Entrevista a Ana Lilia Moreno/Directora de la Red Mexicana de Competencia y Regulación

Moisés Castillo

Las noticias económicas no han sido muy buenas en el primer semestre de 2014: se estima que la economía crecerá 2.7 por ciento, muy por debajo de lo estimado originalmente; la reforma fiscal ha contraído el consumo, en el sector informal laboran 3 de cada 5 mexicanos y la inversión privada se ha desincentivado. También las pequeñas y medianas empresas (Pymes), que generan el 72 por ciento del empleo y 52 por ciento del Producto Interno del país, están en una situación complicada.

Tan sólo en 2013 tuvieron su peor contracción en la creación de plazas desde 2005, cerraron con una plantilla laboral de 12.29 millones de personas, sostuvo el INEGI. Muchos analistas económicos coinciden en que no hay posibilidad de que las Pymes compitan con las grandes firmas, hay una competencia desleal que provoca el cierre de pequeños negocios. Esto se suma al poco acceso a créditos bancarios y las altas tasas de interés. Aún no se mejora la capacidad del sistema financiero de prestar recursos no sólo a pequeños empresarios sino al ciudadano de a pie para abrir un negocio.

Un dato que es elocuente: sólo se está apoyando a 800 mil empresas, de un total de cinco millones, según la Asociación Mexicana de Bancos. Las cifras indican que 60 por ciento de ciudadanos recurren a medios informales para obtener créditos financieros, y 20 por ciento ni siquiera tiene acceso a éstos.

Otro de los rezagos es la falta de infraestructura bancaria: en 50 por ciento de los poblados con menos de 50 mil habitantes se carece de cajeros automáticos y sucursales bancarias.

Es por ello que en el marco del Foro Internacional de Inclusión Financiera, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció que aún falta democratizar el acceso al sistema financiero formal.

“Tener acceso o no a un crédito hipotecario es la diferencia para que una familia pueda adquirir su vivienda; tener o no acceso a capital semilla significa que un emprendedor pueda o no iniciar un negocio… La reforma financiera favorece un mayor crédito y más barato, y la de telecomunicaciones permitirá incrementar la cobertura y el acceso a los servicios dentro de este sector.”

A su vez, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, aseguró que la bancarización requiere una regulación adecuada para evitar que las personas de bajos ingresos paguen altas tasas de interés.

“La inclusión financiera puede ser un poderoso agente para propiciar un crecimiento vigoroso e incluyente… Es nuestra tarea llevar a los más de 2.5 millones de personas, en su mayoría pobres y mujeres, que actualmente carecen de acceso a servicios financieros básicos, a las redes financieras formales.”

Hay que destacar que los ciudadanos recurren principalmente a préstamos entre familiares y amigos (67.4 por ciento) o empeñan algún bien (36.3 por ciento), antes de recurrir a una institución financiera, lo que muestra la repulsión bancaria, según estadísticas del BBVA Research.

Reglas claras

Para Ana Lilia Moreno, directora de la Red Mexicana de Competencia y Regulación e investigadora del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), la competencia bancaria sí beneficia a los consumidores o a los usuarios del sistema financiero, pero también se requieren reglas sean claras para financiar adecuadamente proyectos productivos.

“La competencia en el mercado financiero es muy necesaria, sólo son dos bancos los que dominan el mercado, y lo más probable es que tengan conductas que no favorecen unas mejores tasas de interés, o mejores condiciones de crédito para sus clientes. El regulador, que es la Condusef, muchas veces sirve como mediador de los conflictos pero no castiga a los bancos por portarse mal con los usuarios.”

¿Cuáles son las causas de que los bancos no otorguen créditos a la mayoría de los ciudadanos? Fue una crítica que se hizo en el reciente Foro Internacional de Inclusión Financiera.

El argumento principal de la banca es que las empresas mexicanas son altamente riesgosas. No es que no presten sino que las tasas que cobran son demasiadas altas para la capacidad de pago de las empresas. Esto genera un círculo vicioso: a altas tasas las empresas se ven desincentivadas a pedir un préstamo, y los bancos no ofrecen créditos atractivos para ellas; las descartan de su cartera en principio.

Esta problemática cómo se puede enfrentar, porque es un asunto de vital importancia para cualquier mexicano que quiera emprender un negocio.

Es una respuesta compleja, porque en principio la reforma financiera que promovió el gobierno de Peña Nieto intenta disminuir las tasas de interés para que las empresas pequeñas y medianas tengan un acceso mayor al crédito formal. Sin embargo, como están planteadas las reglas del juego de la economía mexicana parece que los incentivos están puestos a que la informalidad económica aumente, y esto lleva consigo la informalidad crediticia. Es fundamental la curva de aprendizaje o la ruta por medio de la cual un empresario entiende cómo son los procesos de crédito, entiende a leer el costo del crédito que se traduce en tasas de interés, plazos de pagos, todo lo que implica un contrato de crédito, es un proceso de aprendizaje para un empresario. No podemos esperar que simplemente con bajar las tasas vayamos a impulsar rápidamente la economía formal y, en consecuencia, el crédito formal. La solución es de muchas variables, implica capacitación a los empresarios, un proceso de confianza por parte de los bancos para abrirse a prestar, y también certidumbre para los bancos a fin de poder cobrar los créditos.

¿El gobierno federal está impulsado adecuadamente a las pequeñas y medianas empresas? ¿Qué tan difícil es abrir un negocio en México?

El gobierno actual ha hecho un gran esfuerzo en materia de política pública para tener condiciones a favor de los microempresarios. Abrir negocios en México es un concepto cada vez más digerido por parte de los jóvenes, por ejemplo. El Instituto Nacional del Emprendedor ha hecho una tarea interesante. La Comisión de Mejora Regulatoria busca apoyar a los estados para que las regulaciones que impiden que broten nuevos negocios sean menos restrictivas o complicadas. Incluso en el tema de trámites hay un trabajo interesante que ha hecho el gobierno federal y los estados con la OCDE. Sin embargo, estamos muy lejos todavía, los niveles de México para abrir nuevas empresas siguen estando en una escala muy baja con respecto a otros países.

¿Qué estados son complicados para abrir una pequeña o mediana empresa?

Si vemos por estados de la república es súper complicado abrir un negocio. Estados muy complejos como Oaxaca, tiene marcos normativos muy restrictivos y también sistemas de trámites muy complicados. Se da también por cuestiones culturales.

Querétaro y DF, adelante en materia de trámites

¿Y los estados con mayores facilidades?

Querétaro es un caso emblemático. Las últimas administraciones de ese estado se concentraron en mejorar sus programas de trámites y de contacto con la ciudadanía, para proveer información, para capacitar y construir un clima propicio para los negocios. Otro ejemplo contrastante es el Distrito Federal, ya que en materia de trámites no es tan problemático, excepto por su registro público de la propiedad, que está atrasado y tarda mucho en dar un permiso. Sin embrago, en materia de trámites va adelante y es una de las ciudades más cosmopolitas y en donde más negocios se generan. Sin embargo, su marco normativo sigue atrasado en la materia. Cada estado, siguiendo el modelo federal, tiene que llevar su propia constitución y normas, cada estado lleva una velocidad diferente en la materia.

¿Cómo afecta a las Pymes la recesión económica de principios de año, el ejercicio no adecuado del presupuesto público, a la hora de tramitar un crédito bancario?

Afecta mucho porque gran parte de las pequeñas empresas viven también de compras del gobierno. El gobierno es un gran promotor del crecimiento económico. Si el ejercicio del gasto público se retrasa, esto impacta las pequeñas y medianas empresas, porque muchas de ellas dependen de las licitaciones y de ganar concursos con el gobierno. Se vuelve una cadena recesiva. Las empresas que venden al gobierno dependen de factores locales que se dan por falta de competencia en las regiones, donde hay barreras a la competencia. Alcaldes tienen el poder de decidir quién será el proveedor de un solo producto, servicio, e impiden la entrada de otros competidores lo cual en el largo plazo afecta a la población que consume porque aumentan los precios.

Cómo acceder al crédito

Sólo 20 por ciento de la gente tiene acceso a créditos bancarios, ¿cómo se puede ampliar el margen de financiamiento?

Formalizar la economía. Esto se logra a través de una reforma fiscal, no solamente una reforma financiera, porque mientras más informales haya menos posibilidades se tendrán de que el sistema financiero madure. Ahora, si nos remitimos a los pocos que hay, porque la economía informal alcanza cifras de 60% de la economía activa, necesitamos pasar por procesos de aprendizaje, muchas veces las pequeñas y medianas empresas no saben cómo acceder al crédito. También necesitamos mejorar los sistemas de comunicación de los bancos con los usuarios, para que haya un doble esfuerzo del sector formal, de las cámaras de la industria que pudieran servir como puente para lograr mayor crédito. Hay tasas de microcréditos de hasta 70% de tasa de interés y los micro l empresarios a veces lo adquieren porque no tienen otra opción. Pero muchas veces ese crédito los termina ahorcando y acaban cerrando. Es increíble que de cada 10 empresas sólo 2 sobrevivan en el tiempo. El tiempo de vida de un nuevo negocio muchas veces es menor a 5 o a 3 años.

¿Cómo ve la propuesta foxista de changarrizar la economía a casi 15 años de distancia?

En el discurso suena bien, pero en la práctica requiere de mucho trabajo. El tema de mejora regulatoria es vital. Creo que es un tema que debe de estar en los primeros cinco temas de la agenda pública. La mejora regulatoria es la que nos va a brindar certidumbre y nos va a brindar un contacto con el ciudadano de sus gobiernos locales. Bajar la mejora regulatoria a nivel de municipios y estados. Pasar del lenguaje descriptivo del changarro como un puesto de tacos a un nivel de profesionalización de nuestros microempresarios. Si nosotros equiparamos microempresarios de países como Inglaterra a México, observamos cómo se conduce una microempresa en Inglaterra, cómo se relaciona con su banco, cómo paga impuestos. O cómo en Estados Unidos las familias pueden consolidar sus estados financieros y presentar sólo una declaración de impuestos. En México quien aprende administración de empresas muchas veces sale con la idea de hacer su negocio, pero le dura tres meses y acaba empleándose en otra empresa.

Nos falta ese brinco de la academia a las empresas, nos falta un compromiso político de alto nivel de asumir la mejora regulatoria como una política o un tema de la agenda pública de todos los estados y de la federación.

¿Los bancos cuándo asumirán su responsabilidad? Los créditos que realizan los bancos no sobrepasa el 50% como proporción de sus activos.

Sin duda, un empresario se conduce igual aquí o en Panamá. Sus motivaciones siempre serán las mismas: ganar dinero y reducir costos. ¿Qué cambia de un país a otro? Las regulaciones. Cuando una empresa llega a Panamá y pone su negocio va a jugar con reglas de ese país, si esa nación lo incentiva a que de más préstamos los va a dar. En México han incentivado a los bancos para cobrarle tasas de interés alta y enriquecer sus activos a través de las comisiones que cobran. Por ejemplo, BBVA —firma española— que es uno de los bancos con mayor participación en el mercado nacional y en el mundo, y que México representa para todo el grupo un gran porcentaje de sus ingresos globales: recibe gran parte de sus ingresos en México vía comisiones. ¿Qué pasa con nuestras reglas que incentivan a BBVA a que se comporte así en México?