Las falanges franquistas gritaban “muera la inteligencia”
Teodoro Barajas Rodríguez
El Mundial de Futbol en Brasil no hizo sino aflorar la tendencia del mexicano promedio de casi envolverse en el lienzo tricolor, para decir a los cuatro vientos que no fue penal, ello en relación al partido México-Holanda.
La historia de la Selección Nacional en el mundial brasileño es una más del fracaso aunque se atenúe con elogios desmedidos a Miguel Herrera y compañía; incluso el propio presidente Enrique Peña Nieto se dio el tiempo para evocar el penal holandés que echó fuera a la oncena tricolor.
El sábado anterior registramos otro gasolinazo, medida antipopular que aprobaron legisladores de todos los partidos aunque ahora la mayoría se deslinde, es por ello y muchas cosas más que la clase política tradicional ha visto perdida la credibilidad. José Manuel Mireles, exdirigente de las autodefensas, fue detenido para sufrir escarnio, son dos temas en la agenda cotidiana, pero muchos optan por defender que “no fue penal”.
En Brasil, un cuarteto de mexicanos de filiación panista demostraron lo superlativo de los bajos instintos, dos de ellos Sergio Israel Eguren y Rafael Miguel Medina son funcionarios en la delegación Benito Juárez de la capital de nuestro país. Los mencionados y acompañantes agredieron sexualmente a una mujer brasileña además de lesionar severamente a su esposo, con saña.
Agredir a una mujer y propinarle una paliza a su marido por defender a su cónyuge seguro que no es de Dios, ahora los funcionarios están detenidos y a la espera de ser procesados. Brasil no es México, en este caso concreto debe prevalecer la justicia, el PAN ya se ha deslindado de los acusados porque simplemente resultan impresentables. No obstante ese caso miserable ocurrido en Brasil una gran mayoría opta por señalar que “no fue penal”.
Otros panistas se han quedado en la Edad Media, allí se estacionaron para enaltecer al integrismo como rostro de una fanática intención a través de algunos jóvenes de Guadalajara que infectados de estulticia fundaron una célula neonazi para reivindicar a un asesino de nombre Adolfo Hitler, parece increíble que el citado aún tenga oficiosos defensores.
El joven Juan Barrera Espinosa, actualmente exconsejero estatal del PAN, tuvo la iniciativa de valorar a Hitler además de “proteger a las familias tradicionales y a la religión católica cristiana así como a los micros, pequeños y medianos empresarios”, fanatismo del siglo XXI que parece derivar de los pastores medievales como Cirilo quien masacró a Hipatia por invocar a la ciencia y eso amenazaba al oscurantismo imperante.
No obstante, aunque se registren episodios preocupantes muchos prefieren gritar que “no fue penal”.
Vivimos en la etapa posmoderna, la cual se abandera por la diversidad como esencia de las democracias, no es posible retroceder a la Edad Media en la que destacó la oscuridad como elemento, la superstición como guía y la ignorancia como sustento de los explotadores de los pueblos.
No obstante, hay quienes no ven nada, bueno, sí ven fútbol y gritan enajenadamente que “no fue penal”, esa actitud me recuerda un grito de guerra de las falanges franquistas en España de “muera la inteligencia”.
