Tras ocho años de gobierno neoliberal, la mayoría en Suecia votó a favor de un cambio y regresó al poder a la alianza de izquierda encabezada por el Partido Socialdemócrata. Sin embargo, también emergió con fuerza, la ultraderecha, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país y en el moderador incómodo del escenario político.

El Partido Socialdemócrata ganó los comicios realizados el pasado domingo 14 de septiembre con el 31.2 por ciento de los votos que, sumado al 6.8 del Partido Verde y al 5.7 del Partido de Izquierda, conforman un bloque con el 43.7 por ciento de los sufragios, una mayoría que no es absoluta y que en los hechos le permitirá formar gobierno, pero éste será débil ya que estará obligado a pactar para llevar a cabo sus políticas.
El presunto perdedor de los comicios fue el Partido Moderado que encabezaba la alianza de centro derecha que gobernó Suecia durante los últimos ocho años. En esta ocasión sólo alcanzó el 23.2 por ciento y sus aliados El Partido de Centro (6.1); el Cristiano Demócrata (4.6) y el Partido del Pueblo (5.4), sumando en total 39.3 por ciento.
En medio de estos bloques, emergió triunfante el partido Demócrata de Suecia (SD), con un 12.9 por ciento de los sufragios, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país, la de mayor crecimiento y la que centra su ideología en el cambio restrictivo de la política migratoria, es decir un partido xenófobo.
La crisis mundial pasó factura a las políticas “modernas” de la derecha, que en ocho años redujo los impuestos al capital, semi privatizó la educación,  la salud y otros servicios públicos, pero no logró detener el crecimiento del desempleo (8%), sobre todo en los jóvenes.
Sin embargo, el descontento con las políticas públicas de la derecha ha sido capitalizado por la extrema derecha que utiliza el desencanto de la gente por el deterioro de la calidad de vida y del otrora exitoso modelo de Estado de Bienestar, para culpar a la inmigración por la falta y abaratamiento del empleo. Nada extraño de lo que está ocurriendo en toda Europa, donde el populismo de la derecha crece como los hongos.
En este contexto, el futuro gobierno que encabezará el nuevo Primer Ministro, Stefan Lövfen (57 años) enfrentará un duro desafío, ya que la política económica no tiene mucho margen y la amenaza del crecimiento de la ultraderecha es mayor, ya que en sólo 4 años casi triplicó el número de votos.