Entrevista a Alejandro Villagómez/Profesor-investigador del CIDE
Moisés Castillo
El talón de Aquiles de México es la economía. En las últimas tres décadas ha tenido un crecimiento pobre: 1.8 por ciento promedio anual. Hace un año, el mismo secretario de Hacienda, Luis Videgaray, puso en la mesa esta preocupación de que en los últimos 30 años la productividad en el país no ha crecido, la tasa ha sido negativa, mientras otras economías avanzan.
“En el caso de México, el crecimiento lo está aportando fundamentalmente nuestra fuerza de trabajo y la adición de capital y la productividad está siendo un freno. Es decir, que nos hubiera ido mejor si tuviéramos la productividad que teníamos en 1980. Estamos quedando a deber en materia de crecimiento económico.”
Enfoques
Van 17 meses del gobierno de Enrique Peña Nieto y los resultados en materia económica no son halagadores. Mientras la Secretaría de Hacienda insiste en que la economía no está en recesión y continúa “creciendo” gracias al dinamismo de las exportaciones, el Banco de México recomienda la “conveniencia de revisar a la baja el rango esperado para el crecimiento del PIB de México en 2014”.
En los últimos días, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señaló que la economía mexicana se encontraba en una fase de recesión. Además informó que de enero a marzo de 2014 se sumaron a la población desocupada 52 mil 507 personas. Es decir, en el primer trimestre del año la población desocupada en el país se situó en 2 millones 484 mil 798 personas, con lo que la tasa de desocupación correspondiente fue de 4.8% de la Población Económicamente Activa, porcentaje superior al 4.6% registrado en el último trimestre del año pasado.
Ante este panorama gris, el subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela, indicó que se espera un mayor dinamismo de la economía en el segundo semestre del año.
“A pesar del menor dinamismo económico en el primer trimestre del año, hay factores que ya muestran una mejora y que tienen una incidencia positiva sobre el consumo privado. Las reformas estructurales aprobadas en 2013 permitirán aumentar el potencial de crecimiento económico, que en las últimas décadas ha oscilado entre 2 y 3 por ciento.”
Por su parte, el perredista Javier Salinas Narváez, presidente de la Comisión de Seguridad Social en la Cámara de Diputados, lamentó que la administración de Peña Nieto no pueda reactivar la economía.
“Lo está tratando de hacer pero no se ven resultados a corto plazo, no se ve crecimiento económico, no se crece como se había planteado, los índices del Producto Interno Bruto no están en la expectativa que se generó, no se crece lo que se había prometido.”
Sin embargo, el titular del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, sostiene que la economía nacional no está en recesión y muestra signos de recuperación.
“La tasa de desocupación abierta se ubicó en 4.8 por ciento, la más baja en los últimos años. Quiero ser muy enfático en esto, la economía mexicana no se encuentra en recesión, no ha habido ni siquiera un trimestre con crecimiento negativo; sí ha tenido desde finales de 2012 una desaceleración, y en este momento lo que observamos es que las reformas aún no se concretan y eso ha detenido el crecimiento que se espera.”
Problema técnico de dos vertientes
Para Alejandro Villagómez, profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas, el gobierno federal es muy optimista y los críticos son muy pesimistas en torno al comportamiento de la economía nacional.
“Esto ha ocurrido en los últimos trimestres. El tema sería de una economía que no logra recuperarse, que sigue estancada. Ésa es la realidad, es lo que le importa al ciudadano de a pie, saber que no se están generando los empleos necesarios.”
¿Qué opina sobre esta polémica entre el Inegi y Hacienda sobre si hay o no recesión económica?
En realidad es un problema técnico. Esta discusión tiene dos vertientes: la pragmática y la técnica. En el pragmatismo se dice que las cifras están reportando un crecimiento por debajo de nuestro potencial. No estamos decreciendo, estamos creciendo, pero muy poco. La otra es una discusión técnica porque no existe una definición única sobre qué es una recesión, cómo se mide. La forma en que se solía medir la recesión y lo hacían muchos países era una simple regla de dedo: si tengo dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, entonces ya se podía hablar de una recesión. Si seguimos con esta lógica no hemos tenido trimestres con crecimientos negativos. Hemos tenido trimestres con crecimientos bajos, pero siguen siendo positivos. Otro enfoque es el que usa el Inegi: indicadores compuestos, coincidentes y adelantados que se usan y es una metodología más común de Estados Unidos, que incluyen una serie de variables de producción, ingreso, demanda, en un lapso mucho mayor. Es por eso que la interpretación que se le dio al último informe del Inegi fue de que la economía está en recesión. Pero a mí me parece que es una discusión un poco con tintes políticos, evidentemente el gobierno dice que no, pero la oposición dice que sí.
El crecimiento es un mal de varias décadas, ¿qué factores persisten para que la economía nacional no repunte?
Hay todavía una serie de factores estructurales, pero veamos los más recientes. Sí ha habido años de crecimiento moderado, pero ahora la preocupación es que en 2013 se creció a 1.6 por ciento, y el primer trimestre del año apunta que será de 1.5 por ciento, crecimientos muy bajos. Están por un lado los factores externos, el más importante es que Estados Unidos tampoco ha logrado recuperar las tasas de crecimiento requeridos, y sabemos que economía nacional depende enormemente del sector externo. Está el aspecto interno, que sí tiene que ver con lo atrofiado del mercado nacional que no sustituye o compensa el débil mercado externo. Tenemos cuellos de botella que se traducen en una alta informalidad, que no están permitiendo una mayor productividad, no crecimiento económico.
En el difunto Pacto por México se mencionó que se tenía que crecer por encima del 5 por ciento, ¿qué se necesita para alcanzar estos niveles productivos?
Un punto crucial es que la gente está lanzando críticas al bajo crecimiento, ya están las reformas estructurales y no pasa nada. Es que no iba a pasar nada a corto plazo, lleva tiempo para que estas reformas empiecen a cuajar, todavía no se han aprobado las leyes secundarias. Crecer al 5 por ciento, y esto sería visualizado a finales del sexenio, no ocurrirá el próximo año. Primero se tienen que aprobar en plenitud las reformas estructurales, implementarlas para que empiecen a tener los efectos positivos que se esperan. Por otro lado, la parte externa, que no depende de nosotros, pero que sí es importante, donde Estados Unidos pueda despegar a ritmos mayores de crecimiento para que jale nuestro sector externo. Ésa es la conjunción de los dos factores, lo que podría llevarnos a tasas de ese nivel.
Esfuerzo de Videgaray
En este sentido, ¿el gobierno de Peña Nieto está descuidando el corto plazo?
Es una situación mixta. Un ejemplo de que el gobierno no está descuidando el corto plazo es que este año se planteó un gasto público muy alto, incluso deficitario. Ese gasto se justificaría con un plan a corto plazo para estimular la demanda; no ha ocurrido, pero es lo que hace ver a los analistas que en el segundo semestre del año habrá crecimiento, que lleva tiempo en generar efectos positivos. La otra parte son los impuestos, hubo un aumento, y sí juega en parte en contra de este estímulo de demanda, porque en ciertos rubros y agentes va a provocar un menor gasto.
Existen ya algunas críticas en contra del secretario de Hacienda. ¿Cómo califica estos 17 meses de su gestión?
Ha hecho el esfuerzo —que no se hizo en los últimos dos sexenios— de impulsar agresivamente un conjunto de reformas estructurales, eso es positivo. Pero lo que finalmente quedó de la reforma fiscal fue muy mixto, no fue lo que se esperaba. La calificación es mixta.
¿La reforma fiscal inhibió el consumo interno?
El paquete fiscal tiene los dos componentes gasto-ingreso. Por el lado impositivo sí inhibió, en el neto no sabemos. Tengo la percepción final de que será algo positivo.
A nivel internacional, ¿cómo está situada la economía nacional en comparación con las llamadas economías emergentes?
México está dentro de los países importantes de las economías emergentes. En el pasado algunas economías crecieron mucho más fuerte que nuestro país: China, India. Pero estamos viendo que esas economías emergentes que estaban funcionando bien algunos años, ahora tienen problemas serios, como es el caso de Brasil. México está en el contexto de las economías emergentes, no ha funcionado, no ha tenido el crecimiento que debiera tener y no es la economía emergente sobresaliente en este momento.
¿Coincide con algunos expertos en que la economía mejorará hacia el segundo semestre del año? ¿Cuáles son sus perspectivas?
Los números son muy engañosos, tengo una percepción positiva para el segundo semestre: ese gran gasto público programado para este año tiene que mostrar efectos positivos. Por el lado externo, los indicadores de un mejor crecimiento en la economía estadounidense, son favorables. Estos dos factores tendrían que provocar una mejora, pero nada que nos lleve a un 5 por ciento.