¿El caso Versini no?
Humberto Musacchio
Antes de que llegara a México Francois Hollande, presidente de la República Francesa, en una especie de confesión no pedida, Carlos de Icaza, subsecretario de Relaciones Exteriores, salió a declarar que Enrique Peña Nieto y su visitante no abordarían los casos de Florence Cassez y Maude Versini.
Lo de Florence Cassez es caso jurídicamente cerrado, pues más allá de sus relaciones con mafiosos y el hecho de hallarse en pésimas compañías cuando fue detenida, la policía mexicana cometió con ella abusos que invalidaban el proceso en su contra. Por lo menos ésa fue la razón que dio el gobierno mexicano para justificar que se excarcelara a esa mujer y se le permitiera viajar a Francia.
Sin embargo, el caso de Maude Versini es muy distinto, pues su exmarido, Arturo Montiel, abusando flagrantemente de sus influencias —fue gobernador del estado de México y es tío del actual presidente de la República— mantiene prácticamente secuestrados a los hijos que tuvo con la francesa, los que le fueron confiados para la visita a que tiene derecho como presunto padre de las criaturas.
Haciendo gala de todo su poder, Montiel logró incluso que un juez mexicano le concediera la custodia de los niños, pese a que existe la sentencia de un tribunal francés, según la cual la madre tiene derecho a que los hijos vivan con ella y Montiel a que lo visiten durante algunos días de cada año. El caso ha tenido en el extranjero una resonancia poco favorable para la llamada justicia mexicana, lo que debería llamar la atención de las autoridades.
Valérie Trierweiler, quien viviera con Hollande los primeros meses de su mandato, ha pedido al mandatario galo que ayude a Versini a rescatar a sus hijos. “@FranceDiplo debe actuar”, escribió en twitter quien fuera señora del presidente francés. Maude Versini, por su parte, envió un mensaje a Hollande, a Peña Nieto y a Laurent Fabius para que le sean devueltos sus “tres hijos franceses”, detenidos en México desde hace dos años y medio.
Así, pues, pese a la apresurada declaración del señor Carlos de Icaza, eran varios los antecedentes de que el asunto estaría sobre la mesa, aun cuando no figurara en la agenda de ambos presidentes. Para despejar toda duda, en una reunión con la comunidad francesa de México, celebrada en el Club France, Hollande hizo una oportuna precisión: “Francia —dijo— no abandona a nadie, a ningún connacional”, tradición de la existen numerosos testimonios. Y ocurre que Maude Versini y sus tres hijos tienen nacionalidad francesa. Por eso cabe preguntar: ¿Seguirá la impunidad de Montiel?