El secretario de Estado de la Unión Americana, John Kerry, anunció este viernes en la cumbre de la OTAN de Newport, Gales, la formación de una “coalición base” para frenar el avance del Estado Islámico (EI) en Irak e instó a los aliados apoyar la propuesta aunque dejó claro que no se contemplan tropas sobre el terreno, “esa es una línea roja”.

“Tenemos que atacarlos de modo que impidamos que tomen territorio, reforzando a las fuerzas de seguridad iraquíes y a otros en la región que están preparados para combatirles, sin comprometer nuestras tropas”, insistió Kerry.

La OTAN prevé aprobar una declaración de la Cumbre de Gales en la que refleje por escrito la amenaza que supone el Estado Islámico “para el pueblo iraquí y sirio, para toda la región y para nuestras naciones”.

Los 28 países que conforman esta alianza militar condenarán “En los más fuertes términos los actos cobardes y violentos del supuesto Estado Islámico”, indicaron fuentes cercanas, según reportó ABC de España.

Con esta inclusión en la “declaración de Gales”, la OTAN inicia su camino para adoptar como propia la amenaza yihadista del califato islámico, a la que quiere parar el presidente estadounidense, Barack Obama, a partir de una coalición militar más amplia, que cuenta con el respaldo claro de Reino Unido e incluso contempla sumarse a los bombardeos además de suministrar armamento a los kurdos iraquíes.

El encuentro estuvo formado por ministros de Defensa y Exteriores de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Australia, Turquía, Italia, Polonia y Dinamarca.

Por su parte, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, ha respaldado la cooperación militar con Estados Unidos contra el EI, lo que significaría reconsiderar sus alianzas y supondría un importante cambio para la política exterior de la República Islámica, que desde la revolución de 1979 había tenido una enemistad institucional con Washington.

“Jamenei ha autorizado a su máximo jefe militar para coordinar operaciones con fuerzas estadounidenses, iraquíes y kurdas”, afirmó la cadena británica BBC citando fuentes no identificadas en Teherán, pero que se refieren al general Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds, la unidad de élite de los Guardianes de la Revolución -también conocidos como Pasdarán-, y considerado el responsable del dossier iraquí, publicó El País.

Hace tres meses, cuando el EI inició su ofensiva sobre el norte de Irak con el control de Mosul, Jamenei advirtió a EU contra “cualquier tipo de intervención en Irak”. El líder iraní intentaba evitar también que el conflicto se tratara como una guerra entre suníes y chiíes, pero en agosto, cuando los yihadistas asaltaron las posiciones kurdas hasta llegar a la frontera con Irán, los responsables iraníes se vieron obligados a revisar su estrategia.

A la repulsión que provocan en Occidente la ideología totalitaria y la brutalidad del EI, se suma en el caso de Teherán una rivalidad doctrinal mucho más arraigada. Aunque ese grupo extremista suní no representa una amenaza física inmediata, considera herejes a los chiíes, mismos a los que, junto con sus lugares de culto, los yihadistas atacaron como uno de sus primeros objetivos al tomar Mosul, lo que provocó que se desplazaran.