Decretan diputados patrimonio cultural a charrería y fiesta brava

Teodoro Barajas Rodríguez

Michoacán ha vivido en los últimos doce años diversos trances oscuros en los que la violencia, la depredación social y la impunidad se enquistaron ante autoridades anodinas, ausentes y faltas de compromiso, por consiguiente es mucho lo que debe hacerse para restaurar la confianza y recuperar el tejido social.

Se acaba de generar controversia porque una mayoría de diputados locales votaron en el pleno para que la charrería y las corridas de toros sean declaradas patrimonio cultural intangible de Michoacán. Dicha resolución va en sentido contrario a los grupos cada vez más numerosos así como de gobiernos de diversas entidades federativas que han manifestado su rechazo al mal trato contra animales.

De la charrería no se discute que es una práctica con hondas raíces mexicanas, en el caso de las corridas de toros para muchos es una señal de barbarie como si el hombre deseara retornar al árbol del que bajó.

Michoacán ha registrado recientemente acontecimientos plagados de inseguridad, corrupción e impunidad, pese a tantos eventos delicados, tenebrosos y que aún ahora se pagan los costos, los señores diputados parece no se dan cuenta, sus dirigentes partidistas se reparten culpas y los legisladores rechazan los temas trascendentes para mejor optar en declarar las corridas de toros como patrimonio cultural. En lugar de abocarse a resolver los temas prioritarios que abundan en Michoacán, los legisladores, al menos un buen número de ellos, optan por elevar a rango de patrimonio cultural una actividad que se tiñe de sangre en la arena.

Diversas instituciones han luchado contra el maltrato animal en Michoacán, caso concreto la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en el periodo como rector del actual gobernador, Salvador Jara Guerrero, realizó diversas actividades a tono con la prosapia nicolaita, en defensa de seres vivos, así como diversos grupos de la sociedad civil.

A una mayoría de diputados locales michoacanos no les importa que instituciones y personas se manifiesten contra el maltrato animal, los signos de los tiempos no los saben leer, la carencia de sensibilidad al mostrar oídos sordos corrobora porqué existe tanto desdén hacia los legisladores.

Los legisladores que votaron a favor no escuchan, no realizaron ni una sola consulta, porque no se sienten con la obligación de rendir cuentas a nadie. Algunos de ellos tienen la mira puesta en el próximo proceso electoral como el panista Alfonso Martínez Alcázar quien desea contender por la alcaldía de Morelia, el perredista Fidel Calderón desea contender para gobernador. El priista exrector de la Universidad Michoacana Salvador Galván Infante votó a favor del tema de referencia pese a ser veterinario. Cosas veredes.

Destacados personajes de la academia michoacana se han manifestado contra la actitud de los diputados, como las investigadoras Rosa María de la Torre Torres y Rosario Herrera Guido, así como organizaciones ciudadanas.