Entrevista a Luis Felipe Bravo Mena/Exdirigente nacional

Moisés Castillo

Carlos Castillo Peraza, último ideólogo panista, dijo que una organización sin alma muere de sí misma, se carcome a sí misma: es una serpiente que se muerde la cola.

Y el presente del PAN, que hace unos días cumplió 75 años de vida, es amargo, carece de ideas y voluntad interna para enderezar el rumbo.

El partido que lidera Gustavo Madero pasa por una de las peores crisis de su historia, y los panistas distinguidos sólo se refugian en repetir frases elocuentes de su fundadores para tratar de salir del fango. ¿Qué requiere el PAN para escapar de la división interna y recuperar la credibilidad de los ciudadanos?

Ante este ambiente de incertidumbre interna, el propio dirigente nacional criticó a los medios de comunicación por ventilar información sobre escándalos públicos y actos de corrupción en el partido. Por ejemplo, los llamados moches que han denunciado varios alcaldes, y la fiesta que propició la remoción de Luis Alberto Villarreal como coordinador de los diputados.

En este sentido, el expresidente Vicente Fox lamentó que el partido haya traicionado sus principios democráticos por ambicionar dinero y cargos públicos.

“Tal parece que el interés del dinero, el interés de los puestos, el interés de colarse a la política, ha dominado ya el conjunto de valores que a otra generación nos guiaron y nos llevaron a entregar cuerpo y alma sin pedir nada a cambio, sin pedir sueldos ni salarios, sino a trabajar por México.”

A su vez, Felipe Calderón recomienda retomar el sentido ético que defendió Efraín González Luna, uno de los fundadores de Acción Nacional.

“En estos momentos tan complejos para la vida del PAN, se requiere, fundamentalmente, el sentido ético de la actividad política que se aplica a la vida pública de México en general y, desde luego, a la del Partido Acción Nacional.”

Para Luis Felipe Bravo Mena, exdirigente nacional del blanquiazul (1999-2005), el panismo se encuentra en una encrucijada existencial. Hay un deterioro preocupante de congruencia entre principios y acciones de los militantes.

Comparsa del gobierno

En su libro Acción Nacional ayer y hoy (Grijalbo, 2014), quien fuera embajador de México ante la Santa Sede (2005-2008) y secretario particular del presidente Felipe Calderón (2008-2011) asegura que sin panismo el PAN será un partido comparsa de los gobiernos en turno.

En este libro —que no son memorias—, Bravo Mena reflexiona sobre el impacto de la acción de los panistas en su partido y en la vida nacional. Destaca el año 2000 donde la vocación de poder del PAN alcanzó su plenitud, llegó a su madurez como partido político. Pero, ¿cuál fue la herencia del panismo en el poder presidencial? ¿Lo peor que le pasó al PAN fue sacar al PRI de Los Pinos?

Acción Nacional ayer y hoy es, sin duda, una oportunidad ideal para que los panistas reflexionen sobre su quehacer politico. Sobre todo es una ventana conveniente para reinventarse hacia el futuro…

Así recuerda Bravo Mena aquel 2 de julio de 2000: “Del edificio del PAN partimos en ruidosa caravana de automóviles hacia la glorieta del Ángel de la Independencia, para encontrarnos con otra espontánea concentración de miles de ciudadanos festejantes que al discurso del futuro presidente de México respondió con el estribillo «¡No nos falles! ¡No nos falles!»”.

A 14 años de que el PAN sacó al PRI de Los Pinos, ¿Vicente Fox fue un excelente candidato, pero un pésimo presidente de la república?

No lo pondría así. Fue un espléndido candidato, porque tuvo el arrojo personal, la actitud y el liderazgo para encarnar los deseos de la mayoría de los ciudadanos de que México tuviera ya un cambio político, y tuviera por primera vez en el siglo una experiencia de alternancia. Y él lo hizo espléndidamente, fue un gran candidato, ese mérito histórico nadie se lo podrá quitar. En México no pasó como en otros países que transitaron a la democracia, porque se derrumbó el viejo régimen: caso de España y el franquismo, caso de Portugal y el salazarismo, caso de las dictaduras latinoamericanas y sus regímenes militares. No fue el caso de México. Transitamos a la democracia por la vía electoral, pero el viejo régimen quedó vivo. Quizás —y ése es un debate que aún se da en el interior del PAN— se debió haber destruido el sistema desde la Presidencia. Mi pregunta es, ¿se puede? Recuerdo lo que me dijo Luis Maira, entonces embajador de Chile en México, que vivió el derrumbe de la democracia chilena: con el 35% de los votos no se puede hacer un cambio de sistema. Nosotros no tuvimos la mayoría ni en el Congreso ni en los estados. El gobierno de Fox intentó transformar algunas cosas pero quedaron intactas viejas estructuras del antiguo régimen.

¿Qué tanto daño le hizo a la administración de Fox la “pareja presidencial”?

Ése fue a mi juicio una de las fallas del gobierno foxista. En un afán de mantener un protagonismo que ya no era el que correspondía a la Presidencia, empezó a involucrar muchos aspectos personales. La crítica que hago en mi libro es puntual: a Vicente le faltó visión histórica de su propia obra cívica. Y por eso su gobierno no alcanzó la dimensión histórica que toda la sociedad mexicana y el mundo esperaba de un cambio importante como el que había encabezado.

Por otro lado, ¿el talón de Aquiles de Calderón fue lanzar una lucha contra el narcotráfico sin prepararla integralmente, sin pies ni cabeza?            

Es un tema muy debatido. Creo que el presidente Calderón tomó la decisión correcta porque lo explica con toda claridad, desde que era candidato, que el tema de la inseguridad había llegado ya a esclavizar a comunidades completas del país, donde el crimen se había impuesto a las autoridades de todo tipo. Es deber del Estado actuar, y para un estadista es su deber liberar a los ciudadanos de la esclavitud del crimen organizado con los medios que se tenían. Él los utilizó y trazó una política de reconstrucción del aparato de seguridad pública desde el Estado, pero se tenía que atender lo urgente. La política del presidente Peña Nieto es lo misma, ha cambiado la política de comunicación respecto al tema de seguridad pero la columna vertebral de combate a la delincuencia sigue.

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Las fallas

¿Cuáles fueron los factores que provocaron que el PAN perdiera la presidencia en 2012? ¿Por qué la gente ya no confió en el PAN?

Creo que fueron fundamentalmente fallas del PAN. No fue desconfianza de la gente. Si la gente ve que el partido no está organizando un trabajo a la altura, finalmente se decanta por otro candidato. Fueron fallas del PAN las que no nos permitieron seguir en la Presidencia de la República. Son fallas no sólo de una persona, son fallas que se vinieron acumulando y creando por falta de seguir alimentando el alma del PAN, con el espíritu cívico con el que ganamos en el 2000 y el 2006. El PAN ha ganado presidencias municipales, gubernaturas y la Presidencia de la República cuando en el interior del PAN hay un alma cívica, una fuerza cívica, cuando hay una propuesta acompañada por valor y potencia ciudadana. Cuando nos perdemos en pura maquinaria electoral, propaganda y slogans, en ese momento el PAN comienza a debilitarse. La fuerza del PAN está, como dicen los fundadores, en mover convicciones. Somos capaces de llenar estados y plazas enteras cuando tenemos alma cívica.

¿Una de esas fallas fue que el presidente Calderón no apoyó decididamente a la entonces candidata Josefina Vázquez Mota? Sabemos que su “gallo” era Ernesto Cordero…

La Presidencia no tiene por qué apoyar al candidato. Combatimos eso siempre: que los presidentes de la república apoyaran a los candidatos de su partido. El presidente debe apoyar al país, no a su partido. Y como militante dar el apoyo que corresponda, pero no desde la Presidencia. Es una crítica que viene de la vieja cultura política de que el presidente del PRI apoyaba a su candidato y con todo el gobierno a su disposición. El PAN nació para luchar contra eso, no tenemos que repetirlo.

¿Cuáles fueron los cambios en la relación del PAN con Vicente Fox y Felipe Calderón?  

Éste fue un aprendizaje para el PAN. Nosotros no queríamos repetir la historia del viejo PRI, del partido de Estado, el partido del gobierno. Queríamos ser el partido en el gobierno que cumpliera su programa político. Nos costó trabajo encontrar el mecanismo. Con Fox —a mí me tocó ser el presidente del partido— hubo una relación correcta en la que el gobierno tomaba sus decisiones y el partido acompañaba al gobierno. Teníamos un mecanismo de comunicación que le llamamos “sistema PAN” y que funcionó perfectamente durante el sexenio. Combinábamos la agenda del gobierno con el programa político de Acción Nacional. Pero Fox no tenía interés de participar en la vida interna ni se preocupaba mucho por el partido. La relación con Felipe fue distinta. Calderón está hecho en el PAN, nacido en el seno de una familia fundadora del partido, casado con una mujer que viene de una familia fundadora del partido, fue presidente del PAN. Él sí se interesó en la vida interna y además quería al partido mucho más cercano al apoyo de sus políticas públicas. De tal suerte que la relación fue más intensa. Él trató de promover, incluso, una generación política que fuera asumiendo el liderazgo en el partido. Todo eso fue creando un mecanismo que el partido no encontró una buena dinámica con esa idea.

A 75 años de vida del PAN, ¿por qué el partido vive una grave crisis interna sin precedentes?

A lo largo de algunos años se fue debilitando el alma panista, el alma cívica panista. Se fue bifurcando el camino entre la congruencia de algunos militantes —no de todos— que van separando su conducta personal de la congruencia que obliga estatutariamente cumplir con los valores del partido. Entonces se va haciendo incongruente y empezamos a ver que ya no se movilizan las cosas en la cultura propia del panismo, que es una cultura de hacer política para el servicio, no para servirse de la política.

Voz de alerta

¿Por qué afirma que el PAN es una mala copia del PRI y que de seguir así podría desaparecer?  

El PAN comienza a hacer cosas que antes hacía el PRI. En ese sentido somos una mala copia, porque nunca tendremos las habilidades que el PRI desarrolló a lo largo de 70 años ni es nuestra manera de hacer las cosas. Con esa mala copia el PAN empieza a perder. Cuando el PAN es auténticamente Acción Nacional con su propia cultura política y valores, el PAN gana y recibe el apoyo de los ciudadanos. No es un caso generalizado, es un vicio que se viene acrecentando. Por eso en mi libro doy la voz de alerta, es el momento de revisar y regresar a nuestra propia cultura política. Si no se rectifica, si no cambia el PAN, puede desaparecer. No quiere decir que desaparezca el partido, va a seguir la organización con sus siglas y candidatos, pero sin el alma del panismo, sin ésta ya no es PAN.

¿Qué le ha parecido la gestión de Gustavo Madero? En su gestión han aparecido muchos escándalos como los llamados “moches”, casos de corrupción y el caso de Luis Alberto Villarreal, excoordinador del PAN en San Lázaro…

Todos estos asuntos que, independientemente de la veracidad o no, son consecuencia de, no son la causa. Son la consecuencia de esta pérdida del panismo en muchos militantes. Por otro lado, creo que Gustavo ha tenido aciertos, lo del Pacto por México fue una muy buena decisión del partido, esta convocatoria del salario mínimo me parece espléndida, es regresar el PAN a las causas ciudadanas. Hay cosas positivas, pero hay otras que no comenzaron durante su presidencia. Sin duda alguna necesitaríamos una conducta de Gustavo más determinante frente a estas situaciones que hoy nos avergüenzan.

Si usted fuera otra vez presidente nacional del PAN, ¿qué haría para recuperar la confianza de los ciudadanos? ¿Cómo poner en orden la casa?

En mi libro propongo tres vías para que el PAN vuelva a florecer con su alma cívica y ciudadana: hay que reinstitucionalizar el partido. Las instituciones del partido, sus órganos, sus asambleas deben ser más fuertes que los grupos e individuos. La institución tiene que ser más fuerte. También el PAN debe recuperar su alma ciudadana, el PAN es un partido de ciudadanos de a pie que organizados políticamente buscan el bien de México. Y tenemos que proponer candidaturas con liderazgos de valores, no con liderazgos a base de propaganda y publicidad y dinero. Son líderes cívicos los que el PAN debe apoyar y poner como abanderados de sus causas.

¿El PAN tiene posibilidades reales de ganar la elección presidencial de 2018?

Sí, por supuesto. Puede volver a la senda de la victoria y ganar el 2018 si cumple con estas medidas de rectificación, que pese más la institución que las personas y grupos, volver a ser un partido ciudadano y de liderazgos.

¿Ve liderazgos con nombre y apellidos? ¿Como quiénes?

Sí, claro. No los daré porque distorsionaría el propósito de mi propuesta. Pero por supuesto que los hay, y si no, están en la sociedad.