesó que su esposa le fue infiel, que descubrió lo ocurrido por unos mensajes en redes sociales. Reconoció que pensaba en golpearla para darle “un escarmiento” pero perdió la cabeza y terminó asesinándola.