“Los grupos criminales siguen actuando pero de manera más velada o en otros espacios.”
Entrevista a Gustavo López Montiel/Profesor-investigador del Tec de Monterrey
Irma Ortiz
Mientras se incrementan las protestas de simpatizantes de grupos de autodefensa en varios municipios de la costa michoacana por la detención de José Manuel Mireles, líder de las autodefensas de Tepalcatepec detenido el pasado 27 de junio, por la portación de armas prohibidas y tráfico de drogas, el gobierno federal ratificó su decisión de no otorgarle el perdón legal, ya que “sería criminal mezclar un tema de seguridad con un asunto político”, como lo aseguró el titular de Gobernación.
Miguel Ángel Osorio Chong recordó que Mireles aceptó y firmó el pasado 14 de abril acuerdos para el desarme y la legalidad a partir del 10 de mayo y “violó el acuerdo”.
El procurador general de la república, Jesús Murillo Karam, aseguró que la detención obedeció a hechos concretos, “no actuamos en función de personas sino de hechos delictivos”.
Andrés Manuel López Obrador, dirigente de Morena, demandó a su vez la liberación del exvocero de las autodefensas, quien aseguró que fue detenido por no plegarse al comisionado para la Seguridad y el Desarrollo de Michoacán.
La situación jurídica de Mireles se espera que sea definida este fin de semana luego de que éste pidiera la duplicidad del término constitucional para aportar pruebas a su favor en la acusación por portación de armas prohibidas y tráfico de drogas.
En opinión del doctor Gustavo López Montiel, director del programa de ciencia política del Tecnológico de Monterrey, el doctor Mireles fue detenido ya que representa un riesgo en la estrategia de pacificación que se lleva a cabo en la entidad.
La ola criminal se mueve
“Hay dos dimensiones en el conflicto michoacano que ahora se ha intensificado por el contexto por los tiempos que comienzan a vivirse. En una primera instancia está el contexto del conflicto como tal, la razón por la cual surgen las autodefensas, que es obviamente la presencia de grupos similares, sin embargo a pesar del despliegue de un conjunto de elementos que han estado en el espacio michoacano no queda resuelto el tema de la criminalidad en la entidad”.
“Al parecer los grupos criminales siguen actuando pero de manera más velada o en otros espacios, y en ese sentido se han movido a otras zonas y en algunas comunidades incluso no queda claro el hecho de que realmente se hayan ido; es un primer tema”.
“Sin embargo, esta situación se intensifica por la legalización de los grupos de autodefensas y su incorporación a las policías municipales. En este proceso no queda claro todavía cómo se mantienen estos grupos incorporados, qué es lo que sigue en términos de su formación o de su regularización como parte de los grupos institucionalizados, y si al final también ellos están dispuestos a mantenerse en este espacio de institucionalidad”.
“Obviamente hay otro segmento de esta dimensión que tiene que ver con los recursos que la federación ha comenzado a distribuir de manera adicional al presupuesto que tiene el estado para tratar de modificar los espacios productivos y los espacios de base de la economía local”.
“Podemos añadirle el tema político más específico que está ligado al conflicto, que es la destitución del ahora exgobernador o su renuncia, que en realidad fue una destitución ya desde que había estado ahí el comisionado Castillo. Lo que ha habido es un patrón en el sentido de primero abrir o dejar salir la noticia de algún familiar o de alguien que ha estado en contacto con grupos similares y a partir de ahí únicamente esperar a que se intensifique el conflicto y solucionarlo, como fue el caso del exsecretario de gobierno Jesús Reyna y de otros políticos, algunos dirigentes, algunos diputados y como es la situación también del exgobernador Vallejo”.
“También está el nombramiento del nuevo gobernador, que al final de cuentas no establece un espacio de autonomía con respecto al comisionado que está ya en funciones”.
“La otra dimensión tiene que ver con un conflicto obviamente político que se da en el contexto de la elección que habrá de gobernador en los próximos meses. A pesar de todo, el conflicto está ubicado por el momento en un espacio del estado, pero hay que recordar que hay otros municipios en donde también surgieron autodefensas en los que no se ha puesto atención, o por lo menos no se ha sabido nada, y como el mismo José Manuel Mireles lo había planteado y otros actores políticos también, hay en esos espacios que parecen libres, no únicamente actores del crimen sino también se comienza a configurar obviamente el clima para la sucesión o para la elección que se va a dar en los próximos años. Me parece que éstas son las dimensiones que actúan en el caso de Michoacán”.
El mensaje de la detención
La detención del doctor Mireles está llena de claroscuros, para algunos es un héroe que inicia un movimiento para defender su comunidad, pero también es un hombre con agenda política. ¿Cómo vio esta detención y los peligros que podría implicar?
La detención tiene varios elementos; en primer lugar, un mensaje que se envía a los infractores, ya se había mandando un mensaje con la detención del exsecretario de Gobierno, Reyna, pero este aviso es también para esos actores que no terminan de plegarse al espacio político, no únicamente del comisionado sino de la federación en su conjunto.
También es una llamada de atención a los seguidores de Mireles en el sentido de neutralizar un activo político que se estaba construyendo. Mireles no se había alineado, no había querido plegarse a los acuerdos del gobierno federal con diversos actores; y no lo había querido hacer, en buena medida, porque mantenerse fuera del círculo de influencia del gobierno le había permitido tener cierta capacidad de negociación o cierta capacidad de presencia, para constituirse o para mantenerse como un actor político.
Hay que recordar que los actores políticos poseen fuerza en la medida en la que tienen no únicamente presencia sino también tienen respaldo, y en este caso el apoyo no es únicamente la popularidad de Mireles, sino también es un respaldo que cuenta con otra condición importante, que es un apoyo armado.
Es decir, no es únicamente Mireles como líder político, sino es Mireles como con una especie de ejército, y esto obviamente sí impone condiciones de riesgo a la estrategia de pacificación de la región, por lo tanto se desactivan dos elementos: uno, a Mireles como líder político, y el trato que se le da es denigrante, pero con el objeto de denigrar la figura, con el objetivo de que no sea ya un líder político como tal.
Lo segundo, es desactivar su espacio de respaldo armado, lo cual obviamente competía, a partir de ahí, con las posibilidades del propio gobierno. Ésa es la razón por la cual parece que la detención de Mireles era ya un tema anunciado, en buena medida porque no se podía tolerar su presencia en estas dos dimensiones.
Además, está la personalidad de Mireles, mesiánico, que sabía que iba a ser detenido si insistía en desafiar al gobierno federal y se pone de pechito para ser el héroe, cuando están en la puerta las elecciones en la entidad y se habla de que Morena estaría detrás.
Así es, en ese sentido había que desactivarlo como actor político, como líder y no únicamente meterlo a la cárcel como ya había pasado con algún actor en su momento —como ocurrió con otro líder de las autodefensas, Hipólito Mora—, sino denigrar la figura porque eso le quita fuerza y capacidad electoral y, obviamente, el camino de este grupo político no era el PRD, porque ese partido tiene sus propios liderazgos en el estado, sino era fundamentalmente Morena.
En ese contexto, me parece que es la razón por la cual lo detienen más allá de las acusaciones de las armas de fuego que tenía o de la droga que dicen que tenía; el mismo gobierno dice que sí había pero no en grandes cantidades. A final de cuentas está la constitución del delito sea mucho o sea poco, armas o droga, el delito está cometido. Sin embargo, podríamos decir lo mismo de otros personajes políticos o de otros actores que siguen todavía en el estado, aunque con menos visibilidad pero siguen operando.
¿Qué pasó con La Tuta?
El hecho de que estén en puerta la elecciones, ¿qué tanta presión le mete a la situación, cuando también mucha gente se pregunta, detienen a Mireles, pero qué pasó con La Tuta?
Es uno de los temas, el hecho de que se detiene a una figura que a final de cuentas habla en su discurso de protección hacia a la gente cuando todavía hay grupos criminales que no han sido capturados, lo señalo por lo que ha surgido en estos meses, cuando sabemos que buena parte de la estructura política del estado ha acordado en un momento dado con estos líderes de criminales. Ésa pareciera ser la contradicción.
Hay que recordar también que Mireles lideraba uno de los grupos que había estado —y él mismo lo había anunciado— cerca de capturar a La Tuta en varios momentos, pero hay que recordar algunos operativos cuando según ellos ya estaban cerca —también es parte del discurso—, pero al mismo tiempo la propia autoridad federal limitaba esa cercanía a partir de sus propios operativos y a partir de la movilización de los grupos.
No podríamos decir que el gobierno federal no quiere que capturen a La Tuta, porque ése es uno de sus objetivos; lo que pasa es que ya con la captura de La Tuta y de algunos otros líderes criminales, obviamente la coordinación de fuerza del estado se modifica, ya el conflicto en ese contexto bajaría de intensidad, por lo tanto es una estrategia distinta, pero si en este caso, me parece, era desactivar a un actor político potencial que sí podría desafiar en otros términos mas, allá de los criminales a la autoridad política.
Todos son renegados
¿Cómo calificarlo? ¿Un renegado, un mesiánico, un hombre con mucha visión política?
Varios de los líderes michoacanos también son visionarios, son mesiánicos, tienen capacidad de argumentación política, por eso son líderes; lo que pasa es que muchos de ellos se alinearon o se han alineado, Hipólito Mora, por ejemplo, se ha alineado al gobierno federal porque han sido capaces en ese contexto de medir fuerzas y de asumir que de otra manera no se mantendrían vivos, no vivos en el contexto de morirse, más bien de ser viables y de mantenerse en la escena política.
Sin embargo, Mireles tal vez es un renegado, pero también todos son renegados porque, al final de cuentas, todos estuvieron fuera del contexto de la ley. Tal vez, muchos de ellos lo hicieron con fines benignos, pero todos estuvieron fuera de la ley. Han tenido —no todos, pero la mayor parte— la posibilidad política o de control político en los espacios que han controlado.
Al final de cuentas hay que recordar que los grupos de autodefensa en su mejor momento se ubicaron como lo suficientemente capaces de mantener el control de lo que entraba y salía de los territorios que tenían, y eso implica no únicamente personas, sino también recursos; es decir, cuando llega un programa federal, obviamente quienes controlan la región son los que permiten, los que tienen la posibilidad de entrar o no, y ellos lo decidían.
Al final, el mismo mesianismo de Mireles no es el mismo de López Obrador, no es un mesianismo en un contexto tan populista, tan político, porque tiene otros elementos en su discurso que tienen que ver con la protección y la salvación de la gente, pero a final de cuentas Andrés Manuel López Obrador nunca salió en su discurso, nunca salió del contexto de la ley, y cuando salió, sufrió consecuencias importantes. Me parece que lo que estaba tratando de construir Mireles era un liderazgo a partir de la confrontación —como lo hacen todos los líderes— y de la salida del espacio de confort de los grupos en donde están. Me parece que tiene intenciones políticas, como todos también acá, nada más que de manera distinta.
Creo que el tema de las autodefensas, va a dar para mucho y no hay una solución pronta, es un conflicto que se está administrando.
Frente a los comicios de octubre, ¿cómo ve el escenario?
En primera instancia hay que ver la forma en la que se están manteniendo y reconstruyendo las fuerzas políticas; aunque ganó el PRI, al final de cuentas la destitución del gobernador, el papel del nuevo mandatario estatal Salvador Jara, me parece que lo que están reconstruyendo son las capacidades de competencia de los grupos políticos locales, en particular obviamente priistas y espacios de institucionalidad que se habían perdido a partir de las ausencias del anterior mandatario, y me parece que ésa es la tarea en particular de este gobernador.
Ahora hay que ver las capacidades de fuerza del PRD, ese partido también ha venido reconstruyendo ciertos espacios de control de algunas regiones del estado; por otro lado el PAN, que en algún momento tuvo capacidad obviamente por la candidatura de la hermana del presidente Felipe Calderón, pero esa capacidad de competencia dejó a final de cuentas grupos. Es muy pronto para decirlo pero sí hay un proceso de reconstrucción de los grupos políticos y de sus capacidades de alianza.


