Entrevista a Luis Miguel Pérez/Investigador y académico del ITESM-Estado de México

Nora Rodríguez Aceves

“En cada sexenio se especializan de lo que sería la obra, la acción, del sexenio y aunque todavía faltan algunos años, no tendremos ningún problema en recordar este sexenio de Enrique Peña Nieto como el sexenio de las reformas estructurales y principalmente de la reforma energética. Tampoco tengo ninguna duda de que al final, cuando el gobierno quiera en los últimos días como siempre pregonar, defender y hacer apología de su trabajo entre las cosas que nombre como las grandes obras del sexenio será este paquete enorme de reformas y muy especial y singularmente la reforma energética, porque ésa cambió por completo el paradigma que teníamos del comportamiento con respecto a la expropiación energética del país”, afirma Luis Miguel Pérez Juárez, investigador y académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Estado de México.

Por eso, siendo la reforma energética la de mayor calado y la que luego de muchas décadas logra reformarse, aun sin ser experto en temas de energía, Pérez Juárez señala que “los mexicanos estamos todos muy al tanto, en general, conocedores de que de la industria petrolera dependen básicamente los mayores ingresos del gobierno y que esta industria petrolera se había ido anquilosando, se había ido saliendo del mercado, había estado con un modelo, que quizás en su momento en los años sesenta, setenta, principios de los ochenta, tuvo alguna validez. Un modelo que venía desde la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas, pero que dejó de tenerla”.

De ahí que “el significado importante es esa capacidad que este sexenio tiene de darle una modernidad, un empuje de modernidad, un cambio completo y de paradigmas al comportamiento que el gobierno y los ciudadanos tendremos con respecto al petróleo y por consiguiente a la apertura de capitales privados en la colaboración de lo que es exploración, explotación, producción y generación de químicos básicos para la industria petrolera, eso es un enorme cambio, es un cambio de paradigma y es una cosa muy muy valiosa. ¿Qué tanto servirá? Es otra pregunta, es decir, el que el paradigma sea cambiado, el modelo parecía y ciertamente entendíamos que dejaba de funcionar, que no era posible cargar todo el peso del gasto del gobierno a una empresa como Pemex, que no podía crecer, pero hay que ver si este nuevo modelo que en sí mismo es un éxito, haber cambiado este modelo, ahora habrá que ver si este nuevo modelo realmente es la respuesta adecuada al problema que estamos viviendo”.

Hay que recordar que el pasado lunes 11 de agosto, el presidente Enrique Peña Nieto promulgó las leyes secundarias de la reforma energética. “Esta nueva legislación representa un cambio histórico que acelerará el crecimiento económico y el desarrollo de México, durante los próximos años”, aseguró el Ejecutivo federal en el evento que se llevó a cabo en Palacio Nacional.

 

Un nuevo México

Además, señaló que con esta promulgación, este día “culmina la fase legislativa del importante ciclo reformador que iniciamos el 2 de diciembre de 2012. Gracias a la unidad de propósitos, en meses superamos décadas de inmovilidad. Se han derribado barreras que impedían a México crecer de manera acelerada y sostenida. Los cimientos están puestos. Aprovechemos esta nueva e histórica plataforma, para seguir construyendo, entre todos, un nuevo México”.

El doctor en democracia por la Universidad Complutense de Madrid, España, explica a Siempre!que la gestión del presidente Enrique Peña Nieto “es una administración que de principio tiene sus claroscuros como toda administración política y de nuestros sexenios, de México y en todo el mundo, no se puede ir uno, salvo que quiera ser un aplaudidor del sistema, aplaudiéndolo todo, pero tampoco se puede ir uno criticándolo todo porque hay cosas positivas. Sin duda es un sexenio que se puede calificar de reformista, aunque no es el que más reformas ha hecho en la historia, por ejemplo del PRI o del siglo XX y el siglo XXI, Lázaro Cárdenas y Miguel Alemán tuvieron mayor número de reformas, sin embargo en los tiempos modernos es un sexenio que se ha caracterizado por tener una creatividad legislativa que tres sexenios juntos no pudieron, hablando cuando menos de las administraciones del PAN, de Vicente Fox y de Felipe Calderón, no se hicieron nunca”.

Por lo tanto, “se puede decir que sí ha sido un sexenio de mucho trabajo normativo, que además ha sido muy difícil sacarlo, es otro gran mérito, esa enorme capacidad política, él —Enrique Peña Nieto— ha sido gobernador, tuvo experiencias como gobernador y rodeó su gabinete de muchos exgobernadores empezando por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, y en el Poder Legislativo tiene a un Manlio Fabio Beltrones que también fue gobernador en Sonora, es decir, que existe un número muy amplio de gente con mucha capacidad, con mucha habilidad, por eso esta administración ha podido sacar adelante el famoso Pacto por México y también han podido sacar adelante muchas reformas, esto sería lo positivo en estos dos años”.

No obstante, “¿qué tan viables son estas reformas? ¿Qué tan bien encauzadas están estas reformas? y ¿cuánto resuelven los problemas? Éste es otro asunto muy diferente. Ciertamente, una cosa es que haya una reforma a nivel constitucional, en la reforma constitucional y en las leyes secundarias, y otra muy distinta es que los mexicanos podamos ver y notar o palpar que hay diferencias en la calidad de vida y en la cotidianidad de la vida de los ciudadanos, donde todavía el empobrecimiento, el desempleo la falta de oportunidades y el estancamiento económico sigue siendo una constante para millones de mexicanos, por lo tanto ambas cosas hay que verlas, son caras de la misma moneda, reformas que se necesitaban pero cambios estructurales que todavía no se ven en la sociedad”.

 

A regañadientes

En ese mismo tenor, el especialista en transición, democracia, negociación y manejo de grupos hostiles destaca la importancia que tuvo el Pacto por México, firmado el 2 de diciembre de 2012 por las principales fuerzas políticas y el gobierno de la república para impulsar juntos una amplia agenda de reformas. “La verdad es que el Pacto por México ha sido una cosa muy difícil, ha sido la inteligencia, creo yo, inteligencia política de aprovechar una circunstancia y una coyuntura única. El hecho de que retornara el PRI al gobierno obligó a los otros partidos, sobre todo, a los más importantes, Acción Nacional y al de la Revolución Democrática a no quedarse fuera del oleaje político que ha llegado y entonces se sumaron, un poco a regañadientes pero sabían que no participar en la reformas hubiese sido un costo electoral muy alto.

Siendo así, “ante la buena gestión para la negociación por parte del nuevo gobierno y la necesidad de no quedar fuera de las grandes reformas que hiciera el Estado obligó a todos los partidos a entrar por el Pacto por México ¿Qué significa entonces el Pacto por México? Una oportunidad bien aprovechada coyunturalmente donde todos los partidos obtuvieron un poco de lo que necesitaban, un poco de lo que querían para obtener legitimidades electorales y presencia, al mismo tiempo que el gobierno federal logra sacar sus reformas, todas ellas y muchas muy importantes como la reforma educativa, la reforma en telecomunicaciones, la reforma energética y la reforma político electoral, que son cuatro reformas que atacan directamente los pilares de sustento del sistema político, del sistema económico, del México de hoy”.

Dado que con la aprobación, promulgación y publicación en el Diario Oficial de la Federación de las leyes reglamentarias de la reforma energética culmina el trabajo legislativo del “importante ciclo reformador”, así como también las presiones y chantajes tanto del PAN como del PRD hacia el gobierno federal, Luis Miguel Pérez asegura que ahora el escenario de la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo se ve con “nubes oscuras enfrente, por la razón de que el Pacto por México era una forma de demostrarle, cada uno de los partidos, a sus propios seguidores que no estaban fuera del juego, que son el partido de tomarse en cuenta, todas las reformas las pudo haber hecho esencialmente el PRI casi solo con una pequeña guía de partidos menores, entonces llegaron los partidos a entrarle”.

“¿Por qué veo nubarrones? Porque el pacto ya cumplió con su objetivo, el pacto realmente ya terminó, ya desapareció, ya murió, el pacto como tal, los objetivos para los que fue diseñado ya están terminados. También hay otra cosa, viene el acercamiento al 2015 donde vienen las elecciones intermedias y si bien todos los partidos querían parecer que aparecían en la reforma de cada uno, también todos quieren ahora deslindarse del gobierno porque si no parecerá, como a Acción Nacional o el PRD les ha sucedido, que un gran número de sus funcionarios y militantes les increparon ser comparsas y cómplices del gobierno.”

 

Los partidos intentarán sacar provecho

Por eso, “es muy probable que no veamos ahora una relación tan fluida ni tan eficiente ni eficaz ni tanta producción legislativa como ha tenido hasta ahora el Ejecutivo con el Legislativo,y que al perderse esa agilidad que hemos visto en esos dos primeros años, de cualquier forma ya las grandes reformas, repito, la educativa, la de telecomunicaciones, la política, la energética, la laboral, ya salieron adelante y ahora veremos cómo los partidos intentarán cada uno sacar provecho de este pacto como si ellos hubiesen sido los estelares, los buenos en la negociación y tratar de obtener todo el lucro político y el lucro electoral. Lo vemos ahora que se presenta la reforma energética, cómo Acción Nacional en el discurso oficial de la celebración de esta reforma declara que son ellos los que la hicieron y así vemos cómo cada partido pretenderá sacar provecho de estas reformas y en las que por supuesto el ganador número uno es el gobierno federal que finalmente logró hacer lo que quería hacer en su programa de gobierno para este sexenio”.

De acuerdo con el presidente de la república, el resultado de este proceso inédito es “un paquete de 11 reformas estructurales que habían sido aplazadas por décadas y que hoy ya son realidad: una de ellas aprobada durante el periodo de transición gubernamental, con el concurso fundamental de los legisladores del PRI, y otras diez promulgadas durante los primeros 20 meses de mi administración”.

Para llevar a cabo esta transformación fue necesario realizar 58 modificaciones a la Constitución Política, efectuar 81 cambios a diversas leyes secundarias, crear 21 ordenamientos jurídicos nuevos y abrogar 15. Además, se constituyeron tres nuevas instituciones y se fortalecieron 13 más ya existentes.

Aun cuando todo esto significa para la administración priista un triunfo que puede aprovechar para influir en el electorado que participará en el proceso electoral de 2015, el académico del ITESM-Campus Estado de México comenta que “de principio pensemos como demócratas honestos y pensemos que estas reformas fueron hechas porque realmente México las necesitaba, que no estaban pensando en ningún lucro electoral ni en ninguna ventaja electoral, yo sé que esto suena un poco ingenuo, lo que estoy diciendo, pero en el fondo es lo que deberíamos estar viendo, es decir, la capacidad de hacer reformas sin pensar si en la próxima elección voy a salir ganando o perdiendo, así que estoy convencido, quiero convencerme, de que las reformas fueron hechas porque México las necesitaba, pero también el realpolitik no se puede ignorar que siempre se pensó en el fruto y en la ventaja o en los dividendos electorales que esto daría y por supuesto el PRI calculó mucho”.

 

La lucha electoral

Hoy todos los partidos, el gobierno “tratarán de influir en la opinión pública o de influir en la gente para convencerlos de que estas reformas han sido muy positivas para México y muy probablemente estaremos viendo una votación fuerte a favor del PRI, pero también veremos que los demás partidos, el PRD utilizará el mismo argumento. por ejemplo, el de la Reforma Energética como un argumento para decir que él se opuso completamente al famoso saqueo y robo a la nación, y buscará obtener un mayor número de votos. Cada partido querrá de estas reformas obtener lo que más le convenga y todos lucharán por sacar fruto electoral, la previsión que se puede hacer, una previsión honesta y mesurada, es que sí, que el PRI deberá tener un repunte cuando menos en votación en todos aquéllos que han visto esto de la reforma como un gran éxito por la complejidad que tenía sacarla”.

No obstante, frente a este escenario, Luis Miguel Pérez no se atreve a afirmar que Peña Nieto gobierna con una visión de Estado dado que “es muy difícil decirle con certeza, todo gobierno, sin excepción, en cualquier parte del mundo que es capaz de entrar a hacer reformas estructurales aun aquéllas que van en contra, parece, de la opinión generalizada o de la historia de cada país, es un gobierno que en general está basado en principios de Estado, podríamos entonces decir, que sí, que hay una visión de Estado”.

Ahora bien, “estas visiones de Estado quedan un poco —en el caso de México sin ninguna duda sí hay una visión de Estado— empañadas cuando vemos ciertas características ya más finas, más detallas de estas reformas, energética y en telecomunicaciones en donde no se ve que haya tampoco un cambio profundo de comportamiento, de la conducta, que tradicionalmente se tiene y que finalmente con más o con menos candados sigue siendo un grupo importante y el mismo grupo dominador y controlador de la economía, la que continúa. Los grandes intereses, las grandes compañías, los grandes nombres capitalistas, los grandes nombres de la empresa, siguen siendo finalmente los mismos y ahí no encontramos un gran cambio; por lo tanto, calificar como un estadista una decisión de Estado esto, de principio no puedo decir sí y después contestar si sólo si efectivamente ya en la aplicación encontramos cambios estructurales en serio y no simplemente nuevas formas de normatividad y legales que al final hacen poco cambio con respecto a quienes dominan la economía de uno u de otro país”.

Desde el análisis político que hace el doctor Pérez Juárez es muy importante finalmente que se “equilibren bien los éxitos innegables, porque muchos losº quieren negar, las reformas que se han dado eran reformas que no hubieran salido nunca. La prueba está, pues, hay que recordar la vía de los sexenios y vemos que estas reformas no salieron en mucho tiempo, pero tampoco es aventar las campanas al vuelo porque la reforma es una cosa, la acción de la reforma, que la reforma se cristalice y aterrice en la realidad es otra cosa bien distinta y un gobierno se puede quedar sólo con que yo hice la ley y la reforma, pero no me salió adelante lo demás; entonces en ese sentido hay que ver qué tanto éxito tiene el gobierno, que sí le sacará ventajas electorales, no me queda duda, que todos lo intentarán y que nos olvidemos ya del Pacto por México, ya no veremos una legislatura tan ágil como la hemos visto en esta primera tercia, ya veremos el pleito electoral en el que en unas semanas, meses, estamos ya involucrados”.