Patricia Gutiérrez-Otero

El sábado 5 de julio un grupo de unos 250 mexicanos nos reunimos ante el llamado del obispo Raúl Vera y otras decenas de firmantes en la capital del país. El llamado no fue religioso. Es más como el de las campanadas de Hidalgo, pero esta vez cibernéticas: un llamado a un pueblo para salir de una situación de opresión fáctica que se ha ido plasmando en las leyes constituyentes de la nación mexicana, el llamado a un Taller hacia una Constituyente Ciudadana.
En una democracia, la Constitución de una Nación está hecha para regir la vida de ese pueblo de la manera más equitativa y justa posible para todos y todas los miembros que lo conforman, así como para sus diversos estamentos. Sin embargo, puede no ser hecha de manera que satisfaga estos requisitos o puede sufrir reformas o cambios que alteren su esencia y la desvirtúen. Por ello, hay momentos en que el mismo pueblo puede y debe intervenir directamente. En el libro El evangelio social de Raúl Vera¸ diálogo con Bernardo Barranco, Vera habló del Congreso Constituyente Alternativo. Aunque es un sueño, éste presenta varias etapas y tiene un objetivo inicial “generar (…) un modelo de ciudadanía madura con capacidad de expresar y participar activamente”, señaló el obispo de Saltillo en el libro. Prosigue: “No se trata de crear unos cuantos súper líderes, sino que íntegramente, todas y todos los mexicanos, puedan de verdad participar, sabiendo lo que quieren para sí mismos y para toda la sociedad, considerando incluso a las personas más vulnerables (…). Tenemos que pensar que todas las voces y todas las aspiraciones del país deben quedar incluidas en la nueva Constitución que queremos”.
Para tener un pronóstico de la situación actual del país y de su Constitución se tuvo el apoyo del Tribunal Permanente de los Pueblos (www.tpp@mexico.org), tribunal de carácter no gubernamental. En enero de 2010 grupos de organización social pidieron un Tribunal Popular de Pueblos capítulo México. Entre los garantes de éste se encuentra el obispo Raúl Vera y Javier Sicilia. Entre los diagnósticos que han logrado hacer se encuentra lo siguiente: “Bajo el cobijo de una interpretación manipulada de las normas constitucionales y de las inconsistencias objetivas del procedimiento de revisión constitucional vigente, la élite política mexicana y los partidos políticos utilizaron el poder presidencial, las estructuras autoritarias de gobierno, la corrupción de servidores públicos y de todo tipo de actores sociales, así como el control social corporativo y las tradicionales prácticas clientelares, para usurpar la soberanía popular, bloquear el desarrollo democrático de la vida pública y subordinar los intereses nacionales a la satisfacción de ciertos intereses privados extranjeros y nacionales. (…) Las múltiples reformas constitucionales y legales (…) son elementos que corroboran la guerra que los gobiernos neoliberales emprendieron en contra del contenido social y los principios nacionalistas de la Constitución mexicana”.
La utopía de La Constituyente Ciudadana o Popular es que la gente se dé una Constitución que la represente y responda a sus necesidades y que se logre de manera dialogada, que surja de una toma de conciencia de todos y cada una de proporcionarse sus propias leyes, para que a través de los distritos electorales se elijan a los representantes en las Cámaras, y así llegar a tener un verdadero país que responda a sus pueblos y ciudadanos (www.constituyenteciudadana.com).
Además, opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés, que se detengan las mineras, que se revisen a fondo y dialógicamente todas las reformas impuestas por el gobierno, que no se entreguen los hidrocarburos en manos privadas.

pgutierrez_otero@hotmail.com