Desde los inicios de la apertura comercial de México a mediados de los 80’s, para ser precisos en 1986, nuestro país tuvo la visión y la necesidad de cumplir con los compromisos adquiridos al ser parte del GATT (Acuerdo de Aranceles Aduaneros y Comercio) y el GATS (Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios). Es decir, el país al pertenecer a una nueva élite de comercio global firmó en ese mismo año el primer Acuerdo de Alcance Parcial con Panamá, pasando a la firma de un Acuerdo de Complementación Económica con Argentina en 1987. Con estos primeros pasos de una nueva política comercial al 2012 México ha firmado acuerdos comerciales con más de 44 países.

   En este contexto, hoy día el gobierno mexicano tiene la intención de entrar a uno de los Acuerdos de Asociación Económica más ambiciosos que el propio TLCAN, me refiero precisamente al Acuerdo de Asociación Transpacífico mejor conocido como el “TPP” (Trans-Pacific Partnership por sus siglas en inglés), en donde países como: Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Estados Unidos, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam (y con un interés particular de Japón por ingresar al grupo), intentan competir con Acuerdos Regionales como la Unión Europea, Mercosur, ANSEAN y los países que integran el BRICS.

Empero, la cuestión no es si será ambicioso o competitivo ante otras latitudes e intereses económicos, sino la interrogante debería ser en función de la conveniencia ¿para qué nos serviría firmar otro Acuerdo de Asociación Económica más si ya tenemos muchos y no los aprovechamos?

    Por el lado positivo del TPP, según datos de la Secretaría de Economía y de las autoridades estadounidenses, este acuerdo generará cerca del 40% del PIB mundial, y en lo particular para México las exportaciones anuales oscilarán entre los $30 mil millones de dólares, es decir, en la primer etapa de evaluación del acuerdo que comprende los primeros cinco años, nuestro país estaría exportando cerca de los $150 mil millones de dólares. Esta cantidad pareciese exorbitante pues plantea la posibilidad de volver más competitivo al país y codearse a un nivel superior con las grandes potencias económicas, sin embargo, y a pesar de que suena agradable la noticia, para los países miembros no ha sido fácil llegar a las resoluciones que se necesitan, ya que desde el inicio de las negociaciones en febrero de 2008 hasta la última reunión de los grupos técnicos celebrada en Hanoi, Vietnam del 1 al 10 de septiembre de 2014, no se ha alcanzado una conclusión a las mismas.

    Entonces, hasta el día de hoy el TTP es un cuento de hadas; lo cierto es que no encuentro una ventaja adicional a la diversificación de las operaciones del comercio exterior (importaciones y exportaciones); la realidad es que al día de hoy la mayoría de las exportaciones se siguen dirigiendo hacia Estados Unidos, dicho esto, el 78% de nuestras exportaciones se dirigen hacia ese país, mientras que el 22% restante se divide entre los demás países con los que México tiene celebrado algún convenio de índole comercial. A pesar de que nuestras exportaciones se dirigen hacia el vecino país del norte, en el primer trimestre de 2014 presentamos un déficit comercial de más de 2 mil 200 millones de dólares esto claro, denota un síntoma de adormecimiento de las partes que intervienen en el comercio internacional. Entonces ¿qué hace falta para denotar la diversificación y búsqueda de nuevos nichos de mercados? 1) Renovar y promover la vinculación de Centros de Investigación Universitarios – Empresas – Gobierno, a fin de re-activar las misiones comerciales a países que no sean los mismos de siempre, 2) Que los estados de la república, incluyendo la Ciudad de México implementen programas que promuevan e incentiven la competitividad en las exportaciones y no depender en gran medida de lo que el Estado promueva, 3) Promover en las Pymes que quieran incursionar en el comercio exterior, la creación de los departamentos especializados en el intercambio comercial internacional, dando más oportunidad al talento joven y recién egresado que ha pasado 4 ó 5 años preparándose.

Tal vez usted diga que esto ya lo está haciendo el gobierno o los estados de la república, a pesar de los esfuerzos, la realidad que nos espera con la entrada en vigor del TPP, no es tan diferente de lo que sucede hoy cuando casi todo el comercio internacional se lleva a cabo con la unión americana. La responsabilidad de cambiar el rumbo de las exportaciones mexicanas depende de todos los involucrados, la Federación no tiene una pluma mágica, la responsabilidad es de todos.

Dr. Hugo Neftalí Padilla Torres, catedrático de la Universidad de Sonora.