Competencia, monopolios o diversidad

 

 

Cuando todos piensan igual,

nadie piensa mucho.

                                                             Anónimo

José Fonseca

Tal parece que algunos políticos consideran que todos debemos pensar igual, sobre todo si coincidimos con su pensamiento.

Son los mismos políticos que en la encarnizada pelea por la ley reglamentaria de la reforma constitucional en telecomunicaciones se quejan de que hay legisladores que, por una u otra razón, tienen vinculaciones con los grupos de interés del sector.

Uno prefiere pensar que son los exabruptos propios de una polémica que involucra a muchos protagonistas, una polémica que, como es natural, se atiza mediáticamente.

Sin embargo, nadie es poseedor de la verdad, cualquiera que ésta sea, todo asunto, sobre todo en materia política y económica, tiene diversas facetas.

La bandera que todos enarbolan en esta discusión es la de promover la competencia, lo cual puede ser saludable, pero quien esto escribe tiene una percepción distinta, si se considera lo que ocurre en el resto del mundo.

Es evidente que la teoría de la promoción de la competencia la promueven los intereses que, arropados en la lucha contra los monopolios, en realidad intentan reducir el tamaño de las empresas mexicanas del sector de telecomunicaciones, para que sean más vulnerables ante los gigantescos consorcios trasnacionales del sector.

Es cierto que el Estado intenta recuperar su mandato para regular y supervisar, pero a veces pareciera que se trata de imponer visiones que no corresponden a lo que ocurre en otras partes del mundo.

Aquí, como el borrachito que iba en sentido contrario en el Periférico, nuestras elites nos dicen que las empresas mexicanas deben achicarse, mientras en el resto del mundo se multiplican las fusiones de grandes empresas, fusiones que crean gigantescas empresas en todos los sectores de la actividad económica.

Ésa es la gran definición de la ley reglamentaria del sector de telecomunicaciones. ¿De qué tamaño queremos que sean las empresas mexicanas?

En cuanto a la representatividad en las cámaras del Congreso, se equivocan quienes critican que haya legisladores con vínculos a los intereses tan heterogéneos de la sociedad mexicana. De eso se trata el Congreso, de que toda la diversidad —pluralidad, dicen los cursis— esté representada, para que tenga posibilidades de defender sus intereses.

Lo demás es pura demagogia.

 

                                                     jfonseca@cafepolitico.com