Entrevista a Víctor Alarcón Olguín/Profesor-investigador de la UAM-Iztapalapa

Moisés Castillo

De nada sirvió el espaldarazo de último minuto de Margarita Zavala. El fracaso de Ernesto Cordero estaba escrito, las encuestas así lo dictaban. No pudo quitarle la dirigencia nacional a Gustavo Madero y el calderonismo sufrió una derrota más. Parece que la estancia académica de Felipe Calderón en Harvard durará un poco más. El PAN queda dividido, pero con la oportunidad de replantear su discurso con miras a las elecciones intermedias y rumbo a la presidencial de 2018.

Madero fue reelecto para encabezar la dirigencia nacional los próximos 18 meses junto con Ricardo Anaya, quien será el secretario general del partido. El oriundo de Chihuahua alcanzó la victoria con más de 13 puntos de ventaja frente a Cordero, es decir unos 22 mil votos. Asimismo tendrá el control para definir las candidaturas a diputaciones federales y las nueve gubernaturas que se disputarán el próximo año.

Hay que destacar que el apoyo de los gobernadores Guillermo Padrés, de Sonora; Rafael Moreno Valle, de Puebla; Francisco Vega, de Baja California, y Mario López Valdez, de Sinaloa, fue fundamental para derrotar el calderonismo.

“Me permito —dijo Madero— hacer un llamado a todos para dejar atrás, lo antes posible, esta contienda interna. A partir de este momento, la prioridad de todos debe estar centrada en los procesos electorales próximos, en las leyes secundarias y en todo el fortalecimiento institucional de nuestro partido. El PAN ha sido el mejor partido de México desde 1939 gracias a nuestros principios, a nuestra doctrina y nuestra capacidad de procesar institucionalmente nuestras diferencias.”

Por su parte, en un tono mesurado pero a la vez frustrado, Cordero se pronunció a favor de la unidad y la pluralidad interna.

“Hemos luchado teniendo todo en contra, los resultados que se han dado a conocer no nos favorecen. Tanto Juan Manuel Oliva como un servidor sabemos que sólo la unidad nos dará la fuerza necesaria para enfrentar los próximos retos, no entraremos en una batalla legal porque lo que necesita nuestro partido es una batalla ética.”

 

A su vez, el Ejecutivo federal envió una felicitación a Madero por su reelección.

“En su calidad de Jefe del Estado mexicano, el presidente Peña Nieto se congratula del clima de civilidad política en el que transcurrió la jornada electoral interna del PAN para renovar a su dirigencia nacional, así como del reconocimiento de su militancia a los resultados dados a conocer por la comisión organizadora de esos comicios”, indica el comunicado oficial.

Sin embargo, la agrupación Panistas por México —destacados exmandatarios estatales— en voz del exgobernador de Nuevo León, Fernando Canales, lamentó la reelección de Madero porque toleró la corrupción interna.

“Madero no tiene el perfil que requiere Acción Nacional. Estamos hartos todos los mexicanos, panistas y no panistas, de la corrupción, que la hay en nuestros gobiernos de todos los partidos políticos y Gustavo Madero no ha tomado una sola acción en ese sentido. Tiene ahora una nueva oportunidad con este mandato que recibió en las urnas, vamos a ver si tiene esa capacidad de rectificar porque en su primer periodo no hizo nada.”

Para Víctor Alarcón Olguín, analista político y profesor-investigador de la UAM-Iztapalapa, el PAN tendrá que hacer un esfuerzo de recontextualizar su discurso y oferta electoral, además de una depuración y precisión sobre qué personajes podrían visualizarse en 2015 y 2018.

“Un elemento importante es la reconstrucción de la imagen del panismo, tendrá que afrontar esos temas de posible corrupción. Esto se puede diluir con el tiempo o se seguirá hablando a través del fuego amigo, que se siga manifestando en medio de la discusión de las reformas de relevancia como la de telecomunicaciones y energética, que favorecería al gobierno al encontrar un PAN más dócil en las negociaciones.”

 

Darán una batalla ética

¿Qué lectura le da a este triunfo de Gustavo Madero. ¿Será la tumba del calderonismo?

Felipe Calderón intentó recuperar un partido que se fue remodelando a partir de una recomposición de fuerzas. El triunfo de Gustavo Madero va a implicar un cambio de época en el PAN. Luego del discurso que pronuncia Cordero de una invitación a la unidad y la declaración de Madero que dice que va a trabajar para fortalecer la unidad del partido, me parece que los dos grupos están comprometidos a un esfuerzo de negociación. Madero tiene una fuerza mayor y le permitirá al dirigente nacional mantener a los coordinadores parlamentarios, en una votación que no sólo eligió al presidente nacional y secretario general del partido, sino la planilla básica que es el núcleo central de la composición del CEN. Estos otros espacios posibles de negociación estarán limitados. Lo que queda del grupo calderonista tendrá que asumir una postura de disciplina, de subordinación. En su discurso de derrota, Cordero aseguró que esto no impedirá que sigan enarbolando la batalla ética, seguir los principios, doctrina, los valores originales del panismo. Esto será el centro del debate que veremos en los próximos días en el interior del PAN.

¿Por qué perdió Cordero? ¿Qué significaba su plataforma?

Cordero representaba la materialización del grupo tradicionalista del panismo que controló al PAN muchos años, muy identificados con los padres fundadores del panismo como Gómez Morin, como González Luna, pero fue rebasado por un discurso más pragmático, más liberal, centrado en la idea de darle más peso a las regiones, y que dará un equilibrio de fuerzas en el tiempo que estará al frente Madero. Esto, incluso, permite la entrada de una división entre los grupos tradicionalistas. El Yunque, que estuvo con Juan Manuel Oliva, también se dividió en esta elección. Un actor como Cecilia Romero, que acompañó en este primer ejercicio de poder a Madero, es también de un sector conservador católico y que no siguió en el mismo tono de apoyo al calderonismo. De hecho, Madero era un actor original del calderonismo, que al final se fracturó. Vemos a un expresidente del partido apoyando a Madero, otros excalderonistas, como Jorge Romero, fueron actores importantes para la victoria en el DF; Juan Molinar, que había sido pieza importante del calderonismo pasó al grupo maderista. Esa fusión con anticalderonistas y foxistas como Creel permitió su triunfo. La forma en que Madero terminó articulando a diversas personalidades del panismo y que habían sido denostadas por Calderón creó un caldo de cultivo que fue muy bien aprovechado por Madero para lograr que gobernadores, que estuvieron en la interna presidencial con Cordero (Rafael Moreno Valle, Guillermo Padrés), apoyaran su reelección. Generó las alianzas necesarias en estados clave como Nuevo León, que le permitieron armar su victoria.

 

Condiciones de diálogo con Peña Nieto

¿Cuáles son los principales retos de Madero? ¿Cambiará la relación del PAN con el gobierno federal?

Es importante la forma en que se dé el diálogo con el gobierno federal, aunque ya no sea con el formato del Pacto por México. El presidente fortalece en buena medida la capacidad de interlocución que ya venía generando con Madero. La posibilidad de un triunfo de Cordero hubiera implicado replanteamientos, pero no hubieran modificado gran cosa. Quizá los calderonistas que estaban acostumbrados a negociar durante el sexenio con Manlio Fabio Beltrones, o personajes de Nueva izquierda, esto generó una especie de presidencialismo coalicional como se le llama en el mundo académico, una alianza transversal entre las tres principales fuerzas políticas. Madero dio un giro que le permitió acercarse a Peña Nieto y dejar de lado a los viejos interlocutores priistas, que ahora también son actores secundarios que se han disciplinado. Esta disfuncionalidad Madero la resolvió con un golpe de mano, cambiando a Cordero como coordinador senatorial, pensando en un acomodo importante, no obstante la obstinación de Cordero y los calderonistas de seguir siendo un contrapeso.

Ahora Calderón y su grupo político tendrán que visualizar cuáles serán sus posibilidades, primero, en el espacio del reparto de candidaturas de 2015. Madero podrá ponderar las condiciones de diálogo de candidaturas con el calderonismo, que tiene en Margarita Zavala un interlocutor interesante, abiertamente veremos las posibilidades incrementadas de un Rafael Moreno Valle, y se verá qué tan sólida es esta alianza con algunos gobernadores hacia 2015.

Además, la elección abierta y el cambio de estatutos benefició a Madero…

Los resultados son positivos para Madero en la parte organizativa, así como el control del padrón fue decisivo. Hay que decirlo: el control de la autoridad interna favoreció notablemente a Madero. Se repitió lo que ha pasado en las últimas internas panistas: quien controla la autoridad electoral, avanza en gran medida hacia la victoria. Así le pasó a Calderón cuando recuperó el Consejo Nacional en 2005 y logró imponer sus reglas para la elección en 2006. Así lo pudo generar en buena medida Josefina Vázquez Mota con modificaciones, en un intento de alianza con Calderón, para ganar la contienda interna frente a Creel y Cordero. Las situaciones que se presentan para el PAN serán de un enorme trabajo para ver cuál será la capacidad política del grupo de Madero, y definir hasta qué punto los votos calderonistas al final de la actual legislatura serán definitivos para alcanzar acuerdos e interlocución con Peña Nieto.

¿Cuáles serán las acciones inmediatas que tendrán que atender? ¿Elecciones intermedias, los llamados “moches”?

Él no tiene la obligación de hacerlo. No creo que lo haga a menos de que sean los propios calderonistas quienes empujen el tema. El que acusa, prueba. Una cosa son rumores o filtraciones, desgraciadamente una grabación o declaración no tiene valor probatorio. Salvo el caso de una autoinvestigación que ha generado Luis Alberto Villarreal, que es el único en esta diáspora de acusaciones que se han hecho públicas de presuntas malversaciones de fondos públicos. Lo que me llama la atención es que ni Cordero ni sus aliados políticos hayan dado un paso adelante y llevar estos asuntos a nivel de la denuncia penal.

Madero habló de nuevos cuadros pero, ¿cómo lograr la unidad con personajes que fueron referentes del partido, como Josefina Vázquez Mota?

 

La figura de Josefina es una figura que ella misma debe revalorar. Ella fue muy clara en no ver posibilidades en un proceso de liderazgo interno. Creo que en general para el PAN es un momento muy importante para revalorar qué tipo de actores pueden recuperar la credibilidad del partido, su imagen pública, que sean caballos de batalla que encabecen un proceso de recuperación del Congreso y anclar el discurso hacia las alecciones de 2015. Josefina, como Cordero, que en ese entonces garantizaba la derrota del PAN, muestran que no tienen el empuje mediático y de militancia. Tuvo muchas propuestas, pero estuvo en una actitud combativa, quejosa, y eso a los electores no les gusta. La de Madero estaba muy enfocada a los temas electorales y el camino ganador que lo tiene demasiado encuadrado en una línea monotemática, pero que tiene mayor impacto en los militantes. La decisión de no ir a la impugnación es un signo sobrio e importante de Cordero, porque tenía que demostrar en el tribunal posibles actos de cargada.

En general, me parece que Cordero se retira de la mesa como lo hizo en su momento Josefina. Se retiran con los activos que podrían servirles, si bien no para ser los jefes de grupo o corriente, serán actores que seguirán teniendo influencia de manera significativa en toma de decisiones.