La esperanza tiene dos preciosos hijos:

sus nombres son enfado y valor;

enfado al ver cómo son las cosas

y valor para no permitir que continúen así.

San Agustín.

 

Carlos Alberto Pérez Cuevas

Entre tantos vaivenes de la política, la administración publica y el gobierno, no dejan de suceder hechos que indignan porque en este tipo de casos se generan condenas, sentencias y determinaciones en un sentido y en otro, acusando y pidiendo sanciones, y por el otro exonerando, exponiendo múltiples virtudes de los acusados para que no se les aplique la ley.

Me refiero al caso polémico de la señora Rosa del Carmen Verduzco, mejor conocida como Mama Rosa, quien cobró fama pública por el escandalo del albergue La Gran Familia, ubicado en Zamora, Michoacán; lugar que fue fundado y era administrado por esta octogenaria que según muchas voces era una dama caritativa que daba albergue y formación a muchas personas entre niños y hombres y mujeres adultos; según las autoridades se encontraron con más de seiscientas personas en condiciones insalubres, de hacinamiento y que presentaban múltiples huellas de maltrato físico, emocional e incluso de abuso sexual.

Por una parte, la Procuraduría General de la República buscó ejercer acción penal en contra de Mama Rosa pero debido a su avanzada edad, a su deteriorada salud y a la intervención de personalidades del ámbito intelectual, social y político que públicamente expusieron argumentos en su defensa, ésta fue exonerada de cualquier imputación delictiva; quienes no se salvaron fueron sus colaboradores entre quienes pesan denuncias de maltrato físico, agresiones sexuales, explotación infantil con fines de lucro, privación de la libertad, delincuencia organizada y trata de personas con fines de mendicidad forzosa, ya que no se les permitía salir sin compañía y en caso de que algún interno lograra escapar, lo localizaban, golpeaban y lo internaban en un cuarto de castigo llamado Pinocho.

La autoridad deberá fincar las responsabilidades que se deriven de las denuncias, investigaciones, peritajes y pruebas que desahoguen, y actuar en consecuencia consignando penalmente a los responsables directos, y en el caso de Mama Rosa nunca sabremos la verdad de fondo que motivó a la PGR a no ejercer acción penal y si ella era responsable de solapar a sus empleados que quebrantaban la ley; en su caso concreto quedan los cartones empatados, entre la defensa del grupo de intelectuales y personalidades destacadas, y las acusaciones y hechos desvelados por la autoridad.

Lo que tenemos que reflexionar es cuántos lugares como éste existen, donde se maltrata, agrede y lesiona, física, moral, intelectual y sexualmente a sus internos; en cuántos de ellos se realiza trata de personas y cuántos más son un negocio personal que deja muchos recursos para vividores y explotadores; el caso del albergue La Gran Familia sólo es la punta del iceberg.

 

 

@PerezCuevasMx

carlospereznz@gmail.com