Entrevista a Rodrigo Elizarrarás/Coordinador de Seguridad de México Evalúa
Irma Ortiz
La siguiente etapa del plan de rescate en Michoacán contempla el combate a la corrupción y los abusos de autoridad, aseguró hace unos días el comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de la entidad, Alfredo Castillo, quien advirtió que no sólo se revisará la situación de los cuerpos de seguridad, sino toda la estructura gubernamental, donde la participación ciudadana desempeñará un papel fundamental.
Castillo aseveró que lo primero que se hizo en el estado fue recuperar el terreno; después, el combate a la extorsión —como hacía el crimen organizado con el cobro del derecho de piso— y ahora las baterías se enfocarán en el combate a la corrupción.
El comité ciudadano para el seguimiento del Plan Michoacán —creado para vigilar las acciones federales en el estado— demandó, a su vez, extender la estrategia de seguridad y desarrollo hasta el cambio de gobierno a celebrarse el próximo año.
El establecimiento de la Fuerza Rural Estatal, a la que se han ido incorporando poco a poco los miembros de las autodefensas en la entidad, hoy busca tener presencia en los 113 municipios de la entidad.
Sin embargo, en opinión de algunos especialistas, el plan de seguridad implementado por el gobierno federal en Michoacán es superficial, y si se quieren resultados efectivos, debe ir a las entrañas de una problemática compleja como la que vive ese estado.
Así, se dio a conocer una investigación de campo realizada entre enero de 2013 y marzo de 2014, en las zonas más conflictivas de Michoacán que incluyen entrevistas a diversos actores de la región, con recorridos y revisión de la información, y que fue realizada por el analista Romain Le Cour Grandmaison y el think tank Noria Research, para la organización México Evalúa, en donde entre otras cosas se destaca que instituciones limpias permitirán mejores posibilidades en la lucha por el desarrollo social y contra la impunidad y corrupción.
Advierte que más allá de acciones policiacas y militares del gobierno federal, lo que se debe hacer es restaurar la confianza de los ciudadanos en los poderes públicos, y dialogar no sólo con el Michoacán armado sino con el resto de los actores políticos, sociales y económicos de la entidad.
En el estudio se asegura que Michoacán es un estado con una alta complejidad económica, política y social cuyo punto de ruptura se da con el surgimiento de las autodefensas, que encarnan el hartazgo de la población civil frente a Los Templarios y la ineficiencia del Estado.
Se establece que uno de los errores del gobierno federal al enfrentar el problema michoacano ha sido quedarse “en un nivel de entendimiento superficial de la situación como un enfrentamiento entre dos o más autodefensas, para luego llegar a la conclusión de que era suficiente elegir y apoyar a uno para suplantar al otro”.
También señalan que la acción gubernamental para sofocar y poner en su lugar a Los Caballeros Templarios no ha sido lo suficientemente contundente ya que las estructuras criminales siguen en pie o se están reconstruyendo. Es necesario —recomienda el estudio— tomar el control de los puertos, de las minas explotadas ilegalmente, y destruir plantíos y laboratorios; monitorear cultivos estratégicos para evitar que criminales se apoderen de ellos.
Para Rodrigo Elizarrarás, uno de los miembros del equipo que trabajó con Romain Le Cour Grandmaison y coordinador de Seguridad de México Evalúa, el dilema que enfrenta el gobierno federal está entre actuar rápido, y la otra, actuar con planeación, “de pronto actúa muy rápido para entrar al tema, pero no hay un plan bien integrado de las distintas áreas que tienen que involucrarse, y después de un tiempo, eso se nota. Se debe transitar de la táctica a la estrategia, de la inmediatez y necesidad de control a un proyecto que demanda un profundo conocimiento de las problemáticas que se viven”.
Alfredo Castillo, entre blanco y negro
¿Su visión de la situación en Michoacán?; en su estudio señalan que la estrategia no es integral, que hay un enfoque limitado.
Lo que el autor intenta reflejar es que la realidad de Michoacán se ha simplificado, que habría que tomar en cuenta a muchos actores sociales, políticos, económicos, presentes no sólo en la región de Tierra Caliente sino también en otras zonas de Michoacán, y lo que propone es que se entienda el fenómeno de las autodefensas y del problema de seguridad en Michoacán desde una perspectiva más amplia; para él que ha sido un estudioso del fenómeno, que ha estado en esa región por varios meses —diferentes periodos de marzo de 2013 a abril de 2014— encuentra que se reduce y se hace muy simplista la visión que el gobierno tiene del problema de autodefensas y de seguridad en el estado.
¿Qué sigue ahora?
La verdad es que es un poco difícil prever qué es lo que el gobierno está pensando en las siguientes etapas, dado que ha improvisado muchas cosas al momento y está respondiendo en coyunturas muy concretas, conforme van sucediendo los hechos. Para nosotros es también muy difícil adelantarnos y avanzar y prever situaciones futuras, pero creo que lo que hay que ir planeando es la salida del gobierno federal en Michoacán.
El restablecimiento de los poderes locales del gobierno del estado, de los diputados federales y estatales de la entidad y, sobre todo, de los ayuntamientos en Michoacán, que están quizá sin poderes, e ir trabajando de la mano con muchos grupos de la sociedad civil, muchos de ellos que no están armados, que no necesariamente están en una posición de defensa, pero que ahí están las voces para reconstruir el tejido social, para reconstruir y conducir Michoacán a una sociedad más pacífica..
Y que realmente impere la ley…
Es muy importante el tema de la legalidad; de entrada, el nombramiento del comisionado Alfredo Castillo; quedó un poco en duda la completa legalidad de este nombramiento, pero es muy importante que se restablezca la ley, que se restablezca la institucionalidad política y que, poco a poco, esperemos Michoacán se vaya pacificando y regresando a una situación más estable.
¿Cómo calificar la actuación de Alfredo Castillo?
Es un poco de blanco y negro, sí hay factores positivos que no hay que dejar de lado. Ha intentado hacer un papel preponderante en el gobierno en la situación de seguridad que está enfrentando Michoacán en estos momentos. Hay un diálogo constante con los distintos grupos, vemos que no es con todos, sólo con algunos grupos.
En algunos momentos, que por cierto Romain Grandmaison, el autor, califica como de amigo-enemigo, que es una relación de somos amigos en ciertas situaciones y con algunos grupos de autodefensa, y de pronto metemos a la cárcel a otros de los miembros de las autodefensas, entonces es ambiguo —como el caso de Hipólito Mora, quien fuera detenido el pasado 13 de marzo por su presunta corresponsabilidad en el asesinato de dos personas, para ser liberado posteriormente y admitido como miembro de las Fuerzas Rurales.
Por el otro lado, el gobierno federal ha tenido importantes detenciones y abatimientos de miembros importantes, eso no hay que negarlo y hay avances en algunos aspectos, pero en otros no, un poco es lo que nuestro estudio plantea y busca dejar claro.
Otro de los puntos que destacan es que no se atacan las fuentes de financiamiento de los grupos criminales.
Hay una parte muy concreta, para dar un ejemplo específico, y que es la industria minera en el estado, donde todos sabemos dónde están las minas, todo el mundo sabe que son operadas por Los Caballeros Templarios; todo el mundo sabe de dónde a dónde van los minerales, eso para dar un ejemplo muy concreto. También se sabe que controlan la economía agrícola de productos como el aguacate y como el limón, que son claves, de exportación, que dejan recursos importantes, pero tampoco se hace gran cosa. Nuestra propuesta es que se reduzcan, se minimicen, se ataquen los factores de financiamiento de estos grupos de la delincuencia organizada, es obvio que en algún momento vamos a tener un éxito mayor con una estrategia de reducir el crimen.
Respecto al manejo del gobierno del estado, ¿qué me dice cuando día a día nos enteramos de los encuentros de narcos con políticos, empresarios y funcionarios de la entidad?
Esta situación nos habla de la complejidad que tiene la sociedad de Michoacán, por un lado los grupos criminales están muy penetrados en muchas capas de la sociedad; se vivía una especie de régimen bajo el cobijo y el manto de Los Caballeros Templarios. Ciertamente está cambiando eso, no es sencillo pero es necesario, aunque tenga sus dificultades que las autoridades responsables restablezcan su posición de poder frente a la sociedad michoacana, la cual en los últimos meses ha estado ausente, es prácticamente nula.
Se ha logrado desinstitucionalizar a las autodefensas, ¿cuál es el peligro de que surjan nuevos grupos busquen detentar el poder?
Insisto, es muy compleja esa situación, por un lado, si quitamos las autodefensas o las desarmamos, entonces va a haber otro grupo que tome su lugar, porque al mismo tiempo las autodefensas tienen una cierta legitimidad para tomar las armas y defender sus comunidades, pero todo este caso es fuera de la ley; entonces habría que retomarlas en la ley, y de pronto vemos que esta parte de las fuerzas rurales es como un parche.
El gobierno va actuando poniendo parches aquí y allá para tratar de contener y mantener cierto control sobre la situación pero todos son parches; en realidad no hay ningún sustento legal por la situación de las fuerzas rurales estatales en Michoacán.
El sustento legal con la legislación federal es apenas una mención muy leve, por ahí en la ley del Ejército y Fuerzas Armadas; todo está colgado como con alfileres, es muy frágil y depende mucho de las voluntades de los actores, nos preocupa un poco eso y quién sabe cómo sean los desenlaces. Todos los días estamos muy atentos de ver cómo van evolucionando los fenómenos.
Continuar con el desarme
Ya entró en vigor esta fuerza rural estatal, sin embargo, seguimos viendo exabruptos en ciertos grupos.
El planteamiento en el estudio que estamos viendo es más bien que, por un lado, vemos que de hecho hay algunas asambleas comunitarias que se han formado en los municipios donde también hay autodefensas, pero estas asambleas comunitarias son más bien grupos sociales, civiles, no armados, que están tomando decisiones, digamos, administrativas, políticas, económicas, a nivel de esas comunidades y que creemos que han sido un poco desaventajadas en esta negociación con los gobiernos estatal y federal. Nos gustaría que se retomaran estos grupos para tomar, a lo mejor conjuntamente, decisiones más adecuadas para las comunidades michoacanas.
También hay que decir que, bajo el manto de autodefensas, han entrado muy distintos grupos, pero son muy heterogéneos, de orígenes muy distintos, con motivaciones en momentos diferentes y algunas oscuras. De pronto, decir autodefensas, todos ahí caen y es una etiqueta un poco riesgosa.
¿Qué otro tipo de propuestas haría México Evalúa en el caso de Michoacán?
Es ir avanzando en el desarme de la zona, es muy preocupante el número de armas que hay en la región, muchachos de 15, 16 años portan rifles AKA-47, y bajo este manto de autodefensas, pero no es ideal que jóvenes estén armados en estas comunidades.
Dos: ir planteando la reconstrucción de este tejido social al mismo tiempo que se reconstruyen las instituciones políticas del Estado y el gobierno federal va un poco haciéndose hacia atrás. Sé que no es fácil, puede ser gradual pero bien podría haber un ejercicio de transparencia de parte del gobierno y mostrarnos cómo le va haciendo, al menos decirnos los lineamientos de aquí a 3 años, 5 años.
Al mismo tiempo que los tiempos se acortan, las elecciones locales en Michoacán están próximas, son el año que entra y se renueva el Congreso, se renuevan municipios; entonces, teniendo presencia federal, muchos programas que están publicitados en la misma página en Presidencia, con los recursos que están impactando en ese estado, y ya hemos oído voces de organizaciones sociales que dicen: “muchos de estos recursos están financiando grupos políticos muy concretos y no se reparten de manera equitativa a todas las organizaciones sociales”, nos preocupa un poco ese escenario el cual parece ser que el gobierno federal está pretendiendo cuidar en la próxima elección del Estado.
El escenario que tiene el gobierno es a corto plazo, cuando tendría que ser un proceso a mediano plazo. Como lo planteamos, un proceso de Estado y no tan partidista, sino más de Estado, en el cual debe de procurar la seguridad de toda la población y de todos los territorios.
¿Cuál sería el riesgo?
El riesgo será que vamos a tener una mayor polarización, quizá los enfrentamientos se incrementen, quizá las autodefensas sientan una traición y se mantengan en armas un mayor tiempo. No sé, hay un poco el silencio en cuanto a qué están diciendo los grupos opositores, partidos como el PAN y PRD, en el Estado, yo no veo muchas voces ahí, y habría que ir viendo cómo se van conformando esos elementos para la próxima elección, a lo mejor brotes de violencia pero es difícil decirlo con un año de anticipación.
Michoacán será un punto fundamental a la hora de calificar la tarea de este gobierno.
Creo que sí, porque al final es una de las estrategias a la cual le ha entrado el gobierno federal con mayor decisión, ha tenido mayor participación y, ciertamente, va poner un ejemplo sobre su actuación en el resto de los estados y en el resto de los territorios del país, sin duda.