Bernardo González Solano

Una vez más, por cansancio y por asco, Israel y la Franja de Gaza tendrán que acordar, por supuesto, una nueva tregua, aunque también hay que tener claro sean cuales sean las condiciones, tampoco servirá para establecer la paz definitiva entre Eretz Israel y Palestina (Franja de Gaza y Cisjordania). Paz que parece quimera. Aunque parezca cínico, cualquier cese el fuego es la semilla del próximo reinicio de la violencia, ¿cuándo?, únicamente falta el día y el mes de cualquier año, incluso el que corre. Seis guerras y dos Intifadas en los pasados 66 años obligan a hacer este pronóstico.

No hay que ser catedrático palestino, ni estratega judío, sin pecar de pesimismo crónico. En esta ocasión el enfrentamiento del ejército israelí contra los milicianos ha subido de tono. Nunca antes una milicia palestina le había aguantado el pulso a Israel como ahora lo ha hecho Hamás: más de un mes de lanzamiento de cohetes —de bando y bando—, causando la muerte de 67 militares judíos (y cuatro civiles) y 1,945 palestinos, la mayoría civiles (73%) incluyendo 427 niños; 9,563 heridos, 500,000 desplazados; 5,000 viviendas destruidas; daños materiales incalculables. Según los partes militares, este ha sido el más sanguinario enfrentamiento armado desde que ambas partes lucharon en una guerra de tres semanas, en 2008-2009. Desde el jueves 14 de agosto, se ampliaría la tregua al martes 19, con la esperanza de que las pláticas de paz en El Cairo, lograran un cese el fuego más largo, siempre y cuando a nadie se le ocurra lanzar otros misiles sobre el contrario.

Según declaraciones del ex embajador israelí en Washington, Michael Oren (nacido en la Unión Americana), Israel está perdiendo la guerra mediática por la ofensiva militar en Gaza y requiere contrarrestar sus efectos con la misma eficacia con la que ha interceptado la mayoría de misiles lanzados por Hamás. Oren valoró apremiante esta necesidad, debido a los prospectos de la tregua iniciada el día 14, pocas horas después de que el anterior cese el fuego fue roto en medio de recriminaciones de las dos partes.

“Ahora mismo —abundó el diplomático—, no tenemos un “domo de hierro” y de prensa que nos pueda proteger contra la estrategia periodística de Hamás”, refiriéndose al sistema de defensa anti-misiles israelí “Domo de hierro” (“Kipat barzel”, en hebreo), que desde el inicio de la operación “Margen Protector” (8 de julio), interceptó muchos cohetes lanzados por los milicianos palestinos de Harakat al-Muqáwama al-Islamiya (Movimiento de Resistencia Islámico, cuyo acrónimo ha hecho famoso la prensa mundial).

Michael Oren consideró real la posibilidad de que las hostilidades se reanuden, porque Hamás busca prolongar el conflicto con el objetivo de elevar el saldo fatal entre los palestinos. “Un conflicto corto no es del interés de Hamás, y por ello va a tratar de arrastrar a Israel hacia un conflicto más profundo, porque de esa manera Israel podrá infligir más bajas”. Al hacerlo, agregó el ex embajador, la organización islámica busca ilegitimar, aún más, al Estado judío ante la opinión mundial a partir del costo de vidas de su campaña militar, “una estrategia muy efectiva”. El hecho es que una buena parte de los medios de comunicación del mundo apoyan, a capa y espada, a Hamás. El “malo” de la película es Israel, nada más, nada menos.

Oren indicó que en el gobierno de coalición del primer ministro Benjamin Netanyahu hay facciones que favorecen el envío del ejército a Gaza para terminar con Hamás y “es eso un reloj que está caminando”. Escenario nada improbable, pues si un misil lanzado por la organización islámica hiciera blanco en instalaciones como un hospital o si se produce un atentado en Israel, como en 2012, cuando un militante palestino hizo estallar una bomba en un autobús de pasajeros. “Eso podría crear una situación en la que Netanyahu ya no podría resistir la presión del ala conservadora de su gobierno y el ejército tendría entonces que volver, y sabemos que los tanques y cañones son menos precisos que bombas disparadas desde el aire”, agregó el diplomático.

En Israel, por otra parte, la palabra “justo” tiene una connotación especial, más allá de las siete acepciones del término en el Diccionario de la Academia de la Lengua. Resulta que un veterano del Holocausto de 91 años de edad de nacionalidad holandesa, Henk Zanoli, fue declarado “Justo entre las Naciones” tras salvar en 1943 al niño judío Elhanan Pinto, cuyos padres habían muerto en un campo de concentración, y a quien escondió en su domicilio hasta la liberación de Holanda. Los Zanoli expresaron en muchas ocasiones su rechazo a la ocupación nazi de su patria y el padre del ahora anciano Henk, por sus valientes desplantes fue enviado al campo de exterminio de Dachau; después moriría en  Mauthausen. Por su acto de valentía, Henk y su madre —a título póstumo— recibieron, en 2011, el título honorífico de “Justo entre las naciones”, discernido por el Memorial de la Shoah Yad Vashem en Jerusalem.

Resulta que el bombardeo israelí del 20 de julio último mató a la familia del marido de la sobrina nieta de Zanoli, la diplomática holandesa Angelique Eijpe, esposa del economista Isma´il Ziadah. Las bombas estallaron en el hogar de la matriarca del clan Ziadah, Miftiya, de 70 años, donde también murieron tres de sus hijos: Jamil, Omar y Youssef, así como la esposa e hijo de Jamil, Bayan y Shaaban, de 12 años de edad. Otra tragedia palestina en Gaza.

Al conocer la tremenda noticia, Zanoli devolvió el título “Justo entre las Naciones”. Envió el documento al embajador israelí en Holanda, con una misiva anexa en la que describe los esfuerzos hechos por su familia para salvar al niño judío Elhanan Pinto: “Dado ese pasado, es particularmente trágico que hoy, cuatro generaciones después, nuestra familia se enfrente a la muerte de sus seres queridos…Conservar este título supondría para mí un insulto a la memoria de mi valiente madre que arriesgó su vida y la de sus hijos luchando contra la opresión y por la preservación de la vida humana…Guardar el honor acordado por el Estado de Israel, en estas circunstancias, sería un insulto a la memoria de mi madre y de mi familia que ha perdido a varios de sus parientes en Gaza, a manos del Estado de Israel”.

Según el periódico Haaretz el ejército israelí no se ha pronunciado al respecto sobre si el bombardeo fue accidental o intencionado. Aunque el gesto de indignación de Henk Zanoli no tendrá mayor repercusión, y el curso de los acontecimientos entre Israel y Gaza no sufrirán mayor alteración, es ese tipo de decisiones que al paso de los días adquieren mayor importancia. Es tan  grande el odio que priva en este largo y desgastante  enfrentamiento que no deben “pagar justos por pecadores”, pues, al fin de cuentas, siempre hay quien “lucha por una causa justa”.

Por otra parte, Carmen Rengel, enviada del periódico El País, a Gaza, escribió una excelente nota sobre Farah Baker una tuitera de 16 años que relata desde la Franja los sucesos de la guerra: “Con sus dedos rápidos…se ha convertido en la cronista…más seguida de Gaza. Su cuenta de Twitter, que antes de la ofensiva rozaba los 800 seguidores, tiene ya 173,000. Farah no es periodista, intelectual ni portavoz de nadie. Es una adolescente…que no luce velo, sino mallas…Durante el último mes le ha contado al mundo —en inglés—, lo que veía y lo que oía, adjuntando fotos y vídeos…que rompen con el estereotipo de la mujer gazatí…Farah (@Farah Gazan) tiene prisa, porque con la tregua  en vigor llega la calma…Empezó sacando el móvil (celular) por su ventana. Luego se arriesgó a bajar a las calles. “Yo sólo quería compartirlo en algún lado y gritar que quiero vivir en paz. Si sirve, es una alegría para mí”, abunda. Ahora es estudiante de instituto, pero su deseo, explica a Reuters, es ser abogada”…

Otro dramático episodio de la guerra en la Franja de Gaza.

Para que nada falte el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (CDH-ONU) anunció la formación de una comisión que indagará las violaciones a las garantías individuales y posibles crímenes cometidos durante la ofensiva israelí en la Franja de Gaza. El grupo investigador sería compuesto por el canadiense William Schabas, la británica-libanesa Amal Alamuddin (novia del famoso actor estadounidense George Cloney con quien contraería matrimonio en breve, quizás por eso declinó el cargo), y por el jurista senegalés Doudou Diene, que anteriormente ya ha pedido que se enjuicie a Israel por crímenes contra la humanidad.

A lo que inmediatamente reaccionó el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu que aseguró que el CDH-ONU “legitima a organizaciones terroristas” y criticó que se creara esta comisión en lugar de investigar a Siria o Irak. “El Consejo de Derechos Humanos de la ONU da legitimidad a organizaciones terroristas como Hamás e ISIS”, agregó en un comunicado posterior. “Israel —agregó Netanyahu—, es la única democracia en Oriente Medio…una democracia que actúa legítimamente para defender a sus ciudadanos contra el terrorismo asesino”.

¡Ojalá el conflicto no se extienda en todo el Oriente Medio y provoque una conflagración incontenible! Que lo ocurrido en el Holocausto judío del siglo pasado no se repita en el siglo XXI con la agonía del pueblo palestino. VALE.