El poder de decisión está en los ciudadanos
Alejandro Zapata Perogordo
Los procesos electorales de 2015 para renovar la Cámara de Diputados, la disputa por las nueve gubernaturas y en total 17 entidades del país donde se elegirán ayuntamientos y congresos locales, arriban en circunstancias singulares: entre paradigmas, tradiciones, modelos transformados, hartazgo, desconfianza y un dejo de esperanza.
La fuerza a vencer es el PRI, pues tiene la mayoría y, al obtener la Presidencia de la República, se reposicionó como partido, por otro lado, el titular del Poder Ejecutivo sigue con bajos niveles de aprobación, con permanentes denostaciones en redes sociales, acciones que reflejan un sentimiento en contra del revolucionario institucional.
Un factor importante son las reformas llevadas a cabo durante estos dieciocho meses de administración, que no son de menor importancia, particularmente la educativa, telecomunicaciones y lo concerniente a la energética, las dos primeras con amplio consenso en la materia constitucional, y la tercera con profundas diferencias con la izquierda, sin dejar de lado que fue el pivote para la aprobación de la política, de ahí parten las tesis que son parte central desde ahora en las campañas.
El hecho consiste en que los cambios se produjeron, y corresponde a cada fuerza política explicar los pros y contras de su posición y voto en el Congreso. La confrontación y defensa de las ideas en torno de cada postura será recurrente, estarán presentes en los mensajes, discursos, debates y hasta echando mano de la figura de consulta popular.
Se mandó una clara señal de entendimiento por las principales fuerzas políticas y el gobierno al establecer una agenda para abordar temas sustanciales para el país, como también que de ese ejercicio surgieron grandes divergencias, provenientes de la pluralidad del pensamiento y de las formas, como la reforma fiscal, donde los panistas la tachamos de regresiva.
La narrativa de los acontecimientos y cambios aprobados que elabore cada partido, sus candidatos y aquellos independientes, tendrá necesariamente contenidos ideológicos en grandes dosis, atendiendo a contribuir en la formación de la conciencia moral, en la sociedad, buscando el apoyo de los electores. Así, prácticamente obligados a considerar el cambio social en el que estamos inmersos, ya lo previno Giovanni Sartori hace años: el Hommo videns, la cultura de la información y el efecto psicológico de los medios de comunicación masiva para influir en el electorado pueden ser determinantes, elementos que estarán presentes.
Las condiciones han cambiado: las reformas que causan revuelo, el nuevo sistema electoral, la consulta popular, las candidaturas independientes, el agobio de la economía, la creciente corrupción e impunidad y la inseguridad son aspectos que pondrán a prueba la democracia mexicana, sin dejar de lado las particularidades locales, con su propia dinámica y que inciden en la planeación de la vida social, cuestiones que hacen atractivo el reto, y la última palabra, la tiene el ciudadano.
