Pese a la inestabilidad geopolítica

Julio A. Millán B.

La incertidumbre causada por los cambios en la política monetaria en las economías avanzadas parece que ya tocó fondo, una vez que las diferentes autoridades de los bancos centrales han acordado que actuar en forma coordinada es la mejor opción al alcance. Esto evitará cambios innecesarios en la dirección de los flujos de capital, buscando adelantarse a los acontecimientos por venir y cubrir los portafolios de inversión de pérdidas causadas por los movimientos en las tasas de interés.

De acuerdo a los más recientes indicadores dados a conocer, las economías europeas comienzan a salir de la recesión y si bien existe la posibilidad de que caigan en una deflación, esta es cada vez más lejana. La confianza de los consumidores y productores comienza a aumentar y el empleo no tardará en registrar cifras positivas de crecimiento.

En este entorno, surgen ahora dos elementos de crisis que van a alterar de nueva cuenta el precario equilibrio mundial. Por un lado, se trata de la incursión del ejército israelí en territorio palestino, y por otro, el derribo de un avión de Malasia Airlines, en territorio ucraniano. Ucrania es un territorio por el que pasa una buena parte del gas que surte a Europa proveniente de Rusia, por lo que cualquier alteración en el suministro tendría un efecto importante en el precio de este producto, afectando a todas las economías del orbe, ya que el impacto del precio no sólo sería en los mercados de la región, sino en los mercados mundiales. Ucrania también es un fuerte exportador de granos, por lo que un escalonamiento del conflicto tendría también un impacto en los precios mundiales de los granos.

En el caso de la entrada de tropas a Palestina hay que tener presente que el conflicto se desarrolla en una  región que es una fuerte productora de petróleo, que encabeza a la OPEP, y que abastece también a Europa y algunos países asiáticos, por lo que es de esperarse que el precio del petróleo en los mercados mundiales se mantenga elevado.

Si bien a México le resultaría benéfico un aumento en el precio del petróleo por ser productor, en el caso del gas no lo sería tanto, ya que tenemos una fuerte dependencia de las importaciones de este producto, que se utiliza en la industria, que se vería afectada y también se utiliza para producir electricidad, por lo que su precio tendría fuertes presiones a la alza.

La crisis en el Medio Oriente y en territorio ucraniano, de incidir en el precio del gas y de los granos, va a tener un efecto distinto en las diversas regiones del mundo, aunque México, por su gran dependencia de las importaciones de estos dos productos, se podría ver más afectado.

No cabe duda que los temores por la inestabilidad geopolítica pueden poner en serias dudas la fortaleza y rapidez de la recuperación económica a nivel global. Por ello, en México tenemos que estar atentos a los sucesos, pero sobre todo estar preparados.