Israel y la Franja de Gaza continuaron este miércoles con el cese al fuego sin término que inició ayer, martes, por la noche; los palestinos salieron a celebrar a las calles de Gaza, incluso con disparos de celebración al aire, también residentes del sur de Israel aplaudieron la tregua aunque continúan cautelosos sobre Hamas y otros grupos militantes de Gaza.

“En el pasado tuvimos treguas, pero no tuvieron éxito ni funcionaron, y continuó el terror, la destrucción, con toda su locura, y por eso ya no les creemos”, expresó un residente de Sderot; situación derivada de que Hamas permanece en control de Gaza con parte de su arsenal militar intacto.

A pesar de la demanda de Hamas de que se levanten las restricciones fronterizas, Israel y Egipto mantendrán el bloqueo casi como ha sido en los últimos siete años, aunque permitirán el pase de algunos materiales de construcción y productos de primera necesidad, como la ampliación de la zona de pesca; la discusión sobre la apertura del puerto y el futuro aeropuerto de Gaza se ha aplazado un mes.

Estados Unidos, por su parte, apoya fuertemente el acuerdo. La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, advirtió “Vemos esto como una oportunidad, no como certeza. El acuerdo se ha logrado luego de muchas horas y días de negociación y discusión. Pero ciertamente falta mucho y estamos conscientes de eso y por eso tendremos los ojos bien abiertos”.

Varias otras treguas en las últimas dos semanas detuvieron temporalmente los combates, pero Hamas rápidamente reinició los ataques con cohetes cuando estaban a punto de expirar e Israel respondió con más bombardeos.

Reconstrucción social

El Gobierno palestino estimó que 4 mil 500 millones de euros serán necesarios para recuperar la Gaza previa al 8 de julio, cuando comenzó la Operación Margen Protector, por la que se han perdido 90 millones de euros al día, aunque aún no se contabiliza la de los últimos ocho días de batalla, luego del último alto el fuego parcial y fallido, por lo que la cifra ascenderá con seguridad, indicó el economista y viceprimer ministro palestino Mohamed Mustafá.

La prioridad en la Franja de Gaza es la reconstrucción de las viviendas totalmente destrozadas por Israel:17 mil 200 según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas en los Territorios Palestinos (OCHA) y 38 mil más severamente dañadas.

Los ataques contra casas particulares – que tan sólo el fin de semana el Ejército israelí devastó cinco torres residenciales, dejando sin techo a cerca de 2 mil personas – ha dejado a 475 mil refugiados, de los que 290 mil están en escuelas de la UNRWA, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, y el resto en colegios públicos o en casas de familiares, “este dato es seis veces el número de desplazados máximo previsto en nuestros planes de contingencia y no tiene precedentes en 64 años en Gaza”, remarca la OCHA.

También hay 216 escuelas de todo tipo alcanzadas por los proyectiles, en las que es imposible que se den clases, pese a que el sábado comenzó oficialmente el curso escolar en Gaza y en Cisjordania. El Ministerio de Educación palestino confirmó que las aulas podría habilitarse para dar clases en dos semanas, pero sólo si llega la ayuda suficiente para ello.

En situación de emergencia se encuentran además los 58 hospitales y centros de salud dañados o hundidos, cuya recuperación se hace imprescindible; hay carencias de un centenar de medicamentos que, si se empiezan a cumplir los términos del alto el fuego, entrarán de forma prioritaria. El cruce israelí de Kerem Shalom se está preparando para ello, tras 50 días dejando una entrada muy reducida de bienes, por constantes cierres “de seguridad” y por la peligrosidad para los convoyes dentro de la Franja.

El dinero urgente se está tratando de lograr desde diferentes agencias de Naciones Unidas, antes de que en la primera semana de septiembre se celebre en Egipto una gran conferencia internacional de donantes en la que se tratará de conseguir el grueso de lo que Gaza necesita. Las naciones occidentales acuden con “buena disposición” a la hora de defender los proyectos pagados con sus fondos, destruidos a veces hasta tres veces por los constantes bombardeos de Israel.

Si bien habrá una reconstrucción del territorio, a Gaza le faltan los 2 mil 138 vecinos muertos en la ofensiva, de los que 484 son menores y el 70% del total civiles, reportó la ONU; Israel ha insistido en que ha matado al menos a mil milicianos.

Hay 142 familias que han perdido a tres miembros o más y 89 en las que han muerto todos sus componentes, mientras que se estima que 10 mil 300 es el número de palestinos heridos, entre los que hay mil niños que sufrirán una discapacidad permanente, por la gravedad de sus heridas o por la deficiente atención médica posterior; el único centro para rehabilitación, el Al Wafa, está cerrado por derribo. 373 mil menores necesitan apoyo psicosocial urgente por los traumas de la guerra, pesadillas, violencia, aislamiento, etcétera.

Estado palestino

El presidente palestino Mahmud Abbas -anoche, en su Mukata de Ramala-, propuso al liderazgo palestino un plan que contempla un calendario para la creación de un Estado palestino de pleno derecho —ya fue reconocido como observador en Naciones Unidas en noviembre de 2012— con ayuda de la comunidad internacional, sin pasar por otras intervenciones como las del pasado 29 de abril, en las que se hundió otra vez tras nueve meses de contactos.

De acuerdo con fuentes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), la propuesta de Abbas plantea “poner fecha al fin de la ocupación”, aunque ayer el debate aún seguía y las posibles fechas no habían trascendido, lo que llevaría a crear un país, llamado Palestina, sobre las fronteras previas a 1967, esto es, con Gaza y Cisjordania más Jerusalén Este como capital, pero sin los casi 600 mil colonos judíos que residen en estos dos últimos territorios.

En 2011, el presidente norteamericano Barack Obama aceptó estas propuestas para el nuevo Estado, algo que también ha hecho la Unión Europea, sin embargo, la situación de Jerusalén es delicada como para que Occidente se este firme.

Ofir Akunis, viceministro en la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, replicó que “ninguna nación renuncia a su patria nativa”, que “Judea y Samaria [como denomina Israel a Cisjordania] son la cuna del pueblo judío” y que retirarse a esas fronteras de hace 47 años equivaldría a un “suicidio nacional”, “Los resultados de la retirada de Gaza en 2005 no trajeron la paz, trajeron la guerra”, advierte.

La propuesta llega cuando Netanyahu está cercado por las críticas de dos de sus principales aliados de Gobierno por haber negociado con Hamás y con sólo el 50% de la población satisfecho con su gestión de la ofensiva en Gaza, según un sondeo del Canal 2, luego de que su popularidad llegó a superar el 85%, pues mostró su rostro más belicoso con la ofensiva terrestre.