Entrevista a Pedro Pantoja/Fundador de Belén, Posada del Migrante

Nora Rodríguez Aceves

“Es casi imposible que el migrante torturado se desprenda del terror y del miedo, sobre todo cuando ha experimentado y conocido la brutalidad y la crueldad del crimen organizado, como en la masacre de los 72 migrantes asesinados y los cientos de cadáveres destrozados en las más de 40 fosas clandestinas en Tamaulipas, así como los torsos mutilados de Cadereyta”, escribe el padre Pedro Pantoja Arreola en su ensayo “Belén, Posada del Migrante. Experiencia eclesiológica y alternativa social en el dolor y la violencia social de la migración forzada centroamericana”, publicado en la revista Migración y Desarrollo.

En este momento, tanto en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) como en las comisiones estatales las perspectiva de los derechos humanos está muy lacerada, hay una perspectiva nueva, “si no se encarnan, si no se sangra con las víctimas ya no se puede hablar de derechos humanos. Ni la comisión nacional ni las estatales se han metido en la carne del dolor de esta gente, si lo hubieran hecho, si hubieran resuelto bien este caso de la masacre de 72 migrantes, hubiera sido un éxito tremendo, hubiera tenido un gran impacto a nivel de América Latina porque fue una herida de América Latina, como dice el uruguayo Eduardo Galeano en Las venas abiertas de América Latina, por eso está muy cuestionada esta Comisión Nacional de Derechos Humanos y las comisiones estatales también”.

“Pudieron haber hecho un papel histórico tremendo, pudieron haber desenmascarado al Estado, el Estado mexicano tan victimario, víctima en la frontera norte del país con nuestros connacionales y victimario en la frontera sur y en el territorio del terror de esto migrantes”.

Así se expresa en entrevista con Siempre!, el sacerdote Pedro Pantoja Arreola, fundador de Belén, Posada del Migrante y asesor de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático, y asegura: “nosotros estamos posicionados fuertemente no sólo en la defensa, pues hablar de la defensa ya es demasiado pobre cuando hay tantos crímenes, masacres y violaciones a los derechos de los individuos, sino en fortalecer definitivamente el Estado de derecho de los migrantes, un Estado de derecho totalmente vulnerado”.

En un tono molesto y fuerte se pregunta, “¿Cómo hemos llegado a situaciones tan crueles? ¿Cómo es posible que se sigan dando situaciones así? Yo recibo aquí, en esta Casa del Migrante en Saltillo, a 250 hambrientos, golpeados, violadas las mujeres, entristecidas por todo eso que han pasado, no puede seguir siendo un tránsito sumamente doloroso, de terror”.

La comparecencia que no fue…

El 20 de mayo pasado, la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República, que preside la perredista Angélica de la Peña, se reunió con el ombudsman Raúl Plascencia Villanueva, quien presentó la situación que guardan los derechos humanos en México, especialmente lo relacionado con el informe de actividades de la Comisión Nacional de Derechos Humanos correspondiente a 2013.

Reunión en donde comentó sobre el caso de las fosas de San Fernando: “la CNDH no busca rivalizar ni controvertir con los familiares de las víctimas, sino por el contrario, acompañarlas y auxiliarlas, y se revisará el caso con todo cuidado para atender cualquier solicitud que se considere que no fue atendida en los términos de la ley”.

Aquí, cabe anotar que de acuerdo con el comunicado emitido por Cencos, el 16 de mayo, el ombudsman sería interrogado, por primera vez, por los senadores sobre violaciones a derechos humanos y las graves fallas en la investigación de la masacre de 72 migrantes y su recomendación.

Sin embargo, ante la solicitud de comparecencia solicitada por las víctimas con otras organizaciones de la sociedad civil, de nada sirvió que Raúl Plascencia se presentara pues, como trascendió en los diversos medios de comunicación, terminó siendo más una reunión de trabajo donde se expresaron más felicitaciones y halagos que cuestionamientos por el gris desempeño del máximo órgano de protección y defensa de los derechos humanos, pues como dice el sacerdote jesuita, “todo estuvo cuidado, sólo estuvo ahí sentado. Una inconformidad, una tristeza por parte nuestra, por parte de la gente que presenciamos esa reunión, que se dedica a defender los derechos. ¿Por qué los senadores no actuaron? Les faltó mucha mucha sensibilidad ante el dolor de los familiares de las víctimas. ¿Por qué no comprendieron su dolor?”

“La CNDH realmente tuvo un vacío y tiene una deuda con los familiares de las víctimas, y su presidente Raúl Plascencia Villanueva también tiene una deuda, están endeudados, además él mintió en la presentación que hizo diciendo que habían hecho lo imposible, que habían cuestionado, que habían buscado a las víctimas… ¡Plascencia mintió!, él mismo dijo que había mentido, entonces ha sido un papel realmente mediocre de la Comisión Nacional y su presidente en esta situación de los crímenes en San Fernando”.

¿Para qué está Plascencia?

Pantoja Arreola apunta: “el cuestionamiento con la CNDH fue decirle: ¿para qué estás en México? ¿Para qué tienes un presupuesto tan elevado? ¿Por qué si tú eres la comisión más grande en América Latina no pediste justicia? ¿Por qué no exigiste justicia?, y lo mandamos y nos metimos a un amparo con un juez para que compareciera la CNDH, no queremos atacar a nadie, queremos rescatar la situación tan vulnerada de los migrantes”.

“La masacre de los 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, no fue la primera, antes hubo otras, lo que pasa es que ésta fue realmente el descalabro de la violencia, el abuso total seguido por la matanza en Cadereyta, Nuevo León, en donde hubo 49 víctimas; por otras golpizas, por los descarrilamientos del tren conocido como la Bestia; por la muchedumbre que vino hace un mes empobrecida, mil 300 migrantes gritando: ¡tránsito libre! ¿Cómo podía quedar impune este caso de los 72 migrantes masacrados? ¿Cómo es que no lo analizaron a fondo? ¿Cómo es que no les dolió todo esto? No se analizó bien el problema de la crueldad en esa masacre, no se fincaron responsabilidades, no se defendió la vida, no se buscó a los familiares de las víctimas, no se le exigió al Estado responsabilidad en buscar a los responsables de la masacre, no se atendió la compensación por la Ley de Víctimas y por eso exigimos fuertemente al Congreso de la Unión que compareciera el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, porque realmente no estábamos de acuerdo con los resultados que se dieron sobre este caso porque es el crimen más horrendo que se ha cometido en nuestro país”.

“Por eso cuestionamos fuertemente el papel de la CNDH. ¿Cómo no entregaron cuentas a la sociedad? ¿Cómo no buscaron a las familias? Algo que duele muchísimo y que está ahí sin resolver, una herida en México que está sangrando históricamente, ésa es nuestra razón”.

Para el defensor de los derechos humanos de los migrantes en Coahuila, este “es un asunto político mucho muy fuerte, no solamente de la política, sino en general, porque los tres poderes están en otra cosa, los partidos políticos están lejanísimos, ausentes de todo. ¿A quién le importan estos migrantes? Son desechables. ¿Por qué esta política de no abrir el camino? ¿Por no cuestionar a los gobiernos de Centro América? México podría hacerlo, podría darles el testimonio histórico de una solidaridad que hubiera lavado el rostro de este Estado mexicano ahorita tan vulnerado. ¿Cuál reforma de los derechos humanos? ¿Cuál reforma constitucional? Si se siguen abriendo heridas de tanta gente, no solamente de los migrantes, también de los indígenas, de los niños abandonados en la frontera, asesinados o deportados, en los jóvenes, en todos los movimientos sociales, en los guardias comunitarios. De veras que México sangra en esta cuestión de los derechos humanos, la política está por otro lado, realmente no está encarnada con el desarrollo integral del país”.

De ahí que de cara a la renovación o reelección del titular de la CNDH, el padre Pantoja rechace la permanencia de Raúl Plascencia como ombudsman, “nosotros decimos que no, ojalá que sea otra persona más sensible y que los senadores no metan la pata, no ensucien este proceso, no le hagan caso al presidente de la república y de veras oigan al pueblo ¿Qué quiere el pueblo? ¿Qué necesita el pueblo? ¿Cuáles son los clamores del pueblo? Que le pidan opinión al pueblo, no al secretario de gobierno, no a los poderes fácticos y menos al presidente”.

Y va más allá: “tendríamos que pelear por un auténtico defensor del pueblo, el que llora, el que sangra con las víctimas, el que se ensucia los zapatos y las manos, el que se siente totalmente empapado por la lluvia y el desastre donde están las víctimas, el ombudsman tiene que ser eso, un defensor del pueblo emergente en todas las situaciones, sensible a todo esto. Lejano totalmente a los príncipes, a los Estados y a los gobernantes, y muy muy cercano al pueblo”.

El informe sobre migrantes

De acuerdo con las conclusiones del informe Las personas migrantes como grupo vulnerable de ejecuciones extrajudiciales, dirigido al relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias con motivo de su visita a México en abril de 2013, realizado por la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, México; Casa del Migrante de Saltillo, México; Casa del Migrante Guatemala, Foro Nacional para las Migraciones, Honduras, entre otras organizaciones no gubernamentales, “El estado mexicano no ha sido eficiente en salvaguardar a la población migrante de ejecuciones masivas, siendo el caso que la masacre de los 72 en Tamaulipas, las 49 fosas clandestinas de San Fernando, también en Tamaulipas, y la masacre de 49 personas en Cadereyta, Nuevo León, un claro ejemplo…”

En este informe se subraya que “la máxima instancia de protección a los derechos humanos de las personas migrantes, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ha sido omisa en proteger, investigar y emitir recomendaciones sobre las desapariciones y ejecuciones de las personas migrantes. Cuando se ha pedido su ayuda para prevenir violaciones, es omisa. Niega el acceso a los expedientes, no brinda información a las víctimas, ni permite la actuación de sus representantes jurídicos. No cuenta en su interior con órganos de control de investigación o que controlen las violaciones cometidas por dicho órgano; cuando las negligencias se han denunciado, los órganos internos responden que no proceden o son omisos en investigar”.

Además, destaca el documento que “si se ha cometido tal cantidad de ejecuciones y desapariciones en el país, es un signo de impunidad y de ausencia de mecanismos de control para vigilar a los servidores públicos que deben cumplir con su deber…”