Patricia Gutiérrez-Otero
¿Quién entiende lo que está sucediendo? Es cierto que el recrudecimiento de las hostilidades del gobierno de Netanyahu contra el pueblo palestino (no podría decir que exclusivamente contra Hamas) ha tenido una escalada de tal magnitud que afecta gravemente la inestable situación no sólo de la región, sino del mundo, por los intereses económicos y políticos que están en juego. Pero, creo que por primera vez veo que los periódicos, noticieros, y hasta informativos en red, se ocupan principalmente de este hecho. Esto a nivel internacional. A nivel nacional, los medios de información en México han sido vetados de hablar de un michoacano, el doctor José Manuel Mireles Valverde, autodefensa que fue detenido y encarcelado junto con un grupo de compañeros. Digo que han sido vetados porque nada explica que ninguno hable de él ni de su situación. Ni siquiera los que se atreven a correr más riesgos. Sin embargo, ahora se solazan con el caso del albergue de la mal llamada “mamá” Rosa, la señora Rosa Verduzco, tema cuya gravedad no minimizo, y que merece suma atención.
Mientras las páginas de los medios se atiborran de información escrita, visual y audiovisual de estos dos casos y de otros como la detención del hijito de Fausto Vallejo, el niño Rodrigo, en la Cámara de Senadores, seres espurios apoltronados ahí, obedeciendo órdenes que hacen levantar su flácido dedo, votan leyes cuya gravedad no debería resolverse ahí. El pueblo debería ser consultado directamente. Primero habría que circular una información veraz, objetiva, que muestre pros y contras y se difunda a nivel nacional por diversos medios para llegar a la mayor parte de la población; posteriormente hacer referéndums diseñados de tal modo que respeten los diversos usos y costumbres de la población para que los resultados sean lo más objetivos posibles. En este sentido se debería haber hecho con la parte sustancial de todas las reformas pasadas, incluida la de telecomunicaciones. Corrijo, no se debería haber hecho, se debe de hacer antes de que el pueblo deje de aguantar la situación en la que los últimos gobiernos neoliberales nos han metido. El objetivo desde la introducción del malhadado TLC es que México deje de ser un país productor (la pequeña y mediana empresa está agonizando, junto con la clase media), para volverse un país de maquiladoras, con algunas empresas mexicanas de alto nivel mundial y muchas empresas internacionales que necesitan mano de obra barata y poco regulada (como lo dejó estipulado la reforma laboral) y que la usarán mientras nuestro país se las ofrezca.
¿Quién entiende lo que está sucediendo? La élite política y económica de este país (dónde también puede entrar el poder del dinero del crimen organizado) está vendiendo nuestro país. En México la clase media media colapsará. Existirá una clase media alta fluctuante que servirá a los intereses de la élite. Se procurara que lo que quede de la clase media y la engrosada clase baja sean buenos consumidores amarrados al sistema por medio de tarjetas de crédito (nuestra moderna tienda de raya). Eso en cuanto a lo económico, en cuanto a lo político, la democracia seguirá siendo una mascarada que justificará, aunque cada vez menos, a un descarado sistema autoritario.
Mientras, tratemos de salvar el mundo palestino, la región, condenemos a los sionistas, tratemos de ver qué es sionismo y qué, judaísmo y por qué existe la franja de Gaza y el Estado de Israel… Y si la mamá Rosa era una buena persona o una perversa parecida a Marcial Maciel…
Además, opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés, que se revisen a fondo y dialógicamente todas las reformas impuestas por el gobierno, que no se entreguen los hidrocarburos en manos privadas y que se dé información sobre el doctor Mireles.
pgutierrez_otero@hotmail.com
