PAN: elecciones internas
Félix Fuentes Medina
Merced a la aprobación de la reforma secundaria político electoral podrían disminuir las disputas partidistas y dar curso a las legislaciones de telecomunicaciones y energética. Pero faltan escarpadas montañas por escalar.
En mucho ayuda la elección por el liderazgo del PAN que ganó Gustavo Madero. El calderonista Ernesto Cordero fue vapuleado por segunda vez en su partido.
Alfil de Calderón, Cordero afirmó en su campaña: “un partido como lo tenemos hoy ya no es creíble, ya no somos el referente de honestidad”. Nadie del PAN refutó este concepto lapidario, relacionado con la montaña de denuncias contra militantes blanquiazules corruptos.
En referencia a su adversario, Cordero declaró: “De nada le sirve al PAN un presidente escondido en las oficinas de avenida Coyoacán que nada más asoma las narices para ir a aplaudirle a Peña Nieto”.
Así piensa una mayoría panista y algunos medios señalaron que el presidente Peña Nieto fue el ganador de la contienda blanquiazul.
Madero adelantó que impediría un eventual pataleo de Cordero. Pero no le apenan sus acompañantes, los diputados Luis Alberto Villarreal y Jorge Villalobos, quienes lo escoltan.
Villarreal es coordinador del PAN en la Cámara baja y logró fama nacional con los moches denunciados por un alcalde a quien exigieron decenas de millones de pesos en la realización de obras financiadas con presupuestos aprobados en San Lázaro.
Villalobos es vinculado a los moches de Villareal, y también en los casinos de éste y su hermano Ricardo. Por doquier surgen las corruptelas blanquiazules.
En esa baraúnda, Cordero se distinguió en el bloqueo de reformas enviadas por Peña Nieto. Impidió los votos de senadores que le son leales y, dividida la bancada albiazul, quedaron frenadas las secundarias de telecomunicaciones y energética. Ambas están en el viento.
Cuando intentó la candidatura presidencial del PAN, Cordero quiso significarse mediante un debate de reto financiero con Peña Nieto, quien lo ignoró.
Tan marcado desprecio generó odio enfermizo de Cordero al primer mandatario. Si a ello se agregan las maniobras abiertas y ocultas de Felipe Calderón contra el régimen priista, es explicable porqué un sector de legisladores del PAN bloquea las reformas. A tirones fue sacado del barranco el proyecto político electoral y se presagian agrias disputas para salvar las pendientes.
No estamos en tiempos de Cárdenas y Elías Calles, pero si al expresidente Calderón se le permite actuar a placer… ahí están los costos.
Sobre el proceso del domingo pasado estuvieron en condiciones de votar 217 mil 593 panistas y lo hizo el 72%. Para Madero correspondieron 88 mil 537 sufragios (56.76%) y 67 mil 447 a Cordero (43.24%). Sonora paliza.
De por sí el panismo tiene escasa militancia: 204 mil 863 activos y 162 mil 996 adherentes, unos cuantos ante los más de 84 millones del padrón nacional de electores.
No faltan, los adherentes azulados de la comunicación que ya trazan un sendero luminoso al PAN por lo sucedido el domingo pasado.