Entrevista a Carmen Gaitán/Directora del Museo Nacional de San Carlos

Jacquelín Ramos

La intensa actividad de exploración artística del “rescatador o cazador de obras” por más de treinta años, tiene un solo objetivo: atesorar obras que reflejen su constante búsqueda de la belleza.

Lo que comenzó con una inclinación por la literatura y los libros, se transformó en un nuevo proyecto en 1983, cuando el coleccionista Vittorio Sgarbi emprendió lo que antes parecía inalcanzable: reunir las obras más hermosas de los mejores maestros italianos de todos los tiempos.

Desde entonces, su vocación humanista lo ha llevado a coleccionar piezas de los más diversos perfiles, que en su conjunto dan cuenta de la multiplicidad de sus intereses.

Cuarenta pinturas de su enorme colección Sgarbi, una de las más selectas del mundo, hoy se exhiben en el Museo Nacional de San Carlos. Una muestra que le ofrece al espectador un importante panorama del arte entre los siglos XV y XVIII, que parte de un renacimiento de la formas y el movimiento hasta llegar a la teatralidad y el dramatismo propio del barroco, lo que permite transitar por la historia del arte italiano, al tiempo de acercarnos a la mirada entusiasta y apasionada del coleccionista.

Así lo señaló en entrevista a Siempre! Carmen Gaitán Rojo, directora del Museo Nacional de San Carlos.

 

Panorama del arte

¿Quién es Vittorio Sgarbi?

Vittorio Sgarbi es un filósofo, un historiador del arte, es un hombre que se caracteriza por recuperar obras de los grandes maestros italianos en el mundo. Su pasión —heredada por su padre— nace a partir de 1983, cuando el coleccionista tiene un contacto más directo con anticuarios, coleccionistas y subastas, que lo largo del tiempo se ha hecho poseedor de una vastísima e importante colección privada del arte italiano.

Definitivamente, Sgarbi es un rescatador de obras. Existe en los museos una modalidad —sobre todo en los museos norteamericanos— donde ellos pueden vender una obra de arte, cuando su acervo ya está completo de un cierto estilo de arte y pueden vender una obra. Es entonces, cuando Sgarbi va por el mundo comprando esas obras de arte que están en subasta, con el interés de adquirir piezas obviamente que tengan que ver con el arte italiano.

Sgarbi esta muy enfocado en el arte italiano del siglo XIV hasta el siglo XX, pero al mismo tiempo te podría decir que es un hombre del renacimiento, un hombre que abarca muchos temas y que todos los tiene en la mano, precisamente para permitir que el publico se entere de lo que esta sucediendo en el mundo del arte.

¿En qué se basa para que la pieza sea parte de la colección?

Son tres siglos en donde la pintura ha cambiado muchas veces su planteamiento de belleza y es a partir justamente de poder ver cómo esta belleza se va transformando y se expresa de maneras distintas, lo que creo que es el móvil del coleccionismo de Sgarbi, es buscar en cada época y en cada momento una forma de belleza distinta y a partir de eso hacerlo parte de su colección.

¿Qué ofrece al público la exposición Teoría de la belleza. Pintura italiana en la colección Sgarbi?

Primeramente, la posibilidad de disfrutar esta exposición que llega por primera vez a México, que difícilmente podremos ver nuevamente en el país. Esta muestra le ofrece al espectador un importante panorama del arte, partiendo de un renacimiento de las formas y el movimiento hasta llegar a la teatralidad y el dramatismo propio del barroco y con cada obra se transita por la historia del arte italiano.

El público mexicano podrá realizar un recorrido a través de cuatro núcleos temáticos. En el primero observará pintura religiosa, con representaciones de distintos santos y distintos momentos de la vida de cristo y la virgen. En el segundo estamos ya saliendo de los grandes murales renacentistas para pasar a la obra de caballete, con temas bíblicos que fueron de gran importancia para los artistas italianos del siglo XVII, quienes tomaron como base las narraciones más relevantes de las sagradas escrituras, así como de grandes historiadores clásicos, como Herodoto, para inmortalizarlas a través de sus lienzos.

En el tercero, tendremos la posibilidad de ver retratos con figuras dinámicas, como la obra que tenemos de Veronés, donde hay un cierto movimiento en las rodillas, en el cuerpo, ya la figura no esta absolutamente rígida. Es una exposición que nos permite darnos cuenta de los cánones que vamos a recibir del mundo griego, del mundo romano, y que a través del renacimiento van dándole al residente esos patrones de belleza que de alguna manera son los que siguen imperando: los rostros, los ojos y las proporciones.

Y por último veremos narraciones, ¿qué es una pintura?, es contar una historia, es contar la historia de un personaje, es contar un momento mitológico. A partir del siglo XVIII hay momentos en los que se va a representar alegorías mitológicas, en el asesinato de alguien, por ejemplo en la decapitación de San Juan Bautista que se refleja la muerte, lo efímero de la vida.

Son obras que están llenas de símbolos que por más sencillos que sean, hay que tener una lectura de todos esos símbolos para comprender la totalidad de la obra, que no nada más es el personaje que nos está viendo; el personaje tiene documentos, libros, objetos. Y todos esos objetos son como llaves, con las que uno va abriendo puertas y cada puerta nos va dando una respuesta, una narración. Es una exposición visualmente grata, visualmente rica, es un portento poder tenerla aquí en México.

 

Obras espléndidas

¿Qué pintores vamos encontrar en estas piezas que vemos en la exposición?

Pues ni más ni menos que a José de Rivera, Lorenzo Lotto, Tiziano Vecellio, Veronés, Carlo Bononi, Pietro Faccini, entre otros maestros. Tenemos obras realistas espléndidas que son parte de la escuela Tenebrista y que también son producto de Caravaggio, este artista italiano que tanto va a influir en la pintura del siglo XV y XVI.

Quiero destacar que entre las majestuosas obras que se exhiben, tenemos dos importantísimas, los cuadros de dos mujeres: Orsola Maddalena Caccia (1596-1676) y Artemisia Gentileschi (1593-1652/1653).

¿Quién es Artemisa Gentileschi? Ella es una mujer revolucionaria, porque puede entrar al círculo de los pintores renacentistas, espacios cerrados muy determinados por los hombres. Es hija de un pintor toscano muy relevante Orazio Gentileschi, quien al ser muy talentosa tiene la capacidad de imponer su inteligencia como lo estamos viendo con este autorretrato, que es muy representativo de ella misma, donde plasma a una Cleopatra en una actitud de éxtasis donde está a punto de morir, pero al mismo tiempo el éxtasis se combina también con una especie de rostro exaltado, con una sensación de erotismo. Vemos movimiento, un poco de esa serpentina que reflejaban los manieristas para exaltar el cuerpo.

En cuanto Maddalena, es una monja que trabajaba en un convento y cuyo recorrido artístico ha sido objeto de importantes estudios. Su nombre antes de ingresar al convento era Theodora. Ya en el claustro practicó con persistencia la virtud de pintar, sobre todo porque los ingresos por la venta de sus obras servían para sostener a toda su congregación, fue una suerte de empresaria. Es una pieza más rígida, digamos un poco mas fría, mas contenida y es una obra con menos carga psicológica como lo es Artemisa.

Sin duda alguna era interesante poder tener a estas dos mujeres, precisamente para que el público pueda ver la soltura y la carnalidad de una, y la rigidez de la otra. Las dos están dando puntos de vista psicológicos estéticos totalmente opuestos, sin embargo ambas logran subir al rango del círculo de pintores reconocidos, porque era un mundo muy masculino, absolutamente regido por los maestros. Muy rara vez se habla de maestras o mujeres, entonces es interesante que la curaduría haya contemplado traer estas dos mujeres, precisamente para que el público vea que ya en el siglo XV había la posibilidad del que el talento se impusiera, sin importar el género.

¿Por qué traer la muestra y presentarla precisamente en el Museo Nacional de San Carlos?

Nosotros somos el único museo público en México que tiene arte europeo. Además, tenemos una colección de arte barroco italiano particularmente muy importante y vamos a poder ver algunas contraposiciones justamente entre piezas de artistas italianos que tenemos en esta parte de la exposición temporal con algunos que tenemos en la exposición permanente.

La muestra cuenta también con un espacio dedicado a los niños donde podrán conocer la colección de una manera lúdica, por ejemplo, al indagar los olores que habitaban los estudios de los artistas durante el Renacimiento. También se podrán vestir y dibujar como aquellos maestros que hoy son fuente de inspiración, y eso es fundamental para que los niños y jóvenes valoren y conozcan este tipo de arte. Los domingos, la entrada es libre.