El juego es sólo eso; aunque la mercadotecnia dice lo contrario

Teodoro Barajas Rodríguez

El futbol es, en sí mismo, un fenómeno social, máxime la potencia que adquiere en una competición internacional como el próximo campeonato de Brasil 2014, motivo o pretexto para intuir la fabricación de cortinas de humo.

La opinión pública suele ser muy intuitiva a la hora de detectar los distractores que desvían la atención de los problemas ostensibles de nuestro país. En el mismo Brasil, las agitaciones y movimientos sociales no amainan, muchos cariocas se manifiestan en contra del Mundial, ante los brutales desalojos de diversas comunidades que el gobierno pretende disimular.

Al calor de los festejos deportivos no son pocos los políticos que olfatean la oportunidad para colgarse de la fama efímera de algún deportista famoso, en muchos casos esos señores del gobierno jamás han practicado deporte alguno o suelen ser simples villamelones que desconocen el fondo de las jugadas o tácticas, simplemente posan para la foto y punto. Oportunismo ramplón.

Hace unos días, el presidente Enrique Peña Nieto abanderó a la Selección Mexicana de Futbol que participará en esta justa deportiva, el colectivo que competirá en la tierra que vio nacer y jugar a Edson Arantes Do Nascimento, el inigualable Pelé. El jefe de nuestro Ejecutivo federal les pidió a los compatriotas retornar a tierras aztecas con la copa, quimera que quedó fuera de lugar, sin duda.

Supongo que se trató sólo de brindar palabras de aliento, porque de acuerdo con especialistas deportivos la actual Selección está por debajo de las que participaron en los últimos mundiales, no se augura, por tanto, algo sorprendente, México no tiene jugadores de la talla de Ronaldo, Messi, Casillas o Iniesta, y si a ello se agrega la grave lesión de Luis Montes en días recientes, la única predicción lógica es un fracaso más a la colección.

Conforme se acerque el día de la inauguración del Mundial, los medios de comunicación se habrán de saturar de voces que no cesarán de hablar del juego. En esos días en que la Selección Mexicana dispute sus encuentros en Sudamérica, en la capital de México se tratarán asuntos importantes en el Poder Legislativo, por ello se presume que se capitalizará la distracción para meternos gol tramposamente.

Cada cosa debe estar en su lugar, Cesar Luis Menotti señaló que el futbol es la más importante de las cosas menos importantes; coincido con el argentino, y Eduardo Galeano define el gol como un orgasmo; Mario Benedetti reconoció en su momento su fascinación por el futbol uruguayo hace muchas décadas, antes de mutarse en un espectáculo de millones de euros que rompió la tradición romántica del amor a la camiseta.

Juan Villoro puntualiza en un libro vigoroso por su prosa y conocimiento que Dios es redondo, en clara alusión al balón. En fin, tenemos muchos autores que no se quedan sólo con los goles, aportan los recursos lúdicos, pero no olvidemos que el juego es únicamente eso, aunque la mercadotecnia diga lo contrario.