LITURGIA

Un voto de confianza

Teodoro Barajas Rodríguez

Michoacán ha registrado en los últimos años una sacudida en la que se detectan inseguridad, abandono, insuficiencia y ausencia de autoridad, todo ello influyó para que el presente se haya convertido en una trama de terror porque la confianza en los políticos tradicionales es palpable, el Congreso del Estado designó a un académico como gobernador sustituto en busca de la certidumbre extraviada, la primera señal ha sido positiva porque dibuja el consenso de los involucrados para elegir a Salvador Jara Guerrero como jefe del Ejecutivo.

Doctor en Filosofía, investigador y atleta, el exrector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, cargo que ocupaba recientemente, Salvador Jara enfrentará un reto mayúsculo porque las razones o sinrazones que han imperado en Michoacán son inéditas, complejas, como nunca.

Los flagelos son muchos, las demandas abundantes, de eso nadie duda. Son quince meses los que estará al frente del Poder Ejecutivo el gobernador sustituto, lapso breve que debe ser medido y evaluado por los resultados, cambiar el rostro a una entidad que ha contado con gobiernos omisos, ausentes e ineficientes es una gran carga.

La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo destaca por ser un surtidor en diversos aspectos de la entidad a lo largo de la historia, no es de extrañar que en este momento coyuntural contribuya de nueva cuenta.

La Universidad Michoacana desarrolla sus tres funciones sustantivas, la docencia, investigación y difusión de la cultura, cada una de ellas está vinculada a la actualidad por diferentes rutas, entonces la academia no está separada de la praxis aunque las teorías difieren, ciertamente, de la real politik.

Más allá de lo que se pueda expresar por las circunstancias que imperan en nuestra entidad, es conveniente dar el voto de confianza al nuevo gobierno. Regularmente los acuerdos en nuestro país y, particularmente, Michoacán parecen vedados porque impera una Torre de Babel en la que cada cual habla su propio idioma a nombre de sus intereses, al final las voces se dispersan aunque nadie entendió lo que decía el otro, la mismisidad olvida la otredad.

Al designar a Salvador Jara, quien no milita en partido político, como gobernador sustituto imperó el consenso, por ello esa primera señal es favorable, la teoría nos dice que la política es un arte mediante el cual se tejen los acuerdos que una vez operados coadyuvan para construir una tarea fundamental: la gobernabilidad.

Michoacán no puede rezagarse en pleitos estériles de partido contra partido, la diatriba genera más hartazgo que se traduce en los índices cada vez mayores de abstención electoral, es momento de trabajar, sumar, porque nuestra entidad no sólo son diferencias sino un alto número de intereses comunes que están presentes.

La Federación seguramente pondrá más énfasis en lo que ocurre en Michoacán, ha sido una larga noche y la gran mayoría de la gente ocupa paz, certezas, señales y respuestas. Suerte al gobernador Salvador Jara Guerrero.